¿Por qué conmemorar el 9 de julio como el día de la visibilidad lésbica en Chile?

Por Carmina Asunción Vásquez Mejías.

Abogada licenciada por la Universidad de Chile; Diplomada en Derechos Humanos, Diversidad Sexual, Identidad de Género y Políticas Públicas, Fundación Henry Dunant América Latina; y Máster en Derecho de Género: Dimensiones Jurídicas y Tutela Jurisdiccional por la Universidad de Jaén. Activista Lesbofeminista. 

 

Desde el año 2015 se consolidó gracias a grupos feministas y lesbofeministas el día de la Visibilidad Lésbica en Chile, esto -pues- se conmemora el día del terrible lesbicidio de Mónica Briones Puccio, escultora y artista de tan solo 34 años recién cumplidos que fue brutalmente asesinada en la intersección de las esquinas Irene Morales con Merced, luego de que saliera del lugar donde se encontraba festejando su cumpleaños, en un bar cercano. Murió desangrada en el lugar, debido a un traumatismo encéfalo craneano, luego de que su amiga Gloria Villar, única testigo del violento crimen, indicara que -mientras la golpeaba un hombre con apariencia militar- le gritara que lo hacía “por lesbiana”. El caso se cerró el año 1993 sin culpables y hoy se encuentra prescrito.

Lamentablemente, éste no ha sido el único lesbicidio en nuestro país. Incluso la BBC advirtió del peligro de las lesbianas de vivir en nuestro país en su reportaje titulado “La Zona Roja: la región de Chile en la que las lesbianas viven con miedo a ser asesinadas”, publicado el 24 de junio de 2019, en conmemoración de un año más del brutal asesinato de Nicole Saavedra.

El 13 de febrero de 2008 fue asesinada María Pía Castro, de 19 años, lesbiana y futbolista, producto de un golpe en la cabeza. Además, se inició un incendio y el cuerpo fue completamente quemado en el sector Pangal de Limache. Nuevamente el caso se cerró sin culpables en 2017 y, a pesar de los esfuerzos de la familia por reabrir el caso con evidencia recopilada de forma independiente, su petición no fue acogida y el caso hoy también se encuentra prescrito.

El día 25 de junio de 2016, Nicole Saavedra de 23 años, lesbiana visible de la localidad del Melón, fue encontrada sin vida luego de una semana de su desaparición con signos claros de haber sido torturada. Desde el primer momento, la falta de capacitaciones para las policías para tratar los crímenes de lesbo-odio fueron cruciales. El mismo día de su desaparición, la familia presentó una denuncia por presunta desgracia. Sin embargo, la policía no inició la búsqueda hasta días más tarde. Igualmente, la investigación estuvo llena de irregularidades. A la familia se le asignó un defensor público que no pidió ni gestionó las diligencias necesarias, el fiscal tampoco dio la información solicitada, por lo que -gracias a la presión- fue removido del caso.

Luego de 3 años, el 21 de octubre de 2021, Víctor Pulgar, chofer de la locomoción colectiva, fue condenado por el homicidio de Nicole, en calidad de autor del delito de secuestro con violación y homicidio. Además, el tribunal por mayoría consideró que el acusado actuó con alevosía, como agravante de responsabilidad penal. Sin embargo, desechó la agravante de odio y discriminación por la orientación sexual de la víctima señalando que ello “no resultó acreditado”, a pesar de que el mismo Pulgar indicó que “se veía como lesbiana” y “usaba ropas de hombres”.

Susana Estefanía Sanhueza Aravena, lesbiana de San Esteban, murió el día 28 de febrero de 2017 en el Archivero Municipal de la ciudad aledaña de San Felipe, y su cuerpo fue encontrado una semana después, con bolsas de basura en su cabeza y en el cuerpo. Cristián Muñoz Muñoz, supuesto amigo de la víctima y quien se encontraba junto a ella al momento de su muerte, además de ser el único imputado, fue absuelto este año, indicándose que la muerte habría sido por causas naturales, debido a una diabetes mellitus, a pesar de que Cristian no habría informado su muerte y puso estas bolsas sobre su cuerpo.

En esta historia de crímenes contra lesbianas podemos ver la absoluta impunidad que prima, así como la ineficacia de la ley contra la discriminación. La mayoría de las atacadas comparten una historia común: son mujeres que escapan de la heteronorma, a la feminidad obligatoria, esa que -siguiendo los parámetros sociales- puede perfectamente ocultar la orientación sexual de una mujer. Por lo mismo. se hace no solo necesario, si no que urgente que el 9 de julio se declare como el «Día Nacional de la Visibilidad Lésbica» y rescatar así la memoria de la comunidad lésbica que abrió paso a la resistencia que realizamos día a día.