Temporada Otoño-Invierno 2019

  • Pablo Olivares, Lucas Vega y Tomás Aguilar son dos jóvenes abogados y un egresado de Derecho, quienes posaron para la cámara de LWYR para presentar algunas novedades de la actual temporada otoño-invierno. También aprovecharon para hacer recuerdos u opinar sobre algunos temas contingentes.

 

Texto: Miguel Ángel Cruz, director editorial de LWYR.

Imágenes: Andrés Caballero, para LWYR.

 

Y llegamos otra vez a mitad de año. Un tiempo en que la vida personal y familiar va a toda máquina, con proyectos que avanzan a ritmo acelerado y donde estamos sumidos de lleno en la rutina diaria.

Sin embargo, también es una época de cambios. Se nos viene el segundo semestre y, con su llegada, se ve muy lejano el clima cálido del verano, pues comenzamos a padecer el creciente frío ambiental. Por lo tanto, también es época para desempolvar esas primeras capas, gorros, guantes, bufandas y otros accesorios que están guardados desde el año pasado.

Precisamente para ayudarnos a hacer más amable ese tránsito al clima frío, quisimos invitar a dos jóvenes abogados y un egresado de Derecho a modelar algunas novedades para la temporada otoño-invierno. Se trata de Lucas Vega, Pablo Olivares y Tomás Aguilar, quienes aprovecharon la ocasión para hacer una especie de manifiesto sobre lo que piensan y sienten en torno al ejercicio de la abogacía.

Lucas Vega.

Lucas Vega González

Este abogado por la Universidad de La República habla sobre algunos temas de contingencia nacional, pero también de algunos tópicos más personales.

“Mi examen de grado fue una odisea, ya que cuando preparé el grado aún estaba casado y ya era padre de mis cuatro hijos. Acordarme del examen de grado aún me pone nervioso. ¡Menos mal que lo pase a la primera! Lo mejor fueros las mañanas de los días posteriores. Despertar y darme cuenta de que lo había aprobado, y tener esa sensación de tranquilidad fue muy bueno”.

“Son varias las abogadas, juezas y ministras a las que admiro y que han hecho cosas importantes para el país. Pero nombraría a mis amigas abogadas, muchas de ellas con hijos y a las cuales veo como día a día se exigen por ser excelentes madres y profesionales. Nombraría a la magistrada del Juzgado en que trabajo, Marta Ramírez Fritz, por lejos una de las mujeres más trabajadoras que conozco, y que me ha enseñado mucho. No sólo en lo laboral, sino también en la vida personal y como llevar esta profesión”.

“Hoy la mujer se encuentra más sobre exigida que antes. Se le pide ser exitosa en todas las áreas: trabajo y casa. Es nuestro deber apoyarlas, porque es inconcebible que en este tiempo, aun las minorías deban marchar por derechos que el hombre blanco heterosexual tiene sólo por el hecho de haber nacido”.

“Ser papá es uno de los tantos roles que me ha tocado desempeñar en esta sociedad. Sin duda, el más importante. Mis cuatro hijos (Lucas, María Piedad, Clemente y Teresita) me han enseñado que existe el amor sin límites ni cuestionamientos. Con ellos he desarrollo mi paciencia, mi tolerancia y el disfrutar aún más de la vida. No es fácil ser padre, sin embargo, es lo mejor que puede experimentar un hombre”.

“Ser modelo por un día fue entretenido. Los abogados siempre hemos tenido una unión con la moda y la revista LWYR ha plasmado esto de manera extraordinaria. Al momento de seleccionar una corbata o una camisa, estamos eligiendo inconscientemente cómo queremos que la sociedad nos vea. Es más que simple ropa”.

Pablo Olivares.

Pablo Olivares

Este abogado por la Universidad Andrés Bello habla de sus múltiples roles en lo profesional, pero también deja espacio para revisar su espacio personal.

“Además de ejercer la profesión, y como complemento de los trabajos de oficina -en mi caso litigios, contratos y algunas áreas de propiedad intelectual-, asesoro a diversas cervecerías artesanales de Santiago y la Quinta Región. También soy mánager de una banda de metal nacional llamada Parasyche (síguelos en Instagram, YouTube y Spotify) y también presto asesorías pequeñas a bandas de la escena local”.

“Ser papá es un proceso muy enriquecedor. Difícil de afrontar siendo tan joven, pero es muy rico ver los grandes cambios entre mi yo de hace 7 años y el de hoy. Lo difícil de esto es el miedo a no hacerlo bien, de escribir de mala manera un libro nuevo. Fallar es algo que aquí no puede ocurrir, por las consecuencias que podría traer a futuro para tu hija, pero es muy fácil hacerlo. Creo, sin embargo, que he hecho las cosas bien y así lo veo reflejado en su sonrisa. Ser cercano, cariñoso y autocrítico, en su caso, es clave”.

“¿Modelo por un día? Modelo por un día, por segunda vez. Una experiencia muy entretenida, sin duda. Es una gran instancia para dejar la vergüenza y los miedos de lado. Esta vez el qué dirán me importó nada, siempre habrá críticos para todo. Fui a pasarlo bien, reconociendo mis virtudes y aceptando los defectos, y lo logré”.

Tomás Aguilar.

Tomás Aguilar

Este joven egresado de Derecho de la Universidad Andrés Bello hace recuerdos sobre sus primeros días de clases en la universidad y comenta acerca de la trastienda de su experiencia como modelo por un día.

“El primer día en la universidad es toda una experiencia. Para mí fue todo un acontecimiento. Lo recuerdo como si fuera ayer, con mi pelo largo y mi skate llegué unos 30 minutos antes de que empezaran las clases. No quería cometer ningún error. Reconocer mis salas y mi espacio era una prioridad”.

“¿Una abogada a quien admiro? Carolina Schiele Manzor, decana de mi universidad. Es una profesional de tomo y lomo. La admiro por una simple razón, quizás básica para algunos, pero me dejó maravillado su decisión de tomar las riendas de mi facultad en una situación tan frágil como la crisis que hemos enfrentado en estos últimos años. Encuentro que es una abogada con un tremendo currículo, excelente persona, mujer empoderada y, por sobre todo, valiente al tomar este tremendo desafío de asumir el decanato de la facultad de mi alma mater”.

“Para mi ser hombre en plena revolución feminista es, primeramente, una tremenda oportunidad de aprendizaje. Como hombre, soy también un ser humano, y por naturaleza tiendo a errar en mis actos, errores de los cuales el ideal es aprender y buscar no repetirlos. En segundo lugar, es también un tremendo desafío, conforme a los estándares de un nuevo siglo donde hombres y mujeres nos podemos ver mutuamente como iguales en dignidad y derechos”.

“¿Modelo por un día? ¡Estupendo! Una experiencia diferente para muchos, pero entretenida. Por ejemplo, para el set de Williot, tuve la oportunidad de compartir con un vendedor de la tienda que estaba estudiando Derecho. Fue súper interesante ver sus puntos de vista en algunos tópicos jurídicos clásicos. Además, te saca de la rutina y te permite conocer otros espacios donde encuentras nuevos contactos y gente muy buena onda, que está dispuesta a pasar un buen rato fotografiando y conversando”.