Foro económico de Davos 2022: El contexto cambiante e incierto en el que sobrevivimos

Por Yudy Tunjano.

Abogada, Máster en Derecho de la Empresa (PUC), Máster Compliance Officer (UCM) y directora de Vive Compliance Magazine.

Con una asistencia de 2.500 líderes de todo el mundo, la 51 edición del Foro Económico Mundial ha vuelto a reunir a los principales líderes políticos, económicos y de la sociedad civil para debatir durante cinco días cómo solucionar o dar respuesta a diversas crisis que están golpeando al planeta en lo económico, político y sanitario, tratando de abordar los retos de la sociedad para avanzar hacia un mundo más sostenible e inclusivo. Rusia fue vetada y expulsada. China no asistió.

Los ejes temáticos sobre los que se ha basado esta cita mundial han establecido la necesidad de trabajar de manera conjunta y colaborativa sobre cinco cuestiones prioritarias: a) el clima y la naturaleza, b) la innovación tecnológica, c) el trabajo y las nuevas habilidades, d) la salud y la mejora de negocio y, e) la responsabilidad empresarial.

En los últimos años el mundo se ha visto azotado por una pandemia global y este año, el impacto del conflicto de Ucrania. Las consecuencias de estos complejos desafíos se han presentado en ámbitos como la energía, la desigualdad o la inestabilidad económica y la crisis alimentaria. Sobre esta última derivada de la guerra en Ucrania, el riesgo de que la producción de cereales se pudra por el bloqueo en los puertos de Ucrania por parte de Rusia, está generando una crisis alimentaria, sin precedentes, en los países de África, Oriente Medio y Asia que dependen del trigo, la cebada y el aceite de girasol ucraniano. América Latina tampoco se salva.

El mundo podría enfrentarse a un problema de disponibilidad de alimentos en los próximos 10 o 12 meses, y «eso va a ser un infierno en la tierra«, señaló David Beasley, director del Programa Mundial de Alimentos. También, la directora general de la Organización Mundial del Comercio adelantó que, si no se logran abrir corredores para sacar los cereales de Ucrania al resto del mundo, la crisis alimentaria podría prolongarse hasta 2024.

Otro de los aspectos destacados del Foro de Davos, fue la transformación digital. La apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías se considera una herramienta prioritaria para acelerar el progreso económico y social y, a su vez, lograr una economía de emisiones cero. También destacaron el papel de las nuevas tecnologías emergentes como puede ser el metaverso y su impacto disruptivo en la sociedad o la tecnología Blockchain, así como las nuevas oportunidades y desafíos de los criptoactivos y su potencial en el nuevo mundo digital.

Las personas también fueron punto de análisis del Foro, en lo que respecta a la erosión de la cohesión social que vive el mundo, en el que se concluyó que debemos amplificar nuestros esfuerzos y crear nuevas inversiones sociales en el capital humano para reducir las desigualdades. Y es que el trabajo conjunto de todos los actores de la economía debe encaminarse a alcanzar una sociedad más justa e igualitaria, partiendo con la necesidad a corto plazo de abordar la crisis humanitaria de miles de refugiados en todo el mundo.

La pandemia ha demostrado que todo está conectado y que somos más vulnerables de lo que pensamos, por lo que si la población se encuentra en riesgo debido a que no está vacunada o vive en un país con un menor nivel de desarrollo, vamos a estar todos en riesgo, es por eso por lo que necesitamos regenerar un nuevo contrato social y reconocer que la desigualdad impacta de forma transversal en todo el planeta.

La sostenibilidad, por su parte, vuelve a enmarcarse como uno de los ejes centrales sobre los que vertebrar la transformación verde e inclusiva del planeta. Sin embargo, son muchos los retos y acciones que quedan por emprender por parte de los países para reducir el riesgo climático.

Precisamente el riesgo climático y la erosión de la cohesión social son de los principales riesgos o retos que fueron identificados por el informe anual The Global Risks Report 2022 [1], elaborado por el propio Foro Económico Mundial que analiza los principales riesgos a nivel internacional, con carácter anual y los clasifica en función del nivel de impacto y su grado de incertidumbre.

El informe del año 2022 clasifica y prioriza, según su grado de severidad, los siguientes diez riesgos:

Importante remarcar que cinco de los principales riesgos son de naturaleza medioambiental, y que tres de ellos se sitúan en los primeros puestos. De igual manera la erosión de la cohesión social que aparece como 4º riesgo al que nos enfrentamos por lo que fue objeto de debate y discusión en muchas de las mesas de Davos 2022.

En el Informe de Riesgos Globales 2022 se han incorporado dos riesgos nuevos: las confrontaciones geoeconómicas y los daños para la salud humana de la polución. De esta forma, el catálogo se compone de un total de 37 riesgos globales agrupados en las categorías de riesgos económicos, medioambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos.

También señala el informe que el proceso de recuperación económica de la crisis provocada por el coronavirus, amenaza con aumentar las diferencias existentes en la comunidad internacional. En este contexto, el ejemplo que mejor ilustra esta divergencia mundial es la vacunación frente a la COVID-19: en la actualidad, en los 52 países más pobres, tan solo el 6% de su población ha sido vacunado.

Sin duda, esta reunión anual de Davos 2022 nos ha presentado algo que ya veníamos viendo: que en el contexto cambiante e incierto en el que estamos inmersos ninguna empresa o individuo puede abordar por sí solo los grandes desafíos globales de nuestra sociedad, desde la crisis sanitaria, la económica y la social, hasta el cambio climático o la desigualdad. Por lo que debemos marcar nuestra propuesta de generación de valor estableciendo alianzas y demostrando el impacto y contribución positiva.


[1] Global Risks Report 2022 | World Economic Forum (weforum.org)