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Chvrches: el azul más profundo

José_Ignacio_Núñez_PQNPor José Ignacio Núñez L.

Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Post Graduado en Derecho y especialista en Constitucionalismo y Garantísmo (2009) y en Justicia Constitucional (2012) por la U. de Castilla La Mancha. Magíster en Derecho Público de la P. U Católica de Chile. Diploma de Estudios Avanzados (DEA) y Candidato a Doctor en Derecho, U. de Castilla La Mancha. Imparte clases en diversos programas de pre y post grado en Chile. Autor de numerosas publicaciones científicas en las áreas de Derecho Público, Derechos Fundamentales y Teoría del Derecho, publicadas en distintos países de América y en España. Director del Área de Litigios de Novarum ADCA. Adicto a la cafeína, deportista de fin de semana y escritor de día domingo.

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Dedicada a mi cómplice musical: el norte de todas mis brújulas.

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Tuve la fortuna de conocer la música de Chvurches, gracias a un Cover de “Lies” –canción de su primer disco– que Muse interpretó en una señal de la BBC.

Chvrches, es un trío escocés de Synth-pop, integrado por Lauren Mayberry (voz, sintetizadores y samplers adicionales), Iain Cook (sintetizadores, guitarra, bajo, voz) y Martin Doherty (sintetizadores, samplers, voz), que acaba de lanzar su segundo disco: “Every Open Eye”.

Para los que vemos al Derecho como una profesión y no como una forma de vida, hay un dato sobre este grupo que no puede pasar inadvertido. Lauren, su cantante, además de ostentar un envidiable garbo de la talla de Audrey Hepburn, se licenció en Derecho en la Universidad de Strathclyde, Escocia y luego completó un master en Periodismo. Pero se dedica a hacer música, y de la mejor.

Las melodías Chvurches se nutren de la elegancia de fines del siglo XX: Depeche Mode, New Order, Eurhtymics o Pet Shop Boys, se hacen presentes con frecuencia entre acordes, casi como un tributo.

“Every Open Eye”, tiene 14 canciones en su versión Deluxe y 11 en su edición simple. Pero, sea cual sea la versión que se escuche, este disco es una cuidadosa, pero no por eso menos sincera, combinación de temas, melodías y letras que se asemeja a una obra de Joan Miró.

Un soporte de fondos blancos, silencios, pausas y puentes al infinito, que hacen más intensos los colores, sonidos, voces o palabras de cada canción. Fórmula que logra el objetivo de ese Pop que no aspira a la trascendencia por intermedio del afán contracultural del Rock, sino que apuesta – como hacemos casi todos – a maquillar sentimientos e impulsos primitivos con disfraces de racionalidad.

Superlativas en un tracklist de gran factura son “Leave a Trace”, valiente aceptación de una crónica de una muerte (amorosa) anunciada. “Clearest Blue”, una intensa y primaveral proclamación de desengaño, además de “Afterglow”, una cansada pero no rendida declaración de principios.

En fin, tal vez queriéndolo pero no apostando a ganador, Chvrches logra en este disco transportar, sin necesidad de impostaciones fúnebres, al azul más profundo. Incluso con ganas de bailar.