La participación de la niñez y juventud en el proceso constituyente, una mirada desde el compromiso de las guías y los scouts por la participación juvenil y el enfoque de derechos

Por Violeta Sáez Y.

Licenciada en Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Temuco. Coordinadora del equipo Paz y Justicia en el área de Relaciones institucionales y Responsabilidad social de la Asociación de Guías y Scouts de Chile.

Cuando nos referimos a la niñez y a la juventud solemos pensar en el futuro, en aquello que viene, un futuro incierto que les pertenece; pues ese ha sido uno de los errores más grandes que hemos cometido como humanidad. La niñez y la juventud representan no tan solo el futuro sino también el presente, el aquí y el ahora.

Al referirnos a la participación de la niñez y la juventud nos encontramos a nivel de Estado con escasos espacios reales y vinculantes de participación, pareciera de alguna forma, que como adultos y adultas hemos relegado la participación ciudadana hacia espacios precisamente solo de adultos, aludiendo muchas veces a falta de madurez, control o desconfianza en las ideas u opciones que niñas, niños y jóvenes deseen expresar.

En ese contexto, no es sorpresa para nadie que hayan sido precisamente las y los jóvenes quienes el 18 de octubre de 2019 hayan saltado los torniquetes y quienes en los últimos 30 años de democracia hayan liderado todo tipo de manifestaciones, cambiando el paradigma de nuestra democracia y la vida política de nuestro país.

Respecto al marco legal de la participación de la niñez y la juventud nos encontramos con la Convención de los Derechos del Niño (y la niña), aprobada en 1989; aquello ha representado un cambio de visión de nuestra sociedad, avanzado hacia una que respete a todos sus integrantes, incluida la niñez y juventud. Esta convención nos propone diferentes categorías de derechos, una de ellas es la participación, que plantea que todas las niñas y niños tienen derecho a ocupar un papel activo en su entorno y las decisiones que afecten a su desarrollo como personas.

Si bien es cierto, lo anterior se ha manifestado en principios que hoy son considerados en nuestro ordenamiento jurídico, como el interés superior del niño y la autonomía progresiva, pareciera que en el reconocimiento de la niñez y la juventud como sujetos de derechos y por lo tanto actores activos de las decisiones de nuestro país, no ha cambiado de manera considerable y tal como el Comité de Derechos del Niño (ONU) ha insistido, tanto a los Estados como a las organizaciones en que el enfoque de derechos sigue adoptando una visión asistencialista que considera a las niñas y niños como un grupo vulnerable por sobre una visión que les permita empoderarse de quienes son.

Ahora bien, como Asociación de Guías y Scouts de Chile contamos con más de 112 años de trabajo en la educación no formal de niñas, niños y jóvenes a través de un método de educación basado en el liderazgo entre pares, el sistema de equipos y el aprendizaje por la acción; siendo nuestra Misión contribuir a la educación de niñas, niños y jóvenes mediante un sistema de valores, basado en nuestra Promesa y nuestra Ley (un código ético), para contribuir a un mundo mejor donde las personas se sientan realizadas como individuos y jueguen un papel constructivo en la sociedad.

En el contexto del estadillo social, se dio lugar a una serie de cabildos, la mayoría auto convocados de los cuales las niñas, niños y jóvenes que son parte de nuestra Asociación participaron de manera activa, soñando cambios para nuestra sociedad, nuestro país y nuestra propia institución. Muchos y muchas fueron protagonistas de conversaciones y espacios de participación que se distinguen por ser más informales y transversales, contrastando de la participación representativa que propone el mundo adulto y adoptando formas de acción y participación directa.

Es así como el plebiscito del 25 de octubre les encontró con una brecha de participación tan grande como desoladora, se les excluyó de manera tajante de la discusión y sobre todo de la votación. Atrás quedaron las conversaciones horizontales y los espacios de participación donde adultos y jóvenes soñaban y construían como iguales. Por lo que, ante el panorama que se nos presentaba de participación vinculante de la niñez y juventud, como Asociación decidimos tomar el desafío de levantar la voz de niñas, niños y jóvenes a la Convención Constitucional, creando el proyecto “55mil voces, la voz de las Guías y los Scouts en la Constitución” que tiene por objetivo reunir, instalar y promover la voz de la niñez y juventud que Guías y Scouts de Chile alberga a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, ante la Convención Constituyente de Chile, esto desde el contexto y la forma en la que participan los niños y las niñas que podía ir desde expresiones artísticas como dibujos hasta conversaciones con sustento normativo. Nuestra Asociación está compuesta por cerca 65.000 integrantes (cifras promedio del último trienio); 10.000 de los cuales son adultas y adultos que trabajan como educadores, en labores administrativas, de gobernanza, creación de contenido metodológico, etc. quienes dan soporte a los cerca de 55.000 niñas niños y jóvenes que trabajan en más de 700 grupos presentes en diferentes colegios, escuelas, juntas de vecinos, iglesias, clubes deportivos, empresas, municipalidades, entre otros desde Arica hasta Puerto Natales e Isla de Pascua.

Para lograr llevar a cabo este proyecto, exigía una serie de coordinaciones entre todos los actores y actoras de nuestra institución a lo que se sumó el trabajo y coordinación con otras instituciones y el apoyo de diferentes organizaciones Guías y Scouts de toda América que quisieron sumarse a este histórico proceso; además se requería cambiar los paradigmas e ir a la vanguardia tanto en el discurso como en la práctica en cuanto a participación de niñez y juventud. Debido a nuestro método educativo, la tarea se hizo más liviana pero aun así no menos compleja en cuanto a la percepción de los adultos y adultas. Durante el 2021 se realizaron cabildos en 52 grupos de 16 territorios, donde participaron casi 3500 personas. Las conclusiones fueron claras, existe preocupación por la situación medio ambiental, exigen igualdad de derechos entre hombres y mujeres, mejoras a la salud y educación, protección y libertad para la comunidad LGBTIAQ+, y también se exige mayor participación vinculante y nuevas formas de relacionarse con el poder. Esto estuvo con teste al proceso que llevamos durante enero del 2020 en el marco del Jamboree nacional, en el que los cabildos que se hicieron participaron cerca de 11.000 niños y niñas de todo el país, quienes sentaron las bases de lo que sería el “Proyecto 55 mil voces”, con resultados en ambos casos similares y que no dejan de sorprender desde una mirada del mundo adulto y que se encuentran contenido en el informe “La voz de las Guías y los Scouts para la Convención Constitucional”.

Muy alejado de lo que la opinión pública cree sobre los niñas, niños y jóvenes, al escucharles se puede constatar su preocupación sobre el presente y el futuro, y el gran nivel de información y opinión que tienen acerca de lo que pasa a su alrededor y de la realidad país; de ahí la importancia de crear espacios seguros de participación para la niñez y la juventud, espacios donde puedan compartir abiertamente sus deseos y sentires en esta nueva sociedad que se está construyendo.

Ya finalizado el periodo de cabildos, realizado el cabildo nacional online y la posterior elaboración de una declaración que contiene los tópicos más mencionados, es que nos encontramos ante un plebiscito de salida de dicha declaración, en la cual todos los y las miembros de nuestra Institución podrán elegir si aprueban o rechazan dicha declaración, si se aprueba, será entregada a la Presidencia de la Convención Constitucional, buscando que las y los jóvenes puedan conversar, exponer y comentar nuestro proyecto, con el fin de aportar e incidir a la hora de la discusión y redacción de la nueva Constitución para Chile.

Finalmente, resulta necesario considerar que nuestra actual constitución no alude en ningún artículo a la niñez o juventud, históricamente se ha considerado a la niñez y a la juventud como un grupo especial de protección, alejándoles continuamente de ser considerados sujetos de derechos. La actual Convención constitucional representa una alternativa real de consolidación de derechos de la niñez y la juventud, no solo en cuanto a participación si no en cuestiones básicas, que aún en el 2022, no encuentran cabida en nuestro sistema jurídico. Tras los cerca de 60 cabildos y espacios de conversación llevados el 2021; lo que más nos llama la atención, es como los niños, niñas y jóvenes son sorprendidos al ser consultados por lo que desean para la nueva Constitución; nos preguntan, el por qué les preguntamos. Esperamos y creemos en el trabajo que está realizando la Convención Constitucional en la elaboración de un nuevo pacto social para nuestro país, más inclusivo, más representativa y por sobre todo, sin la exclusión de ningún grupo social, para que así la niñez y la juventud deje de pertenecer a los grupos históricamente excluidos y para no olvidar jamás, en palabras de la poetisa Gabriela Mistral “El futuro de los niños siempre es hoy. Mañana será tarde”.