Por Ana Carolina Albanese.
Abogada. Subdirectora del Instituto de Derecho de la Moda Colegiación Público de la Abogacía de Capital Federal. Buenos Aires, Argentina.
En los últimos años, la “cultura del dupe” ha generado un intenso debate en la industria de la moda. Este fenómeno, que presenta productos similares a los de lujo a precios más asequibles, ha sido criticado por marcas de alta gama que consideran que atenta contra su originalidad y derechos de propiedad intelectual.
Por otro lado, muchos consumidores y defensores de un acceso más amplio a la moda ven los dupes como una alternativa viable para obtener un producto deseado sin pagar el precio completo. Sin embargo, la línea entre un dupe y una copia es delgada y, en muchos casos, difícil de desentrañar.
Un ejemplo de este conflicto es el reciente caso de Williams-Sonoma contra Dupe.com, donde la marca de lujo alega que esta plataforma está comercializando productos que confunden al consumidor al replicar sus diseños protegidos. Williams-Sonoma sostiene que estas imitaciones no sólo afectan la reputación de la marca, sino que también vulneran derechos de propiedad intelectual, lo que reabre la discusión sobre el límite entre inspiración y copia (https://abovethelaw.com/2023/12/fashion-victims-dupes-are-a-serious-problem/).
La fina línea entre dupe y copia
El principal desafío de la cultura del dupe es trazar una clara distinción entre lo que es un dupe legítimo y una copia directa. Un dupe toma como inspiración un producto existente, buscando imitar su esencia o estilo, pero sin replicar elementos protegidos como logos, patrones o diseños patentados. Por otro lado, una copia es una reproducción casi exacta del original, que puede violar derechos de propiedad intelectual al replicar características clave del producto.
Este es un terreno particularmente gris, y el hecho de determinar si un producto es un dupe o una copia no es tarea sencilla. En este proceso, la asesoría de abogados especializados en el negocio de la moda es fundamental para guiar a las marcas tanto en la defensa de sus derechos como en la evaluación de si un producto en cuestión infringe la ley. Estos abogados colaboran desde ambos lados: tanto en la protección de la creatividad de las marcas como en la búsqueda de alternativas para aquellos que desean ofrecer productos inspirados, pero legales (Above the Law).
Cuestiones éticas y legales: ¿Son los dupes realmente inocentes?
El auge de los dupes no sólo plantea interrogantes legales, sino también éticas. Muchos de estos productos se fabrican sin tener en cuenta la sostenibilidad ni el impacto en el medio ambiente o en las condiciones laborales. Además, las marcas de moda rápida -que a menudo producen estos dupes- tienden a fomentar una mentalidad de consumo desechable. Mientras las marcas de lujo promueven productos de mayor calidad, durabilidad y procesos de producción más responsables, los dupes ofrecen una alternativa barata y de menor calidad, perpetuando un ciclo de compra y descarte rápido.
Desde una perspectiva legal, los dupes no siempre son considerados ilegales, pero cuando cruzan la línea hacia la copia directa, es posible que vulneren derechos de propiedad intelectual, como patentes o marcas registradas. Aquí es donde las marcas deben estar alerta y proteger sus activos creativos mediante litigios o acuerdos extrajudiciales.
En conclusión, aunque la cultura del menor costo seguirá teniendo gran demanda, las marcas de lujo continúan combatiendo lo que perciben como una amenaza a su propiedad intelectual. Para ello, cuentan con el apoyo de abogados especializados que juegan un papel crucial en este campo, ayudando a desentrañar la compleja línea entre lo que es un dupe legítimo y lo que simplemente es una copia.