Evolución en la historia

Por Carolina Gutiérrez Pinto

Abogada, secretaria de Estudios, Facultad de Derecho UDP.

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Mientras hacía clases de Historia del Derecho, quise hacer un ejercicio simple. Les pedí a los alumnos que hicieran una comparación de la situación social romana con la situación social actual chilena, en cualquier ámbito de muchos que habíamos visto en la última semana.

Resultó que la gran mayoría hizo la similitud entre el estatus de “ciudadano” en el derecho romano y el estatus de “chileno”, y la condición migratoria actual que vivimos en el país. Todos concluyeron que, tal como pasaba en Roma hace dos mil años atrás, en Chile se vive una situación que discrimina groseramente entre los chilenos y los extranjeros que han venido a vivir acá. Así como los romanos no eran iguales a los latinos o a los peregrinos, los chilenos no tienen el mismo “estatus” que los extranjeros. Y no se trata de beneficios o derechos marginales, sino derechos básicos. Por ejemplo, llama la atención lo mucho que han debido luchar los niños, hijos de extranjeros nacidos en Chile, para obtener la nacionalidad chilena, aun cuando la Constitución señala en su artículo 10 número 1, que siempre pueden optar por esta nacionalidad. Y mientras, estos niños son apátridas con todas las consecuencias que eso implica.

Y no sólo existe un problema legal-administrativo, también hay un problema social. Con la masiva llegada de personas desde países como Haití, Colombia y Perú nos hemos dado cuenta de que no somos tan “acogedores” como se pensaba, y que la discriminación que deben vivir estas personas a diario es bastante dura.

Urge, entonces, revisar la ley, los reglamentos y normas administrativas que permitan dar un trato digno e igualitario a las personas que, aun no siendo chilenas, viven en nuestro país, para sentir que en estos dos mil años que han pasado desde el derecho romano, nuestra sociedad y nuestro derecho ha evolucionado “algo” en esta materia.