Sistema electoral y parlamentarios electos con menos de un 5%: ¿Se justifica la representación minoritaria en un sistema democrático?

Por Cristóbal Vergara Rojas.

Alumno en la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello.

El sistema electoral en Chile y desde su reforma constitucional en el año 2015, ha traído consigo un sin fin de cuestionamientos por parte de los ciudadanos chilenos, como lo es en su estructura y manera de elección de representantes. Si bien este sistema tiene como principal objetivo la representación de minorías en el congreso, no tiene un enfoque en crear un sistema perfecto o ideal, sino a las características o sus formaciones en el sistema político, por lo que se prioriza más a la elección de los representantes que a la manera o método electoral en su conjunto. Desde el retorno a la democracia, 30 parlamentarios entre diputados y senadores llega con un 5% de votos¹, ¿Cómo es posible? Gracias al fenómeno de “arrastre “o ley de carácter inclusivo.

Desde un punto de vista de formalidad del sistema, se dan interrogantes por parte de los motivos de elección o quiénes son los respectivos designados por partidos al parlamento. Esto ha generado un alejamiento por parte de los ciudadanos en ámbito de política, y desincentivo en nuevos candidatos con nuevas ideologías, por lo que existe menos posibilidad de poder implementar puntos de vistas democráticos de sociedad. Además de provocar desigualdad entre los candidatos que logran proporcionar una mayor cantidad de votos.

El sistema proporcional d’Hondt incide en el desarrollo político, y democráticamente crea una incomodidad y malestar entre los ciudadanos. Se piensa en corrupción, ideas o discusiones aplazadas entre partidos políticos, por lo que los verdaderos temas y reclamaciones de problemas sociales quedan en segundo plano. Entonces, el abrimiento de las puertas democráticas a un porcentaje de representantes políticos mucho más que ser una solución, termina siendo una situación muy compleja y defectuosa para los ciudadanos, con consecuencias frente a las posibilidades de una solución. Esta reforma no trae consigo las verdaderas soluciones y estas soluciones no se encuentran en grupos o partidos políticos más “conocidos”, por lo que -en consecuencia- existe exclusión de participación, se crean fronteras de democracia producto de la limitación de ingreso hacia los independientes.

El 5 de mayo del año 2015 entró en vigencia la Ley 20.840[2] y la implementación de este sistema electoral, y el grupo representativo, no justifican la representación en el sistema democrático que vivimos hoy en día. Los motivos son varios. Basta con la información que vemos día a día en los medios informativos, como la televisión, diarios o foros de relación política, leyes injustas, proyectos no realizados, como también las irregularidades que han salido a la luz. Este pequeño grupo que llega de “arrastre” tiene la autoridad de votar y proponer proyectos que satisfagan las necesidades que afectan y siguen afectado a la sociedad desde la vuelta de la democracia.

Los partidarios representativos de la política chilena han sabido sobrepasar las barreras de especulaciones sobre cómo piensan y viven los ciudadanos, pero las grandes expectativas dentro de los círculos políticos y de estrategias, tales como el presente sistema electoral, no causa ni genera una representación masiva. Solo suma amplios números de parlamentarios y, de manera objetiva, más que una modificación positiva es negativa, ya que por más tiempo que transcurre en las variaciones de necesidades sociales son muy pocas las que realmente se han podido concretar.

Otra de las muchas discusiones legislativas que se dio respecto de la reforma del sistema electoral fue un debate abierto de intereses entre partidos políticos y los intereses de la ciudadanía. Se ha hablado sobre lo que el proceso constituyente pueda influenciar como una oportunidad de cambio a los problemas del sistema electoral, la sociedad busca lograr establecer un real principio base sobre este sistema.

¿Existe representación minoritaria en el sistema democrático?

Se establecieron leyes y proyectos con el mismo fin, además de este sistema de “arrastre”, en donde un conjunto amplio de representantes políticos tiene como principal función o finalidad poder entregar y desarrollar las mejores decisiones sobre necesidad, recursos, bienestar de los ciudadanos y la objetividad en concretar una igualdad y participación para todos, ya sean militantes de partidos políticos o no, terminando con los diversos privilegios que generó un sistema de listas electorales. Y aunque suene muy significativo, es realmente contradictorio en todas sus bases y estructuras esto debido a la privación de ideas y/o proyectos, límites de oportunidad, oídos sordos y cierre de puertas hacia la opinión pública. Han salido informes y diversos rankings donde posicionan a Chile como uno de los países más privilegiados de este sistema democrático, pero no se cuenta con que es un sistema que solo sigue beneficiando a los mismos representantes democráticos fallidos, democracia incompleta. La pobreza sigue, las problemáticas sociales a lo largo del tiempo se mantienen.

En conclusión, es importante evaluar las características mencionadas anteriormente, ya que son fundamentos y análisis claves para entender cómo es este sistema electoral, en donde la minoritaria representación de parlamentarios no ha logrado expectativas en los ciudadanos chilenos, por más que se viva en democracia. Las expectativas de cambios son bajas, ya que se han generado desventajas sociales, privación de nuevos candidatos y representantes, legislación con beneficios específicos. Mientras se mantenga este sistema, la opción de realizar un verdadero cambio democrático, social y representativo se mantiene más lejos que cerca.


[1]La tercera entrega balance del número de parlamentarios y el porcentaje de ingreso. 20/11/2017
Disponible en línea: httpss://www.latercera.com/noticia/mas-30-parlamentarios-entraran-al-congreso-menos-del-5-los-votos/

[2] Ley 20.840 del 2015, Ministerio del interior y seguridad publica