
Por Elisa D’Aquin Lema.
Egresada de derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez. Hizo mi práctica profesional en el Servicio Jesuita Migrante. Cofundadora del Preuniversitario Social Crece de la Universidad Adolfo Ibáñez. Parte de Visionarios UAI (formadores de líderes) y de Trabajos Voluntarios de la misma casa de estudios. Le gustan mucho las áreas del derecho comercial, propiedad intelectual y protección de datos personales.
A raíz de varios acontecimientos importantes en el mundo de las artes como son los premios Caleuche en enero de este año, del día del teatro y el del patrimonio cultural a principios de junio, es que reactivé mi cuestionamiento acerca de la importancia de la cultura para el desarrollo de la sociedad y la identidad que tenemos como país. Creo que es muy relevante porque la música, el teatro y el cine -por dar algunos ejemplos- son una fuente de expresión de creatividad y expresión, además de entretenernos y hasta incluso educarnos. Es una forma de representación de las distintas identidades, expresiones de género y orientaciones sexuales. Cosa que es siempre es importante recordar luego de haber pasado recién el mes del orgullo en junio.
Entonces, asumida ya su relevancia y afortunada valoración social progresiva a lo largo de los años, considero fundamental manifestarlo en una modificación en la legislación que respalde este apoyo y reconocimiento de estos profesionales, así como lo han sido siempre los de las carreras tradicionales. Porque, además, es una demanda histórica el interés que ha habido en la protección de los derechos de los actores, artistas audiovisuales y de todos los profesionales de las artes en Chile. Es por esto por lo que el Colegio de Actores de Chile ha sido una de las organizaciones que ha liderado este movimiento solicitando una serie de cambios en la legislación que aborden algunos de los desafíos más apremiantes que enfrentan.
Entre las demandas del Colegio de Actores y los profesionales de las artes se encuentran:
1. Condiciones laborales justas: Los profesionales de las artes han luchado por condiciones laborales justas, que incluyan jornadas adecuadas, remuneración equitativa y acceso a seguridad social. Han pedido que se reconozca el carácter laboral de su trabajo y se implementen medidas para evitar la precariedad en el sector.
Esta es una de las demandas más potentes actualmente, sobre todo porque durante la pandemia se dejó aún más en evidencia la falta de protección social de muchos tipos de empleos y, entre ellos, los de las artes que no pudieron ejercer sus labores.
2. Protección de los derechos de autor y de imagen: La piratería y la falta de protección de los derechos de autor han afectado a los profesionales de las artes en Chile. Han demandado la implementación de políticas y leyes que salvaguarden sus creaciones y les permitan recibir una compensación justa por su trabajo. Así como también el pago de una remuneración equitativa por el uso de su imagen entre todos estos trabajadores. Lo que es importante sobre todo para el mundo actoral.
3. Acceso a financiamiento y apoyo: Los profesionales de las artes han exigido mayor acceso a financiamiento y apoyo para el desarrollo de sus proyectos. Han demandado la creación de fondos y programas que les permitan acceder a recursos económicos para la producción, promoción y difusión de su trabajo.
Este ámbito es uno de los que más se ha reforzado durante los últimos años, junto con el siguiente punto, reflejado -por ejemplo- en la creación del Ministerio de la cultura, las artes y el patrimonio el 2018, la ley sobre el fomento de las artes escénicas del 2019 (Ley 21.175), la auto gestión realizada por los propios artistas (como es ChileActores[1] y otras fundaciones que promueven la participación y organización dentro de cada gremio) y la convocatoria a los fondos de cultura[2] creada por su ministerio el 2021 para sobrellevar los efectos de la pandemia.
4. Reconocimiento y valoración cultural: Los artistas han buscado un mayor reconocimiento y valoración de su labor por parte de la sociedad y las instituciones. Han demandado una mayor visibilidad y promoción de la producción cultural nacional, así como la inclusión de las artes en la educación y la valoración de su aporte al patrimonio cultural, pues se ha denunciado las bajas horas de educación artística en el programa escolar, lo que deriva en una falta de reconocimiento, de las posibilidades de que se dé a conocer el trabajo que realizan los artistas y las posibilidades de acceso para dedicarse a este rubro laboral.
5. Participación en la toma de decisiones: Los profesionales de las artes han buscado ser parte activa en la toma de decisiones que afectan su sector. Han pedido ser considerados en la elaboración de políticas culturales y la creación de espacios de diálogo y participación para discutir y abordar sus necesidades. Punto que también fue propuesto en el borrador de la nueva constitución en 2022, pero que luego fue rechazada.
Ahora bien, las estadísticas señalan que efectivamente los trabajadores de la cultura -como son los de las artes visuales, las artes escénicas, la danza, la música y la literatura- poseen una situación laboral precaria en comparación a los otros tipos trabajadores y un bajo o nulo nivel de protección social. Esto se evidencia en el hecho de que la mayoría trabaja sin un contrato laboral de por medio[3], sino que lo hacen a través de boleta de honorarios o trabajan de manera independiente, sobre todo entre los extremos etarios (entre los más jóvenes y los más viejos). Además, suelen recibir las más bajas remuneraciones del mercado laboral profesional, obligándoles a que la mayoría de los artistas se caractericen por el pluriempleo, es decir, trabajar en diversas labores (…) ya sea para proveerse del ingreso necesario para su subsistencia, para cumplir con los requerimientos que imponen los proyectos en que se embarcan o por un afán de satisfacción personal y profesional[4].
Se suma el hecho de que también existe una evidente desigualdad salarial entre hombres y mujeres, lo que se puede observar en el estudio realizado por el Centro de Estudios Culturales, donde existe una mayor cantidad de mujeres trabajando de manera informal o bajo un contrato de honorarios. Esto genera una situación de inestabilidad laboral y desprotección en el ámbito de seguridad social, es decir, un sistema de previsión y salud, poque independientemente de su situación económica, el sistema provisional les obliga a cotizar en una AFP, especialmente para las trabajadoras de la cultura.
Entonces, considero indispensable que, entre las medidas que se debiesen tomar, se regule la situación problemática en la que se encubren las obligaciones que recaen sobre el empleador en cuanto al salario mínimo, jornada de trabajo, cotizaciones previsionales, vacaciones pagadas y protección ante accidentes laborales y enfermedades profesionales[5]. Además de crear una categoría contractual en el Código del Trabajo, así como existe para los deportistas profesionales que poseen relaciones laborales atípicas en comparación con los contratos laborales tradicionales, porque ya está bien claro que subsumir sus relaciones en contratos indefinidos, a plazo fijo o de honorarios no satisface las necesidades de los artistas de libertad y flexibilidad, pero sin dejar de lado las remuneraciones justas y acordes con el trabajo realizado y un sistema de protección social que les ampare.
Finalmente, las demandas sociales y jurídicas de los profesionales de las artes en Chile reflejan la necesidad de reconocer y valorar su trabajo, así como de mejorar las condiciones laborales y garantizar la protección de sus derechos. Es fundamental que la sociedad y las autoridades comprendan la importancia de las artes en el desarrollo cultural y social del país, y que se implementen políticas y medidas que promuevan la justicia y dignidad para quienes dedican su vida a las expresiones artísticas. El reconocimiento y apoyo a los profesionales de las artes es esencial para el enriquecimiento de nuestra identidad cultural y el fortalecimiento de nuestra sociedad en su conjunto.
[1] https://www.chileactores.org/fundacion-gestionarte/
[2] https://www.cultura.gob.cl/convocatorias/ministerio-de-las-culturas-abre-convocatoria-a-los-fondos-cultura-2021-con-foco-en-la-reactivacion-del-sector-cultural/
[3] https://www.elmostrador.cl/dia/2022/02/21/informe-del-gobierno-revela-que-en-el-sector-cultural-mas-del-80-son-trabajadores-independientes/
[4] Los trabajadores del sector cultural en Chile. Estudio de caracterización. Obtenido de: http://observatorio.cultura.gob.cl/index.php/2018/11/14/los-trabajadores-del-sector-cultural-en-chile-estudio-de-caracterizacion/. Revisado: 9/07/2023. Departamento de Estudios y Documentación Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2004.
[5] Ibid.