Guía del GAFI para el uso de la identificación digital como un aliado para combatir el lavado de dinero

Por Yudy Tunjano Gutiérrez.

Abogada. Magíster en Derecho de la Empresa & Master Compliance Officer.

Para el año 2022 se espera que el volumen de las transacciones digitales represente un 60% del PIB mundial, creciendo a un ritmo estimado del 12,7% anual[1], que actualmente se aumenta por el confinamiento y/o medidas estrictas de distanciamiento social que enfrentamos en el mundo entero y que complejiza el acceso personal a cualquier servicio por el riesgo de infección. No obstante, algunos de ellos son prioritarios, como los servicios bancarios y otros servicios financieros, y se debe resolver su acceso a través de operaciones en línea.

En efecto, el uso de pagos digitales/sin contacto y la incorporación digital reducen el riesgo de propagación del virus, pero las empresas deben realizar ingentes esfuerzos para lograr identificar plenamente a sus clientes y a aquellos beneficiarios finales de operaciones comerciales y/o transacciones en línea, y luego proceder a  la verificación de dichas identidades mediante documentos, datos o información confiable de fuentes independientes, tal como lo señala la Recomendación 10 del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) en materia de Debida Diligencia.

Para facilitar aquella obligación, el GAFI publicó recientemente la guía del “Sistema de Identificación Digital” (SID) para: “ayudar a los gobiernos a comprender cómo los bancos y otras personas pueden usar la identificación digital para identificar y verificar la identidad de una persona”, dado que “la identificación del cliente es esencial para evitar que delincuentes y terroristas recauden y muevan fondos”, remarcó.

Sin embargo, ante la gran diversidad de métodos para la identificación del cliente en el mundo digital, como por ejemplo, la identidad biométrica, el link analysis, el procesamiento del lenguaje natural (NLP), reconocimiento óptico de caracteres (OCR) y hasta la prueba de poligrafía, entre otros, el GAFI establece lineamientos para mejorar el conocimiento de dichos sistemas a fin de que una vez sean comprendidos plenamente por parte de los sujetos obligados, puedan aplicar el enfoque basado en el riesgo y contribuya de manera eficiente a combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

La guía establece tres componentes necesarios para corroborar y probar la identidad oficial de una persona, siendo el tercero el más interesante y novedoso para el proceso de debida diligencia, ya que al superar los pasos previos de enrolamiento y verificación del documento de identidad con la persona que lo presenta, permite que la prueba de identidad sea portátil. Es decir, que la credencial de identidad digital de un individuo pueda ser usada para probar la “identidad oficial” en otras instancias/empresas/entidades en donde requiera nuevamente ser individualizado, sin que deba repetir el proceso de identificación y verificación de datos personales cada vez. Tal como los sistemas de reconocimiento cruzado de identificación digital existentes en Europa y el Reino Unido.

Destaca los beneficios del SID para mejorar la seguridad, privacidad y conveniencia de identificar a las personas de forma remota, en la incorporación de nuevos clientes, así como para respaldar la debida diligencia y el escrutinio continuo de las transacciones a lo largo de la relación comercial basado en sistemas confiables e independientes; y, por otra parte, ayuden a monitorear las transacciones con el propósito de detectar e informar movimientos sospechosos, gestionar los riesgos y maximizar los esfuerzos contra el fraude.

De todas maneras, prevé probables obstáculos de conectividad, divergencias con la regulación de algunos países en cuanto a la protección de datos y privacidad y la exclusión de ciertos grupos poblacionales al acceso a la tecnología, así como posibles “riesgos desconocidos” como nuevos actores o criminales que exploten vulnerabilidades aún desconocidas. Se espera que todos los países se involucren y sigan esta iniciativa a la velocidad de la tecnología, ya que el reconocimiento digital constituye un avance importante en materia de debida diligencia, pues en muchos casos genera cuellos de botella en el desarrollo de las relaciones comerciales y en los niveles de satisfacción de servicio de los clientes.


[1] www.fatf-gafi.org/publications/fatfrecommendations/documents/consultation-digital-id-guidance.html