El pasaporte biológico del atleta, piedra angular para la lucha contra el dopaje

Por Francisco Manuel Rosado Medina.

Graduado en Derecho. CEU – Andalucía.

La práctica del deporte se encuentra cada vez más presente en nuestra rutina, lo que hace que poco a poco no nos ha quedado otra que interesarnos por saber si esos posibles logros son fruto del esfuerzo y la constancia personal, o no. Para poder llevar a cabo un estudio particular sobre este tema, tenemos que echar la vista atrás y verificar el proceso tan cambiante por el que hemos pasado, ya que son muy distintos los objetivos que tenían los deportistas con el nacimiento de los Juegos Olímpicos por allí en épocas greco-romanas, comparados con los que se quieren alcanzar a día de hoy, donde predomina la economía global sobre los valores olímpicos que caracterizan al deporte.

A día de hoy, se están llevando a cabo diversos estudios para poder dilucidar si los deportistas se encuentran bajo los efectos de sustancias dopantes. El propósito de éstos no es otro que el de poder, de una vez por todas, tener un mayor control del problema que afecta el deporte. Fruto de este estudio y de la imperante lucha contra el dopaje deportivo, surge un elemento novedoso y clave; el Pasaporte Biológico del Atleta. Este instrumento, ha supuesto un antes y un después, ya que se hace un control tan sumamente exhaustivo de los deportistas que aminoran de una forma determinante la posibilidad de que pueda infringir las normas antidopaje. Cabe atender a la definición de la AEPSAD: “Un pasaporte biológico es la recopilación de los parámetros fisiológicos de un deportista, mediante varios análisis de sangre y orina a lo largo de un periodo de tiempo (normalmente, 5 ó 6 analíticas). Este pasaporte comprende dos módulos: el Hematológico y el Endocrino (que incluye a su vez el Esteroideo)”[1].

Con los datos obtenidos del Pasaporte, se procede a comprobar el perfil biológico del propio deportista, y se le atribuye un algoritmo matemático. De ello, sacamos un intervalo de valores, y dependiendo si éstos se encuentran entre los permitidos y normales, se dilucida si el deportista ha incurrido en alguna infracción antidopaje. En el caso de que lo haya hecho habrá una alteración de estos valores máximos.

Es cierto, y tenemos que dar por sentado que a día de hoy, incluso con la introducción del Pasaporte Biológico del Atleta, se siguen conociendo casos de dopaje, pues hay que reconocer que aunque cada vez existen más métodos para poder detectar dichas prácticas y mejorar los métodos de prevención, también las vías para el uso de sustancias prohibidas avanzan buscando las formas para poder esquivar los controles y quedar impunes. Pero además, el entramado del dopaje no sólo está compuesto por los deportistas que consumen, sino que detrás hay un sinfín de profesionales, tanto del mundo del deporte, como de la medicina y la ciencia, de tal manera que constantemente están innovando para crear nuevos métodos más eficaces y más complejos a la hora de la detección.

Hay varios organismos encargados de esta lucha diaria, tanto a nivel nacional, la Organización Antidopaje de España (Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte, AEPSAD), así como internacionalmente y organismo principal y referente, la Agencia Mundial Antidopaje AMA. Fruto del trabajo de ambas, junto con el resto de organizaciones que se encargan de este tema, hacen que cada día esta práctica en el deporte sea más compleja. La tarea no es nada fácil, ya que tienen que llevar a cabo importantes trabajos de prevención, educación y si es necesario, de sanción.

El 2021 el Código Mundial Antidopaje -proveniente de la AMA- ha sido actualizado introduciendo varias novedades, algunas de ellas con especial calado, dado que en ciertos casos se puede llegar a rozar el conflicto con los derechos fundamentales de un determinado deportista, por la posible intrusión en el ámbito de la privacidad o incluso en el de protección de datos, por lo que, se hace un tema aún más candente y sensible. Una de las grandes preocupaciones de este Código son las propias políticas de educación y concienciación, para ello, se están proporcionando novedosas campañas que acerquen la realidad de los problemas del uso del dopaje a los jóvenes y que incentiven los verdaderos valores del deporte a los niños, haciéndoles ver el peligro del uso de sustancias dopantes.

Gracias al Código Mundial Antidopaje tenemos un marco jurídico tan extenso que hace que no sólo se procedan a castigar a los infractores, sino que también se sanciona de igual manera tanto a cooperadores como a cómplices del deportista que es descubierto. Pero en esta lucha, también tienen un papel fundamental como no podía ser de otra manera, los organismos policiales. En este sentido, la INTERPOL llevan años tratando y cooperando con los propios organismos nacionales e internacionales, en aras de proporcionar una detección más rápida y eficaz del dopaje.

En consecuencia, el Pasaporte Biológico del Atleta ha venido para quedarse, siendo la mayor pesadilla de todo atleta que quiera incurrir en la ingesta de sustancias dopantes. Para ello, todos los organismos nacionales, internacionales y policiales, luchan y reman en la misma dirección para garantizar un deporte en el que predominen los valores que representa el deporte olímpico, tales como el esfuerzo y la disciplina, que no deben ser manchados por prácticas de abuso y antideportivas que solo hacen desvalorizarlo. Esto es un reto marcado a largo plazo, pero con el desarrollo de la normativa antidopaje se está alcanzando unos niveles de adaptación a la sociedad que hace que tengamos un mayor enclave jurídico, cuyo fin último es alcanzar un deporte limpio, sano, y con los valores olímpicos en su cúspide.


[1] Definición Pasaporte Biológico del Atleta. (6.XI.2014). Disponible en: https://blog.aepsad.es/que-es-el- pasaporte-biologico/. Última consulta: 09.XII.2021.