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Los derechos de propiedad intelectual de una mujer, ¿una lucha legal o social?

Por Luis Armando Álvarez.

Abogado por la Universidad Santa María, Venezuela. Especialista en Propiedad Intelectual por la Universidad de Los Andes, Venezuela. @emprendiendolegalmente.

En la actualidad, el género femenino representa un número competitivo en cualquier ámbito. Por tal motivo, este año la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) dedica su día a las mujeres creativas e innovadoras, que con esfuerzo y dedicación han sido parte del proceso evolutivo del desarrollo artístico, científico y tecnológico global.

A lo largo de los años, la mujer ha sido un vivo ejemplo de lo que representa una lucha constante y permanente por encontrar lo que se denomina la “igualdad de género” entre el masculino y femenino, como consecuencia del posicionamiento de uno por encima del otro simbolizando un tipo de “dominación”, como -por ejemplo- los derechos civiles y laborales, sin dejar a un lado los de propiedad intelectual (PI).

En particular, la PI no ha correspondido una distinción entre los géneros al momento del reconocimiento u otorgamiento de derechos, ya que, por una parte las legislaciones en Derechos de Autor han expresado que estos derechos son reconocidos a “toda persona” que genere contenido creativo y original, y por otra, las leyes en Propiedad Industrial -aunque expresan que la constitución de derechos corresponderá al “inventor o creador”- se puede considerar que estas denominaciones son en un sentido enunciativo, mas no taxativo.

A pesar de que las mujeres no han sido excluidas de estos derechos por parte de los sistemas legales, tal parece que la sociedad es la que se ha encargado de segmentar y cuestionar si una mujer podía constituir derechos por sus creaciones, permitiendo que el hombre reclamare el reconocimiento u otorgamiento por él mismo. Casos como el de Jocelyn Bell Burnell, una astrónoma y científica británica, quien descubrió los púlsares (estrellas de neutrones altamente magnetizadas que emiten radiación periódica) mediante su investigación de postgrado, que ganó el premio Nobel de Física en 1974 y que le fue otorgado a su tutor Antony Hewish junto a Martin Ryle. En año el 2018 fue galardonada con el premio especial Breakthrough por su contribución a la astronomía[1] otorgándole el debido reconocimiento.

Al igual que Jocelyn, otros casos similares ocurrieron como con la investigadora Rasalind Franklin, con sus aportes en la identificación de la estructura del ADN, y Ada Lovelace, matemática y escritora quien fue una de las primeras programadoras de computadoras, donde fue una pionera en la informática y trabajó junto a Charles Babbage en el diseño de la «Máquina Analítica», considerado como el precursor de la computadora moderna. Todavía en la actualidad se discute si en efecto la colaboración de Lovelace la pueden considerar coautora del programa[2].

Así como en la ciencia, en el arte también los derechos de las mujeres han sido suprimidos por la institución matrimonial, como es el caso de Mary Shelley, autora británica que escribió la novela Frankenstein en 1818, donde por confusión se le atribuyó la autoría a su esposo Percy Bysshe Shelley, por cuanto la obra fue publicada en el anonimato con el nombre de su nombre en el prólogo, pero años después se le dio el reconocimiento a Mary Shelly en la edición formal del libro[3]. Otro desafortunado caso fue el de la artista mexicana Frida Kahlo, pero -más que la vulneración sobre sus derechos- fue la desvalorización de su arte siendo opacado por el de su esposo Diego Rivera. Pero en temas propiamente de derechos, fue el caso de la pintora Margaret Keane, quien fue abusada y su arte apropiado indebidamente por su esposo Walter Keane, quien se hacía pasar como el autor de las obras de los “ojos gigantes”. Pasaron 10 años hasta que la autora pudo descubrir los actos delictuales de su esposo y no fue hasta la década de 1980 que decide demandar a su ex marido por difamación, obteniendo el fallo a su favor por una indemnización de 4 millones de dólares[4].

Otro caso similar al de Shelley, mas no igual, fue el de Marie Curie en 1903, donde se le quiso atribuir la premiación a su esposo por el descubrimiento del radio como un nuevo elemento químico y dejando su participación a un lado por ser mujer. Sin embargo, Pïerre Curie exigió su nominación y fue galardonada por el resultado de su investigación. Cabe destacar que Marie ha sido la única persona en recibir dos premios en categorías distintas.

Casos como los anteriormente comentados han sido el motivo de una lucha constante del género por encontrar la igualdad dentro la sociedad, ya que al parecer el simple hecho de “ser mujer” era símbolo del demérito, falta de capacidad y autoridad. Afortunadamente, la constancia ha permitido que en la actualidad se pueda encontrar participaciones de mujeres en economías emergentes explotando su creatividad e innovación.

Por tal motivo, la OMPI enaltece a la mujer al exhibir y apoyar su trabajo mediante el “Programa de formación, mentoría y establecimiento de contactos en materia de Propiedad Intelectual para emprendedoras de Pueblos Indígenas y Comunidades Locales”. Su objetivo es generar conexiones entre personas y los diversos medios de protección de los activos intangibles como herramienta para el desarrollo local hasta la internacionalización de sus productos o servicios. De tal manera, que se mencionan alguno de los casos de este programa a nivel mundial:

  • Loreto Alsa (Tagbanua, Filipinas): trabaja en la creación de una marca para la comercialización de la miel recolectada mediante diversas prácticas autóctonas de recolección, buscando proteger la explotación de los conocimientos y las prácticas del pueblo tagbanua sobre la recolección tradicional de la miel.
  • Celestine Habiba Magouo Epse Djallo (Mundang, Camerún): es la fundadora y directora de Habiba Natural Care, una empresa que fabrica productos cosméticos naturales a partir de hojas, cortezas y aceites vegetales, gracias a los conocimientos tradicionales del pueblo Mundang. Ha centrado su estrategia de PI en proteger las técnicas de fabricación de sus productos y distinguirlos en el mercado.
  • María Corral Hidalg y Dexcy Zambrano (Comunidad Los Naranjos, pueblo montubio, Ecuador): ambas imparten capacitación sobre la transformación de materias primas en productos terminados con valor añadido, que -además de venderse- mejoran la nutrición de la comunidad. De las 15 variedades que ha reunido, tres ya han recibido clasificación oficial.
  • Ashley Minner (Tribu lumbi de Carolina del Norte, Estados Unidos de América): es folclorista, ha estudiado y documentado aspectos de la identidad cultural de su comunidad gracias a la etnografía y la investigación. Entre sus proyectos se encuentra la realización de un mapa y guía impresos, una aplicación móvil para hacer rutas a pie, un mapa de historias Arc GIS y una página web específica.
  • Nurzat Zheenbek Kyzy (Comunidad local, Kirguistán): es la directora del Art Group Zharashat, que reúne a artesanos de las artes aplicadas, artistas, arquitectos, diseñadores, escultores, etnógrafos e historiadores. Nurzat y su equipo se proponen crear un libro electrónico de adornos y estampados, que proporcionará información exhaustiva sobre los adornos y estampados tradicionales de Kirguistán, incluyendo, por ejemplo, su origen, nombre, significado, historia y normas de uso.
  • Tia Taurere-Clearsky (Nga puhi/ngati kuri (maorí), Nueva Zelandia): es editora y videógrafa de difusión de servicios de televisión, quien decidió crear un sitio web para ofrecer contenido en vídeo e imágenes, para ofrecer una representación y contenido adecuado de los pueblos indígenas prestando un servicio a la industria cinematográfica y televisión. Su objetivo es proteger y promover su trabajo, y el de los artistas indígenas de Nueva Zelandia, Australia, Canadá y los Estados Unidos de América que figurarán en su sitio web por medio del derecho de autor y las marcas.[5]

Casos como estos demuestran los avances del género siendo apoyados por organismos internacionales. A pesar de que no se observó participación chilena o venezolana en este programa, eso no significa que ambos países se hayan quedado atrás con este tipo de gestión.

Por una parte, Chile puede considerarse como un país comprometido con la igualdad de género y ejemplo de ello son los estudios de participación femenina demostrando el incremento de solicitudes de patentes por mujeres en un 27%[6] y marcas 36%[7]. Otro ejemplo, con relación al género y la protección cultural fue la concesión del Sello de Origen “Manos de Isla Negra” como Marca de Certificación, la cual fue solicitada para distinguir tejidos y productos textiles creados por mujeres de campesinos y pescadores de Isla Negra.

Por otro lado, como caso puntual, en Venezuela se pudo otorgar las primeras Marcas Colectivas para los pueblos indígenas en el año 2018, luego de haber sido solicitadas en el 2008, como consecuencia del retiro del Régimen Común de países Andinos. Debido a esto, el proceso quedó paralizado, ya que la legislación interna en propiedad industrial del año 1956 no concibe la constitución de este tipo de signos. Pero el resultado de esta concesión fue producto del trabajo investigativo de Astrid Uzcátegui Angulo[8], una mujer que expuso la justificación legal basada en la normativa nacional y los tratados internacionales ratificados por Venezuela, donde se expresan la protección de los derechos humanos, culturales, sociales y económicos de las comunidades indígenas.

Por último, resulta curioso que en temas de protección y gestión cultural, en general, son las mujeres quienes figuran como líderes (esto como una percepción personal) como -por ejemplo- actos culturales del colegio, universidades o trabajo social. En este sentido, más que impedimentos por aspectos normativos, se considera que es la misma sociedad que por costumbre se encarga de segmentar los espacios y hasta las preferencias, pero que sin duda alguna el quiebre de estigmas ha permitido la integración de espacios entre los géneros hasta el empoderamiento de ciertas áreas que en un principio fueron dominados por hombres, pero que en la actualidad se le atribuyen a las mujeres, como -por ejemplo- disciplinas deportivas como el patinaje artístico, gimnasia rítmica o las artes escénicas como el ballet.



[1] Escobar, L. 2020. Jocelyn Bell Burnell, la mujer que descubrió los púlsares. Señales del espacio exterior. Instituto de Astrofísica de Canarias. Canarias, España. Acceso: 24-03-2023. Disponible en: Jocelyn Bell Burnell, la mujer que descubrió los púlsares | Instituto de Astrofísica de Canarias • IAC

[2] Yanes, J. 2015. Ada Lovelace: original y visionaria, pero no programadora. Acceso 27-03-2023. Disponible en: https://www.bbvaopenmind.com/tecnologia/visionarios/ada-lovelace-original-y-visionaria-pero-no-programadora/

[3] History Channel Latinoamérica. 2021. Mary Shelley: vida y obra de la creadora de Frankenstein. Frankenstein. Acceso: 25-03-2023. Disponible en: https://www.historylatam.com/biografias/mary-shelley-vida-y-obra-de-la-creadora-de-frankestein#:~:text=%22Frankenstein%2C%20o%20el%20moderno%20Prometeo%22%20fue%20publicado%20en,trat%C3%B3%20de%20la%20obra%20de%20Percy%20Bysshe%20Shelley.

[4] González, J. 2014. La increíble historia de la pintora de los ojos gigantes. BBC News Mundo. Acceso 29-03-2023. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/12/141128_cultura_margaret_walter_keane_ojos_gigantes_pelicula_finde2014_jg

[5] Base de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Empresarias de pueblos indígenas y comunidades locales. Conocimientos tradicionales. Acceso; 24-03-2023. Disponible en; https://www.wipo.int/tk/es/women_entrepreneurs/

[6] Base del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial. 2023. Número de inventoras que patentan en Chile experimentó un crecimiento de un 27% en 2022. Acceso: 29-03-2023. Disponible: https://www.inapi.cl/sala-de-prensa/detalle-noticia/numero-de-inventoras-que-patentan-en-chile-experimento-un-crecimiento-de-un-27-en-2022

[7] Base del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial. 2022. Reducción de la brecha de género: Solicitudes de marcas presentadas por mujeres anota en 2022 su cifra más alta. Acceso: 28-03-2023. Disponible en: https://www.inapi.cl/sala-de-prensa/detalle-noticia/reducci%C3%B3n-de-la-brecha-de-g%C3%A9nero-solicitudes-de-marcas-presentadas-por-mujeres-anota-en-2022-su-cifra-m%C3%A1s-alta

[8] Uzcátegui, A. 2010. Derechos Indígenas y Propiedad Intelectual Colectiva en Venezuela. Caso del Pueblo Pemon. Anuario de Derecho Año 27, N° 27 Ene-Dic 2010. Pg 161. Mérida, Venezuela.