LWYR

El futuro de la abogacía

ariel_neuman_PQNPor Ariel Alberto Neuman.

Abogado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Licenciado en Ciencia Política por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, y Magister en Periodismo por la Universidad Torcuato Di Tella. Es director del multimedio AUNO Abogados y de Artículo Uno, empresa de comunicación y marketing jurídico, con sede en Buenos Aires, Argentina, y presencia en toda América Latina.

En 2015 presentó la iniciativa PUMM, de proyectos, acciones, productos y servicios Para Un Mundo Mejor.

[divider]

Imagine un automóvil, uno de ésos que salen en las noticias, de los que se manejan solos, sin volante.

Imagine un documento. Cuatro líneas redactadas por un “informático”, en su propio lenguaje, ininteligible para el resto de los mortales, pero sí para él, la computadora y el auto.

Imagine que ese documento refiere a una prenda sobre el vehículo, imagine que no se paga la cuota, que el documento le envía automáticamente un mensaje al rodado, que el motor no se encienda.

Imagine un poco más: pasadas 48 horas, con la deuda aún impaga, el documento informático envía un mensaje en lenguaje binario que dice algo así como: “auto, volvé a casa”.

Ahora, deje de imaginar. Eso existe, y no en la cabeza de Marthy McFly, el de la película “Volver al Futuro”, sino en toda una corriente que intenta instalar los contratos inteligentes en el mercado jurídico.

¿La lógica? Eficiencia, reducción de costos y tiempo. ¿El peligro? No subirse a la ola y quedar afuera del mercado.

El futuro de la abogacía, eje del Tercer Encuentro de Abogados (www.encuentrodeabogados.com.ar), organizado por Artículo Uno y AUNO Abogados, realizado en Buenos Aires, dejó algunas enseñanzas y centenas de interrogantes en relación a la gestión de talentos, el impacto tecnológico en la práctica profesional, los modelos de negocio y el marketing jurídico global.

El segundo y cuarto tema fueron, probablemente, los más “calientes”.

En el primero se habló de outsourcing de servicios jurídicos, del avance de la inteligencia artificial en la profesión, de la seguridad informática, del big data y el knowdlege managment.

Estos dos últimos, claramente relacionados, giran en torno al conocimiento que albergan los estudios jurídicos y al desconocimiento que tienen de él. A futuro, uno de los grandes diferenciales en el mercado estará dado por quien pueda aprovechar de la mejor manera posible la información que posee.

En lo que se refiere a inteligencia artificial, la capacidad que tienen algunos softwares de redactar borradores de contratos con una precisión mayor a la de jóvenes profesionales es uno de los grandes desafíos para los nuevos colegas. Pero el tema va mucho más allá de eso y permite predecir qué abogado es más eficiente para llevar un tema o ante qué tribunal conviene hacerlo.

En lo que refiere a outsourcing, la cuestión no es solo precio, sino también la posibilidad de tener abogados trabajando 24 horas, husos horarios mediante, en un mismo tema.

La seguridad, teniendo en cuenta el deber de confidencialidad abogado–cliente, es y será cada vez más uno de los temas sensibles a considerar. ¿Dónde queda el mensaje de WhatsApp desde que se manda hasta que se descarga? ¿Qué tan fácil es interceptar una llamada entre dispositivos móviles? ¿Cuesta mucho ingresar en el sistema informático de una firma?

En lo que refiere a marketing global, la recomendación primera pasa por empezar a pensar de una vez por todas como piensa el cliente y no como lo hace el abogado. Desde esa perspectiva, reflexionar sobre por qué alguien habría de contratar los servicios legales es el segundo paso.

En este terreno, un fuerte competidor ya son los buscadores de Internet (y no sólo Google, sino también y mucho más fuerte entre las nuevas generaciones YouTube y hasta Facebook) y las plataformas y foros en los que participan profesionales.

Lo cierto es que a esta altura de la profesión están dadas las condiciones para ejercer el derecho casi de manera global.

Los clientes piden asesoramiento a profesionales en cualquier lugar del planeta o quieren que sus abogados de confianza los acompañen en sus aventuras alrededor del mundo, y el trabajo se ha virtualizado de manera contundente en los últimos años. La única traba que queda es la matrícula habilitante, que incluso no es requerida para buena parte de estas actividades profesionales.

El factor cultural, podría decirse, es en realidad la mayor de las trabas para la internacionalización de las firmas, algo que, hasta ahora, solo han logrado hacer con éxito un puñado de ellas.

La llegada de Garrigues a Colombia y la alianza entre los estudios colombiano, chileno y español son prueba de que hay quienes están pensando en esto. De que el futuro está en marcha, y llega mucho más rápido de lo que uno imagina.