«Las decisiones políticas con enfoque paritario claramente son el reflejo de un avance y constituyen una buena señal para la creación de políticas públicas transversales con perspectiva de género”

Texto: Equipo LWYR.

Producción: Sarika Rodrik.

Imágenes: Andrés Cabezas para LWYR.

Maricarmen Araya Kirsten es una abogada egresada de la Facultad de Derecho más antigua del país, quien hace historia y reconoce la tremenda contribución que hicieron durante el siglo XX destacadas abogadas y feministas, de las cuales señala que “(…) tuvieron la capacidad de hacerse camino en una carrera que en ese entonces era exclusivamente de hombres”.

En pleno 2022, valora las políticas paritarias y, respecto del nuevo Gabinete, señala que ya era hora de dejar de relegar a las mujeres sólo a ministerios sectoriales que son considerados apropiados para su género.

Es una abogada joven que se formó ya en pleno siglo XXI. Si bien el empoderamiento y los distintos movimientos han logrado enormes avances, ¿qué cree que aún pueden aprender de las generaciones anteriores de mujeres -y particularmente de abogadas-, que muchas veces sienten que la generación sub-35 “habla otro idioma”?

– Desde mi punto de vista, la historia de las abogadas en Chile tiene relación con la lucha que las mujeres hemos debido enfrentar por la igualdad de género y el reconocimiento en la sociedad. Las primeras abogadas en titularse en nuestro país son las que han abierto el camino para la reivindicación de los derechos de la mujer. Así, por ejemplo, Elena Caffarena, egresada de la Universidad de Chile, fundó en 1935 el Movimiento Pro-Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), junto a destacadas mujeres profesionales de ese entonces, cuyo fin era promover los derechos jurídicos de la mujer, entre ellos el derecho a sufragio, por lo que gracias a su iniciativa las mujeres podemos contar hoy con el derecho a voto.

En definitiva, yo creo que hay mucho que aprender de las generaciones anteriores, sobre todo de las mujeres abogadas, ya que ellas tuvieron la capacidad de hacerse camino en una carrera que en ese entonces era exclusivamente de hombres, siendo, por ende, mujeres que enfrentaron la adversidad, mujeres que muchas veces recibieron comentarios discriminatorios debido a su género, poniéndose en duda sus capacidades y competencias para estar en la Escuela de Derecho.

Debido a ello, creo que para las generaciones actuales debieran ser ejemplo de admiración, por la capacidad que tuvieron para, primero, entrar a una carrera que era en su mayoría conformada por hombres, y segundo, hacerse cabida dentro de su profesión, logrando estar en grandes Estudios Jurídicos o en el Poder Judicial, espacios que hace no tanto tiempo atrás eran sólo conformados por hombres.

Una Constitución elaborada de manera paritaria y un Gabinete con mayoría de mujeres: ¿mensajes meramente simbólicos o importantes avances en paridad e igualdad?

– Me parece que el hecho de que Chile haya sido pionero en elegir una Convención Constitucional Paritaria no puede más que entenderse como un importante avance en materia de paridad e igualdad. Lo mismo respecto a un Gabinete Presidencial con mayoría femenina.

Quizá si lo comparamos con la realidad nacional, donde las mujeres continúan siendo minoría en los espacios de representación política como el senado, la cámara de diputados, las gobernaciones o las alcaldías, podríamos decir que se trata de un mero simbolismo, pero no por eso no significa una mejora, pues claramente se está dando un mensaje de mayor participación de la mujer, especialmente en ciertas materias en las que históricamente no se nos ha dado espacio, como es el caso de Izkia Siches en el Ministerio del Interior, abandonándose la idea de “ministerios de hombres” y “ministerios de mujeres”, donde se ha relegado a las mujeres ministras a las carteras que son consideradas apropiadas para su género.

Si bien estos cambios no son estructurales, claramente son el reflejo de un avance y constituyen una buena señal para la creación de políticas públicas transversales con perspectiva de género.

Prejuicios y discriminación desde hombres hacia mujeres en el ámbito laboral y estudiantil lamentablemente ha sido muches veces la regla general, pero ¿ha sentido esa discriminación y prejuicios desde otras mujeres?

– He tenido la suerte de desempeñarme académica y laboralmente en excelentes espacios, por lo que no he sentido discriminación o prejuicios de otras mujeres en el ámbito laboral o académico, pero tengo amigas y familiares que si lo han vivido.

Desde mi punto de vista, esto se debe a que tanto hombres como mujeres podemos llegar a tener sesgos o estereotipos sexistas, pues la discriminación como fenómeno cultural no se limita sólo a la relación entre hombres y mujeres, sino que alcanza también las relaciones que tenemos entre nosotras mismas, por lo que es necesario que se trabaje en políticas públicas orientadas a ese cambio de “mentalidad”, que permitan mejorar la situación de las mujeres en distintas áreas, incluido el ámbito laboral y académico.