Día Internacional de la Mujer 2023: Potenciar el futuro de las mujeres y luchar por su igualdad

Por Marcela Inzunza.

Abogada por la Universidad Central, con estudios de Postgrado en las Universidades Católica de Chile, de Chile, de Yale y de Pennsylvania. Se ha desempeñado en el sector público y en el privado, donde desde hace algunos años ha llegado al nicho de los laboratorios farmacéuticos. Además, es directora y vicepresidenta de Comités Técnicos de la World Compliance Association, Embajadora de Her Global Impact y mentora en Inspiring Girls Chile y WoomUp.

Este 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha abraza a todas las mujeres y tiene sus raíces en la lucha por participar en la sociedad en igualdad. Uno de sus orígenes se encuentra en las manifestaciones de mujeres que, a comienzos del siglo XX, protestaban por el derecho a voto, condiciones de trabajo e igualdad de género.

Sin embargo, fue el 8 de marzo de 1857 cuando se produjo uno de los hitos que sentó sus bases: durante esa jornada, miles de mujeres trabajadoras textiles marcharon por las calles de New York para exigir mejoras laborales. Asimismo, este día también hace referencia al 25 de marzo de 1911, cuando un pavoroso incendio consumió en apenas media hora los pisos octavo, noveno y décimo del edificio Asch, en el Greenwich Village de Nueva York, específicamente en la fábrica Triangle Shirtwaist, lugar en donde trabajaban unas 500 personas, la mayoría de ellas jóvenes inmigrantes que apenas hablaban inglés. El desastre cobró la vida de 123 mujeres y 23 hombres, conmocionó la ciudad y sirvió para hacer avanzar -a un alto costo- las regulaciones de seguridad en el trabajo y el reconocimiento de los derechos de la mujer. Cabe mencionar que, además de un sinfín de deficiencias técnicas, una de las puertas de evacuación estaba cerrada para evitar que las trabajadoras tomasen descansos no permitidos, robaran material e impedir la entrada a las instalaciones de sindicalistas que pudieran fomentar la conciencia sindical.

Este 8 de marzo nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre los logros y desafíos que enfrentan las mujeres en todo el mundo. En este año en particular, se explorarán los efectos de la brecha digital de género en el crecimiento de las inequidades sociales y económicas, así como la importancia de proteger los derechos de las mujeres y las niñas en los espacios digitales, y de abordar la violencia de género en línea y la facilitada por las nuevas tecnologías de la comunicación.  

Aunque hemos avanzado en la lucha por la equidad de género, todavía queda mucho por hacer. En este sentido, es trascendental abordar las raíces culturales y sociales de las desigualdades que afectan a las mujeres. La sociedad debe desafiar los estereotipos de género y promover la simetría en todas las esferas de la vida. Esto abarca el fomentar la participación activa de las mujeres en la política y en los negocios, así como garantizar que tengan acceso a oportunidades de empleo y de liderazgo igualitario.

Empoderar a las mujeres implica darles las herramientas y recursos necesarios para tener el control de sus vidas y tomar decisiones informadas. Esto incluye el acceso a la educación, salud, servicios financieros; a vivir libre de violencia y discriminación. “Dar poder a las mujeres” es promover su sentido de autoestima, su capacidad de determinar sus propias elecciones y su derecho a influir en el cambio social para ellas mismas y su entorno.

Se ha demostrado que fortalecer a las mujeres tiene un impacto positivo en las familias, las comunidades y las naciones. Por ejemplo, cuando las niñas reciben educación, es más probable que se casen más tarde y tengan menos hijos, más sanos y educados. También es más probable que participen en la fuerza laboral y obtengan mayores ingresos, logrando la ansiada independencia económica lo que, a su vez, conduce a poblaciones más preparadas y se impulsa el crecimiento económico y el desarrollo.

La educación es uno de los medios más importantes para consolidar a las mujeres con los conocimientos, las habilidades y la confianza en sí mismas necesarios para participar plenamente en el proceso de desarrollo. Hace más de 70 años, la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirmó que “toda persona tiene derecho a la educación”. En 1990, los gobiernos reunidos en la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos en Jomtien, Tailandia, se comprometieron con el objetivo del acceso universal a la educación básica. No obstante, pese a los notables esfuerzos de países de todo el mundo que han ampliado considerablemente el acceso a la educación básica, hay aproximadamente 700 millones de adultos analfabetos en el mundo, de los cuales dos tercios son mujeres. Más de un tercio de los adultos del mundo, la mayoría mujeres, no tienen acceso al conocimiento impreso, a nuevas habilidades o tecnologías que mejorarían la calidad de sus vidas y les ayudarían a moldear y adaptarse al cambio social y económico. Más de 300 millones de niños que no están matriculados en la escuela primaria y el 70% de ellos son niñas.

De igual forma, la eliminación de la violencia contra la mujer es crucial en este proceso. La violencia contra la mujer es un problema generalizado y persistente que afecta a mujeres de todas las edades, razas y niveles socioeconómicos. Adopta muchas formas, incluido el abuso físico, sexual y emocional, y puede tener consecuencias devastadoras para la salud y el bienestar de las mujeres. Para abordar este problema, es necesario cambiar las normas sociales y las actitudes que toleran la violencia contra las mujeres;  garantizar el acceso a servicios y apoyo para ayudarlas a recuperarse del trauma de la violencia, así como tomar medidas consistentes y firmes por la eliminación de cualquier tipo de amenaza en este sentido. Proteger, amparar y defender a las mujeres en su calidad de ser humano es un imperativo social. No se puede seguir esperando ni viendo cómo el sistema y las instituciones fallan una y otra vez.

Finalmente, transitando 2023, hay desafíos que las mujeres continúan enfrentando, tales como:

  • Brecha salarial de género: a pesar de los avances en los últimos años, las mujeres continúan ganando menos que los hombres por el mismo trabajo. Esto conlleva un efecto significativo en la autodeterminación económica de las mujeres y su capacidad para mantenerse a sí mismas y a sus familias.
  • Falta de representación en puestos de liderazgo: las mujeres están subrepresentadas en puestos de liderazgo en el gobierno, empresas y otros sectores. Esto limita las perspectivas y las voces que informan la toma de decisiones y perpetúan el sesgo y la discriminación de género.
  • Equilibrio entre la vida laboral y personal: muchas mujeres continúan soportando una carga desproporcionada de responsabilidades de cuidado, lo que les dificulta participar plenamente en la fuerza laboral y avanzar en sus carreras.

En este Día Internacional de la Mujer, celebremos los logros de las mujeres y comprometámonos, con acciones decididas y concretas, a construir un mundo más justo y equitativo para todos, ayudando a niñas, adolescentes y mujeres a alcanzar su máximo potencial.