LWYR

Pablo Prüssing

Por Pablo Prüssing Fuchslocher

Abogado, P. Universidad Católica de Chile, Magíster en Derecho (L.L.M.) de la Universidad de Heidelberg, Alemania, y Diplomado en Libre Competencia de la Pontifica Universidad Católica de Chile.Actualmente se desempeña como abogado y Encargado de Asuntos Internacionales de la Dirección de Compras y Contratación Pública (Dirección ChileCompra), dónde además de sus funciones como abogado en materias tanto contractuales como judiciales y de coordinación internacional, se dedica a ciertos temas relacionados con las compras sustentables y socialmente responsables, e integridad en la contratación estatal, participando en diversas mesas de trabajo relacionadas con la materia.

[divider]

4 minutos y 40 segundos de promedio, por kilómetro. Ese debía ser mi ritmo de carrera en los 42K de Buenos Aires, para lograr mi objetivo de mejorar mi tiempo con respecto a lo realizado el año 2011, en la misma carrera.

Y es que quería mi revancha.  El año pasado, si bien hice un tiempo razonable, no quedé conforme, ya que corrí mal una carrera que supuestamente era más plana, y por ende, más fácil que Santiago. Y lo peor, es que la sufrí, y mucho, aunque claro, la terminé. Pero quería mi revancha.

Mi relación con el trote se remonta a varios años ya.  De hecho, en mis últimos años de colegio trotaba, de forma amateur, en los pedregosos caminos cercanos a Osorno, 3 ó 4 kilómetros, una o dos veces por semana, no más que eso.

En mis primeros años universitarios, ya en Santiago, seguí con el trote, algo suave, sin mayores exigencias.  También jugaba fútbol, deporte en el cual, si bien le ponía empeño, era malo. Fue  justamente en el fútbol, me corté los ligamentos de la rodilla.  El doctor me indicó que, si podía vivir sin fútbol, no era necesario operar, pero obviamente no podía volver a jugarlo.

Así que no me quedó otra que dedicarme exclusivamente al trote.  Con una lesión a la rodilla, tampoco es lo ideal, pero bueno, por lo menos no tenía los movimientos bruscos de otros deportes.  Así que seguí con ello durante el resto de mi vida universitaria, y en mis primeros años de trabajo.

Durante mis estudios de postgrado en Alemania,  lo suspendí un poco, básicamente, porque en Heidelberg llovía bastante, y el invierno es muy frío, por lo que trotar resulta una idea quizás no muy buena. No obstante, al volver a Chile retomé el ritmo, y me empecé a inscribir en las primeras carreras.

Ya trotar 10K era un verdadero desafío, pero luego de la primera, seguí compitiendo -mejorando cada vez más mis tiempos-, hasta que llegó el desafío mayor: Mis primeros 21K, para la maratón de Santiago del año 2009. Y los hice sin problemas.

En esa misma carrera me encontré con un colega, quién compitió, pero en los 42K. Fue en ese momento que me propuse correr también los 42K, para el año siguiente.

Quizás decir “preparación” puede resultar un poco pretencioso, ya que no hice ninguna dieta especial, corría 30 o 40 kilómetros semanales, y solo me cuidé de no ingerir alcohol la noche anterior a la carrera, porque obviamente, podía no ser una buena idea. Terminé mi primera maratón con un tiempo nada de malo, para ser mi primera vez: 3 horas y 38 minutos.

Aunque cansadísimo, la sensación al final fue de “misión cumplida”…y un íntimo deseo de volver a correr de nuevo, cosa que obviamente hice, mejorando muchísimo mi tiempo, casi en 17 minutos, una diferencia sideral en términos “maratonianos”. ¿Por qué tanta mejora? La verdad es que hasta el día de hoy no tengo una explicación.

Creo que simplemente fue suerte, porque mi preparación fue la misma, sin dietas ni programas especiales. De hecho, la tercera vez, subí mi tiempo, cosa que no encontré tan terrible, porque sabía que las 3 horas y 21 minutos no eran “razonables” y obedecían más a un factor de suerte.  Y aunque en esta tercera oportunidad subí mi tiempo, sí hubo un punto positivo que destacar: Sentía que tenía resto físico, que podía haber seguido corriendo un poco más, que no estaba destruido, o por lo menos, no completamente. Y la razón, creo, fue que desde Febrero del 2012, empecé a entrenar junto a los Nike Runners.

Tengo que reconocer que no me atraía mucho la idea de participar en estos grupos de trote, ya que había que pagar para terminar corriendo igual en la calle, lo que siempre ha sido gratis. Sin embargo, el estar en estos grupos sirve, y mucho.  Se crea una rutina de entrenamiento, se hacen ejercicios específicos, y aunque uno no lo percibe al instante, tiempo después si se notan las positivas consecuencias.

Por eso, Buenos Aires 2012 fue quizás el mejor ejemplo de este nuevo “entrenamiento en grupo”. Tuve mi revancha y fue mejor de lo que yo mismo esperaba: Tiempo neto de 3 horas, 11 minutos y 30 segundos. Era primera vez que corría con un reloj con GPS, que aparte de medir los kilómetros recorridos, marca el ritmo, informando los kilómetros por minuto.  Y vaya que cambia si uno cuenta con esa información al momento de correr.  El no contar con esta “ayuda”, es equivalente a que un piloto vuele un avión sin instrumentos, cosa que es posible, aunque claramente, muy difícil. En resumen, era la primera vez que corría de forma técnica, es decir, controlando mis tiempos, y sobre todo, mi ritmo de carrera.

El conocer el propio ritmo de carrera permite proyectar tiempos, y saber cuando acelerar o cuando calmar el paso. Por ello, ya sabiendo el ritmo, y manteniéndolo, se permite planificar de mejor forma la carrera, y por ende correr  en forma “inteligente”.

Finalmente ¿qué les diría a aquellos que se inician en esto del Running? Todos sabemos lo positivo que es hacer deporte, y los beneficios que conlleva. Pero sobre todo – y suponiendo que alguna vez correrán 21 o 42K-, es la mejor forma de desafiarse a uno mismo, de vencer ese miedo “al yo no puedo”.

Yo estoy muy lejos de tener estereotipo de atleta, y reconozco que nunca he sido muy bueno en los deportes, pero acá no se trata de ser bueno o malo. Uno no compite contra otros, no hay comparaciones con terceras personas.

Acá el desafío es con uno mismo. Y el sentir que uno se supera, es simplemente, grandioso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.