El “gobierno corporativo”, el nuevo inevitable fenómeno

Por Pablo Velásquez Krisch.

Abogado por la Universidad Nacional de Asunción (Paraguay). Máster en Derecho Empresarial por la Universidad Autónoma de Barcelona (España). Máster en International Business & Management por la Universidad Luiss Guido Carli (Italia). Curso de Global Business Responsibility en la Nottingham Trent University (Reino Unido).

Paraguay, como también en toda Sudamérica, el fenómeno del “gobierno corporativo”, que empezó a sonar en Europa en la década de 1990, comenzó igualmente a tener una considerable relevancia.

La región inició a transitar, acertadamente, el camino saludable que tiene como meta final la dirección adecuada de las empresas, incluyendo a todos los involucrados a las mismas, de manera directa o indirecta, no dejando de lado a ningún grupo interesado, ya sea real o potencial.

Hoy ya no se analiza únicamente el ratio financiero, los últimos balances y estados financieros de las empresas, sino cómo es gobernada, ya que constituye una herramienta importante para la sostenibilidad, entre otras cosas, de la entidad, cuestión asequible para cualquier tipo de proyecto.

Poco a poco esta rama está abandonando el mundo del soft law para adentrarse y consolidarse en las normas de tipo hard. Ya existen normativas relacionadas que forman parte del ordenamiento jurídico positivo de los países, por suerte.

Cuestiones como los perfiles de los administradores, experiencia, dedicación, remuneración, deberes fiduciarios, responsabilidad, derechos de los socios minoritarios, abuso de los mayoritarios, etc., están siendo arduamente debatidos, como nunca.

Repito hasta el cansancio, que trabajar para lograr un “buen gobierno”, y eventualmente pagar por ello, no es ni será un gasto sin retorno, sino una eficaz inversión que ayudará a alcanzar el ansiado nivel de competitividad de la organización, por decir solo un beneficio. 

El gobierno corporativo es, en resumen, la forma en la que se dirige una empresa, de inicio a fin, y pretende lograr el tipo de gobierno más adecuado para cada empresa en particular.

Comprende concretamente, el conjunto de normas que regulan el funcionamiento de los órganos y departamentos de las empresas, estableciendo las reglas para el relacionamiento entre la asamblea de accionistas, el directorio y el órgano de control.

Determina las funciones, obligaciones, facultades y límites de cada órgano, de manera a lograr un equilibrio entre todos para mejorar el desarrollo y eficiencia de la empresa.

La importancia de un efectivo gobierno corporativo es indudable, ya que “los fundamentos teóricos del gobierno de la empresa han resultado ser, con frecuencia, unas herramientas excelentes para diagnosticar si el origen de los problemas de eficiencia en la dirección y gestión estratégica de la empresa está o no en su sistema de gobierno, y, en caso afirmativo, para afrontar estos problemas con mayor solvencia”.

Además, gobernar una empresa significa decidir los destinos de los recursos, y resolver los conflictos causados entre la multitud de individuos con diferentes intereses en el desempeño de la empresa.[1]

El anterior director de Política Económica de la Unión Europea señaló que “la buena gobernanza contribuye a la generación de valor en las empresas, a la mejora de la eficiencia económica y al refuerzo de la confianza de los inversores”. 

Todas las empresas son diferentes y contienen características particulares, por lo que es un error gobernar de la misma manera en distintas o todas las empresas.

El principal reto de gobierno corporativo, no solo se centra en asignar roles, crear o modificar estructuras, instaurar controles, sino se trata en generar la cultura necesaria en los participantes del proceso, logrando que éstos adquieran los principios, acepten sus obligaciones y apliquen los cambios necesarios, tanto a nivel personal como organizacional, y que hagan de las soluciones propuestas, soluciones permanentes y eficaces.[2]

Es así como hoy día, el fenómeno del gobierno corporativo, responsabilidad social y protección al inversor, son considerados como deberes inherentes en la empresa, ya que un mal gobierno afecta negativamente el valor de ésta.[3]

Una buena gobernanza corporativa, es aquella basada en principios de buenas prácticas, no interesadas solamente en la rentabilidad de sus inversiones en el corto plazo y por la generación de las mayores ganancias a sus accionistas, sino también aquella basada en los efectos colaterales de su actividad. Esto implica tener un directorio que decida sobre las políticas de la empresa acorde con los tiempos y necesidades, y que cumpla con un rol socialmente más activo, una compensación adecuada y comités de auditoría eficientes. Se necesita de un directorio que esté bien representado y que sea abierto a la participación de los grupos interesados.[4]

Por todo esto, una correcta asesoría en materia de gobierno corporativo y la atención diaria a éste, ayudará a la empresa a alcanzar todos los objetivos propuestos, de manera más sencilla, eficaz, y hasta económica, y será un contundente motivo de reducción de cierre y quiebre de empresas.

El esfuerzo, sin duda, valdrá la pena.


[1] Martin-Martínez, Víctor Manuel, en “Tendencias actuales de gobierno corporativo: Comparativa de los consejos de administración de Alemania, EE.UU., Japón y España”, publicado en la Revista Universitaria Europea N° 24, 2016, p. 97-98.

[2] Vásquez Vélez, Stefany; Dorado Paz, María Isabel. Gobierno corporativo en las pymes, 2016, pág. 38.

[3] Pérez Carrillo, Elena. Gobernanza corporativa y de entidades del sector financiero. Complejidad creciente, y nueva articulación funcional y orgánica de actores, intereses y riesgos, en Fernández, Ángel; Pérez Carrillo, Elena (Directores). Actores, actuaciones y controles del buen gobierno societario y financiero. Madrid, Marcial Pons, 2018, 1° ed., pág. 34.

[4] Núñez, Georgina; Velloso, Helvia. El papel de la gobernanza corporativa en la recuperación y desarrollo de los mercados de capital en Estados Unidos, en Georgina Núñez, Andrés; Mendes De Paula, Germano (Coordinadores). Gobernanza corporativa y desarrollo de mercados de capitales en América Latina, Bogotá, Mayol Ediciones S.A., 2009, 1° ed., pág. 130.