Perspectiva de género en investigaciones internas: Desmitificando mitos

Por Rebeca Zamora Picciani.

Abogada por la Universidad de Chile. Socia en Honorato | Delaveau.


En el ámbito de las investigaciones internas en empresas y organizaciones, la aplicación de una perspectiva de género es esencial para comprender las complejas dinámicas que subyacen en las denuncias y los procesos de cumplimiento de cualquier naturaleza. Sin embargo, esta perspectiva a menudo es malinterpretada y rodeada de mitos que oscurecen su verdadero propósito y alcance. Es fundamental destacar la importancia de una comprensión genuina de la perspectiva de género en todas las áreas de investigación, más allá de los casos de acoso sexual o laboral.

Siguiendo lo anterior, a menudo se escuchan afirmaciones (en investigaciones de acoso sexual) tales como: «la perspectiva de género hace que solo le creamos a las mujeres sólo por el hecho de ser mujeres», perpetuando mitos que distorsionan su verdadero propósito. Lo cierto es que no se trata de creer sin cuestionar, sino de reconocer que las experiencias y perspectivas de género influyen en cómo percibimos y abordamos distintas situaciones. Es un lente que nos permite entender las desigualdades de poder y las normas sociales que pueden afectar la forma en que se manejan las denuncias, sin descartar la validez de la evidencia presentada por cualquier individuo, independientemente de su género.

En el contexto de las investigaciones internas sobre acoso sexual, es fundamental abordar y desmitificar ciertas creencias erróneas que pueden obstaculizar la identificación y el abordaje adecuado de estas situaciones. Uno de los mitos más comunes es la idea de que las denuncias de acoso sexual son exageradas o infundadas, lo cual desacredita la experiencia de las víctimas y contribuye a la perpetuación de un ambiente hostil. Esta falsa percepción no solo silencia a las víctimas, sino que también socava los esfuerzos por crear una cultura laboral segura y respetuosa.

Otro mito frecuente es la creencia de que el acoso sexual es solo un problema entre colegas de géneros opuestos, ignorando así la realidad de que puede ocurrir en cualquier tipo de relación laboral. Esta percepción estrecha limita la comprensión del alcance del acoso sexual y dificulta la identificación de situaciones problemáticas por lo que resulta fundamental reconocer que el acoso sexual puede materializarse de diversas formas y entre individuos de cualquier género, y que todas las denuncias merecen ser tomadas en serio y tratadas con la debida diligencia.

Respecto a este prisma es crucial entender que la perspectiva de género no se limita únicamente a investigaciones sobre acoso sexual o laboral. Está intrínsecamente ligada a todas las áreas de investigación, incluidas aquellas relacionadas con la corrupción y, en general, con todo el Compliance mismo. Reconocer cómo las normas de género influyen en el comportamiento y las interacciones dentro de una organización es esencial para comprender los riesgos de corrupción y la efectividad de las políticas de cumplimiento.

Un aspecto importante que a menudo se pasa por alto es el miedo a represalias que enfrentan muchas mujeres al considerar presentar una denuncia. Ser la proveedora principal del hogar puede añadir una capa adicional de presión y temor, especialmente si existe la posibilidad de perder el empleo o enfrentar estigmatización. Este temor puede inhibir a las mujeres de denunciar situaciones de corrupción o violaciones de políticas en el lugar de trabajo, creando un ciclo de impunidad y perpetuando un entorno laboral desigual.

Por lo tanto, es fundamental implementar medidas de protección y apoyo específicas para las mujeres que se enfrentan a estas circunstancias. Esto incluye garantizar canales de denuncia seguros y confidenciales, así como promover una cultura organizacional que valore la equidad de género y la inclusión.

Ahora bien, la Ley Karin ha marcado un hito significativo, en ese sentido, este marco legal ha fortalecido la responsabilidad de las empresas al exigir la implementación de protocolos de prevención del acoso laboral y/o sexual y la violencia en el trabajo, así como la creación de canales de denuncias para abordar estos casos de manera efectiva. Además, la ley brinda protección a las víctimas y establece procedimientos claros de investigación y sanción, promoviendo así una mayor transparencia y confianza en las empresas para el abordaje de estas situaciones.

Esta ley no solo eleva el estándar de las investigaciones internas, sino que también ofrece beneficios tangibles para las empresas, incluyendo la mejora del ambiente laboral, el aumento de la productividad y la consolidación de una imagen corporativa positiva. Este enfoque integral en la prevención y abordaje del acoso y la violencia en el trabajo representa un avance significativo en la promoción de entornos laborales seguros y equitativos. En última instancia, desmitificar la perspectiva de género en las investigaciones internas requiere un compromiso genuino con la igualdad y la justicia. Solo al reconocer y abordar las dinámicas de género en todas las áreas de investigación, podemos crear entornos laborales más seguros, equitativos y transparentes para todos.