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Los humanos, como seres dotados de raciocinio, nos hemos caracterizado siempre por tratar de encontrar respuestas al “famoso” por qué de los sucesos.
Esta vivencia que quiero compartir con los lectores y seguidores de LWYR no hizo la excepción a la más corriente y usual de las preguntas: ¿por qué?
Antes de formular la pregunta en concreto y tratar de encontrar la respuesta a la misma –si es que la hay–, debo partir por señalar que la tragedia experimentada el día 22 de marzo del presente año, tras el atentado terrorista en el aeropuerto de Bruselas, “capital europea”, es la que me llevó a escribir este artículo, pues me toca muy de cerca, ya que mi amiga Isidora Candia (con la cual no sólo comparto abrazar la bella profesión de la abogacía, sino con quien me encuentro cursando estudios de postgrado en Europa) fue víctima del mencionado episodio y que por fortuna salió ilesa.
¿Por qué Bruselas está en la mira del terrorismo yihadista?
El yihadismo, que deriva del salafismo, es un fenómeno heterogéneo donde coexisten diversas interpretaciones sobre cómo volver a los orígenes del Islam. Los principios, en definitiva, de todas estas doctrinas consisten en restaurar la grandeza del Islam, reislamizar a las sociedades musulmanas desde la más estricta ortodoxia y la aspiración de crear estructuras políticas que velen y promuevan la realización de dichos principios.
Al Qaeda es la organización yihadista más conocida.
Los métodos que utilizan para lograr sus fines son variados, siendo los más usuales los atentados terroristas perpetrados en territorio occidental, con los que buscan un gran impacto mediático, por esa razón suelen producirse habitualmente de madrugada o a primera hora de la mañana para que tengan la máxima repercusión en los medios de comunicación a lo largo del día. Con ello, lo que pretenden es crear una sensación de pánico y terror con la que forzar a la opinión, voluntades de los gobiernos y sociedades a sus doctrinas.
Por su parte, es importante tener presente que Bruselas no sólo es la capital y ciudad más grande de Bélgica, sino que también es la principal sede administrativa de la Unión Europea.
Bruselas, es la sede de las instituciones de la Unión Europea: (a) El Consejo Europeo; (b) La Comisión Europea; (c) El Consejo de la Unión Europea (Secretariado General), y; (d) El Parlamento Europeo. En definitiva, es considerada oficialmente la capital de la Unión Europea.
Teniendo en claro esto, cabe destacar que después de los atentados de Paris del 13 de noviembre de 2015 se hacía prácticamente imposible ignorar que Bruselas estaba en la mira de estos grupos yihadistas, por las siguientes razones: (1) tres de los atacantes en Paris tenían vínculos con la capital belga (dos de nacionalidad belga y uno de residencia belga) y que habían luchado con el Estado Islámico; (2) los atentados contra el semanario Charlie Hebbo y un supermercado judío en Francia fueron realizados con armas adquiridas en Bruselas; (3) Bélgica cuenta con una población musulmana de unos 640.000 individuos, de los cuales uno de cada 1.260 ha estado implicado en la yihad; (4) Bélgica es la nación europea que más elementos aporta a la guerra de Siria.
Sin duda alguna, la presencia de las instituciones europeas era el más evidente de los motivos para poner a Bruselas en el punto de mira, tal es así que una de las explosiones tuvo lugar en la parada de metro de Maelbeek, donde se encuentra el Consejo de Europa.
El gran problema hoy es el resentimiento y sed de venganza que se ha instaurado en la sociedad, que se ha visto vapuleada por tanta miseria humana connotada del sufrimiento y desesperación, que son el resultado de estas guerras originadas por ansias de poder y codicia, en donde no cabe el respeto al más elemental de todos los derechos, que es “el derecho a la vida”.
Se ha observado que, a menudo, los que retornan están obsesionados por cometer atentados en sus países, como forma de venganza contra una sociedad que, consideran, los rechazó. Al haber producido aproximadamente un 10% de los yihadistas europeos que luchan en Oriente Medio, Bélgica no podía ser sino el primordial objetivo.
Considero que los gobiernos de las potentes naciones del mundo no pueden en el día de hoy, siglo XXI, adoptar como medida contra la violencia, la propia violencia. Hay algo básico que uno aprehende cuando comienza a dar los primeros pasos de vida y es que se enseña con el ejemplo, porque al final del día, siempre lo único que nos queda es lamentarnos por todas aquellas víctimas inocentes.
Y preguntarnos ¿por qué?; ¿por qué?; ¿por qué está pasando todo esto?