Por Francisco Javier Rodríguez.
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de México. Abogado postulante. Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales de Coparmex Metropolitano. Comunicador y columnista para varios medios escritos en México
Desde la década de los años 60’s del siglo XX, México experimentó la ausencia de hombres y mujeres cuya causa de desaparición es desconocida hasta la fecha. Pero si tomamos en cuenta el contexto socioeconómico de la época seguramente encontraremos la razón de las desapariciones del siglo pasado.
Resulta que en los años 60’s y 70’s, el país atravesó por un escenario político caracterizado por la imposición de decisiones por parte del Poder Ejecutivo Federal bajo el consentimiento o las omisiones de los otros dos poderes de la Unión. Sobre todo, si tomamos en cuenta las imposiciones de otras decisiones que nos llegaban de nuestro vecino del norte a efecto de mantener la hegemonía en todo el continente. Es por ello por lo que cualquier protesta y cualquier disidencia política contra los intereses políticos de México o Norteamérica eran acalladas por parte de nuestro gobierno.
Debemos reconocer que México, como cualquier país latinoamericano, ha sido campo de batalla de una “guerra sucia” entre los intereses oficiales y las aspiraciones de la gente, por lo que resulta muy entendible que ya entrado el siglo XXI nuestro gobierno, a diferencia de los del siglo XX, utilice métodos menos escandalosos y más efectivos para eliminar a quienes pensaran diferente al gobierno.
Dentro de ese marco podemos citar como ejemplo las desapariciones de indígenas zapatistas al sur de Chiapas, la desaparición de políticos de renombre en momentos cruciales de México. Además de todo lo anterior, en los primeros años del siglo XXI el gobierno mexicano inició otra guerra sucia contra el narcotráfico que dejó miles de muertos en todo el país. Es aquí donde encontramos el punto de inflexión: el aumento y la permanencia de la delincuencia en México es una de las principales causas que justifica la desaparición de niños, niñas, adolescentes, hombres y mujeres que de alguna manera han sido víctimas de la delincuencia.
Actualmente, el problema de los desaparecidos en México aún no tiene solución, ya que los índices de delincuencia organizada se han disparado en los últimos años. Recordemos que la muerte de cientos de personas relacionadas con la delincuencia constituye un fenómeno vigente en la actualidad, cuya solución ha rebasado las capacidades de las autoridades mexicanas, sobre todo las fiscalías. Es una realidad que México no puede resolver el grave problema de delincuencia y los desaparecidos víctimas de ésta.
Esta es también la razón determinante para que las familias de las personas desaparecidas se organicen en colectivos para buscar por sí mismas a sus seres queridos. Ninguna de estas asociaciones cuenta con ningún apoyo oficial, ni mucho menos se difunde sus actividades, así que la mayoría de los mexicanos desconocen la grave crisis de desaparecidos que impera en México. Y sólo una parte de nuestra población es consciente de este problema, porque algún ser querido ha sido víctima de alguna desaparición.
Desde un punto de vista jurídico, además de las denuncias y las búsquedas por parte de las fiscalías, se creó el Centro Nacional de Identificación Humana como institución que tiene la función de resguardar la información para la identificación de personas fallecidas en calidad de desconocidas.
Con el fin de abatir la crisis forense, estimada el año pasado en más de 52 mil cuerpos desconocidos, el gobierno mexicano propuso la creación de este organismo precisamente para identificar genéticamente los cadáveres de personas que se encuentran en alguna región del país. Todo ello con la intención de acabar con la agonía de cientos de familias mexicanas que, por lo menos, quedarán consoladas de saber que su ser querido ya no se encuentra con vida.
Este es el marco de los desaparecidos en México, cuya solución no es ni las denuncias que se formulen ante fiscalías, ni la identificación de desaparecidos a través de la genética. La delincuencia debe ser erradicada de fondo por el gobierno mexicano. Esa es la única manera de resolver la crisis de los desaparecidos.