“The Lion King” en Broadway

Por Daniel Soto.

Abogado especializado en políticas públicas de seguridad y derechos humanos. Director Académico del curso Fraudes Corporativos que dicta la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez. Coautor, junto a Moira Nakousi, de “Cine y casos de negocios. Una mirada multidisciplinaria” y “Cine y criminalidad organizada. Una mirada multidisciplinaria”.

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El Teatro Minskoff de Nueva York, ubicado en Calle 45 con Broadway, a pasos de Times Square, exhibe cotidianamente el musical “The Lion King” (“El Rey León”), basada en la película animada de 1994 dirigida por Roger Allers y Rob Minkoff, que narra las aventuras de Simba y Nala quienes, con la ayuda de Pumbaa y Timón, luchan por restablecer el orden en un reino devastado por la injusticia de un gobernante ilegítimo que se apoya en la fuerza de un rapaz ejército de hienas.

Bajo la dirección musical de Karl Jurman, la función del 27 de junio de 2017 fue interpretada por un elenco de voces claras y potentes y, como es característico desde su debut, con una dirección escénica perfecta a cargo de Julie Taymor. La cantante sudafricana Tshidi Mayne personificó a un histriónico mandril Rafiki en una versión humanizada y de impronta chamánica; Steven Taylor hizo el papel del poderoso rey Mufasa, con una imponente voz y gran presencia escénica; Cameron Pow, con traje de sirviente y manejando al mismo tiempo un títere, dio vida al ave Zazú, el mayordomo de palacio; el actor de teatro Stephene Carlile, de voz grave, gestos estudiadamente torvos y acento marcadamente británico, interpretó de forma muy convincente al villano Scar; Joshua Dubose y Rika Nishikawa, respectivamente, caracterizaron a los cachorros Simba y Nala con un impresionante y enérgico despliegue; Fred Berman y Ben Jeffrey representaron a Pumbaa y Timón, el importante dúo cómico que rescata Simba y le da refugio en su momento de mayor desolación. Jelany Remy y Adrienne Walker, esbeltos, elegantes y de voces robustas, encarnaron a los jóvenes príncipes Simba y Nala, logrando generar una gran emotividad en las escenas finales.

La transformación de la exitosa película de los Estudios Disney en una obra musical fue hecha en 1997 por la directora escénica Julie Taymor, conocida también por las películas “Titus” (1999), “Frida” (2002) y “The Tempest” (2010), y por la dirección escénica de óperas como “Edipo Rey” de Stravinsky en Saito Kinen Orchestra de Japón en 1992, y “La Flauta Mágica” de Mozart en una versión actualmente vigente en el Metropolitan Opera House de Nueva York desde 2004. Taymor consideró que la película “The Lion King” debía ser reimaginada para que pudiera ser correctamente traducida a la dimensión teatral y trabajó tanto en la adaptación del libreto de Roger Allers e Irene Mecchi, como en el diseño de vestuario y en la coproducción de máscaras y marionetas junto a Michael Curry, pensando en que los actores que encarnaban los personajes animales mantuvieran su aspecto humano a lo largo de toda la representación. Taymor formó un equipo extraordinario. Encargó la coreografía al jamaiquino Garth Fagan, quien, en una fusión de danza clásica, contemporánea y callejera, obtuvo un resultado narrativo notable, representando de manera sobresaliente tanto la exuberancia de la flora africana como la ferocidad de una cacería de leonas, hasta una batalla escatológica final entre las fuerzas del bien (los leones) y del mal (las hienas). El diseño escénico estuvo a cargo del británico keniano Richard Hudson cuyo resultado es asombroso, siendo capaz de traspasar los límites del escenario para sugerir una vasta extensión de la sabana africana o de revivir el ímpetu de una estampida. Los peinados y el maquillaje que reflejan a los animales y el espíritu de África fueron desarrollados por Michael Ward. La iluminación, fundamental en la representación tanto de un amanecer como de situaciones de aventura o peligro, fue implementada con éxito por Donald Holder.

La música de las canciones de la película fue compuesta principalmente por Elton John, y la letra por Tim Rice. Juntos escribieron cinco canciones para el filme, de las cuales tres fueron nominadas a los Premios Óscar y una obtuvo el galardón (“Can You Feel the Love Tonight”). Para el musical agregaron nuevas composiciones de influencia africana, a las que se sumaron las geniales creaciones corales del sudafricano Lebo M. que emplea ritmos, melodías, percusión e idiomas del África Subsahariana, como el pegajoso estribillo en lengua zulú “Ingonyama nengw’ enamabala” (“un león y un leopardo se acercan a este lugar”) que acompaña a “The Circle of Life” en la apertura de la obra. Adicionalmente, se incorporaron también composiciones de Mark Mancina, Hans Zimmer y Jay Rifkin, quienes ya habían trabajado en la música de la película.

“The Lion King” es una exitosa obra musical que cumple en noviembre de 2017 veinte años de vida, y de la que se calcula ha sido vista por unos 85 millones de espectadores en todo el mundo, incluyendo las versiones en diversos idiomas estrenadas en México, Brasil, Europa y Oriente. El secreto de esta ópera del Siglo XXI es que es un “cuento de animales” que muestra una tragedia profundamente humana y en la que la magia puesta en escena logra comprometer la sensibilidad de los espectadores de todas las edades.