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Algunas frases de Gabriela Mistral que todo abogado debe recordar

Por Esther Alfonzo Rivera.

Abogada por la Universidad de Margarita. MSc. en Criminalística por el Instituto Universitario de Policía Científica. MSc. en Derecho Penal y Criminología por la Universidad Bicentenaria de Aragua. Doctorando en Ciencias Penales y Criminalísticas por la Universidad Católica Santa Rosa- Universidad de Margarita. Abogada Litigante. Docente Universitaria. Cofundadora de Cata Jurídica con Tacones. Email: estheralfonzor.abg@gmail.com Instagram: @estheralfonzor.abg. Venezuela.

“Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase. Enseñar con la actitud, el gesto y la palabra”.

Gabriela Mistral.

Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, es el nombre de quien conocemos como Gabriela Mistral, nació el 07 de abril del año 1889, en Vicuña, Chile; comenzó a trabajar desde joven como pedagoga. Mujer poeta, de quien muchos hemos leído sus poemas llenos de profunda sencillez y claridad para todo tipo de lector; maestra que llegó hasta ser la directora de la escuela rural, donde conjugaba la poesía y la educación, en su honor se conmemora en Chile, el 07 de abril, el día de la Educación Rural.

Gabriela Mistral, este seudónimo lo utilizó por primera vez en el año 1908, en “El Coquimbo”; nunca se señaló como feminista, pero destacaba la importancia de la mujer, en algunos momentos recibió críticas por la postura que mantenía la respecto, pero igual señalaba que a la mujer le asisten sus derechos, resaltando que  en la educación como la vía para disminuir la desigualdad que limito radicalmente mentalmente y físicamente  a la mujer;  fue una mujer con mucha fortaleza que supo salir adelante a pesar que provenía de una origen humilde del cual jamás renegó.

Por su vocación al servicio de la enseñanza de los más pequeños y necesitados, proclamaba la necesidad del respeto de los derechos de estos, la importancia de gozar de los mismos, y aunque no escribía dirigido a los Abogados, en esta ocasión, se comentan algunas frases de Gabriela Mistral que todo Abogado debe saber, porque los Abogados también enseñan en las aulas universitarias, en conferencias, en charlas, foros, talleres, congresos, pero lo más importante, es con ejemplo.

“No digas lo que piensas, pero piensa lo que dices”.

Gabriela Mistral.

El decálogo del Abogado del Maestro Eduardo Couture, en su segundo mandamiento, señala “Piensa: El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando”.

En muchas ocasiones hemos escuchado que la oficina de todo Abogado está en su mente, pero con que debe tener una oratoria de primer nivel, la elocuencia de las palabras al hablar debe acompañarlo en cada discurso de apertura y cierre de un debate, pero no sólo allí, en cada acto de expresión de sus ideas en las objeciones, y más allá debe guardar esa cautela en cada pregunta en el interrogatorio y en el contrainterrogatorio; de allí colega Abogado aunque tengas ganas “no digas lo que piensas, pero piensa lo que dices” como lo dijo la admirada poeta y maestra Gabriela Mistral.

Para el Maestro José Luis Castillo Alva, la argumentación consiste en “esgrimir una serie concatenada de razonamientos convenientemente expuestos, para persuadir al destinatario de la veracidad o validez de una tesis que, por lo general, no está demostrada fehacientemente con anterioridad”.

Lo que el abogado exprese, debe tener coherencia, en lo que argumente debe ser coherente y racional, sin vacíos, pertinente, congruente, con un lenguaje claro, sin divagancias, no debe permitirse ambigüedades desde el inicio de la preparación de su caso, al expresarse, menos en un juicio oral y público, ante los interrogatorios a testigos, expertos, al argumentar ante el juez de la causa; por ello, las altas responsabilidades de un abogado al expresarse son de considerar por él mismo primeramente.

En el día a día del Abogado, encontramos en muchas ocasiones a quienes no tienen “filtro” al referirse a otra persona, al expresar sus ideas, y es tan necesario que revisemos ese particular, no se puede andar diciendo todo lo que pensamos sin pensar si lo que decimos afecta al otro, si es verdad o mentira, si no es de nuestra incumbencia o si lo es,  ser comedidos a la hora de hablar y expresarnos; hoy en día, debido a las situaciones varias que se viven en diversos países es necesario reforzar nuestra inteligencia emocional, saber controlar nuestras emociones, no ser tan reactivos antes cualquier situación. Imaginemos un Abogado reactivo ¿Podrá ser un buen mediador, conciliador o negociador?

“La experiencia es un billete de lotería comprado después del sorteo”.

Gabriela Mistral.

El Maestro Eduardo Couture, en su decálogo escribió como primer mandamiento: “Estudia: El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.”

En ambas afirmaciones se deja claro que para alcanzar el éxito en lo que anhelamos hay que hacer todo lo posible por alcanzarlo, no podemos ganarnos la lotería sino compramos el ticket o billete, no podemos ser buenos Abogados sino estudiamos, sino leemos, sino nos preparamos, no podemos pretender hacer un cautivante discurso de apertura sino investigamos, preparáramos, estructuramos el mismo. Para lograr lo que queremos debemos tener determinación y materializar esa acción con perseverancia.

 “Las cosas de la vida siguen su rumbo, pero no te dejes llevar por su destino”.

Gabriela Mistral.

El proceso penal está compuesto por diversas fases, en todas y cada una de ellas el Abogado está presente, y debe ser en constante revisión de los expedientes, de sus solicitudes, verificando los lapsos procesales, no puede dejar todo a consideración de los servidores públicos, ya que como representante de una víctima o como defensor de un imputado, debe velar por sus derechos sea de un lado o del otro lado del proceso.

Hoy en día escuchamos muchos colegas quejarse de las resultas del proceso, pero poco intervienen, dejándole todo a consideración del organismo de investigación, del funcionario actuante, del que lleve la investigación; no consignando solicitudes de diligencias de investigación, ni haciendo revisiones del estado de la causa, y sólo acuden cuando son notificados de la audiencia preliminar, y se les ha pasado el lapso para oponer excepciones al acto conclusivo; en otros casos no interponer recursos de apelación ante una decisión que le desfavorezca a su defendido o representado; por lo que a bien tiene lugar esta reflexión de la gran maestra Gabriela Mistral, “Las cosas de la vida siguen su rumbo pero no te dejes llevar por su destino”.

Concatenado con lo anterior, se trae a colación el cuarto mandamiento del Decálogo del Abogado, del Maestro Eduardo Couture, “Procura la justicia: Tu deber es luchar por el derecho; pero el día en que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.” Esa lucha, es acción por parte del Abogado no omisiones ni dejar las cosas a la suerte del proceso.

“Te espero sin plazo ni tiempo”.

Gabriela Mistral.

Debemos preguntarnos ¿Cuál es la finalidad del proceso penal?

Aunque esta frase se haya dicho en otro contexto; los Abogados anhelan se establezca la verdad de los hechos y que se imparta Justicia, teniendo en contra el irrespeto a muchos plazos, lapsos, términos, tiempos que se indican en un texto adjetivo penal, que en ocasiones no se cumplen, y que, al finalizar ese proceso, los encargados de administrar justicia impartan esta equitativamente.

Ante esta situación, debemos recordar el séptimo mandamiento del Abogado, del Decálogo del Maestro Eduardo Couture. “Ten paciencia: En el derecho, el tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.”

“Existe la inmensa alegría de vivir y de ser justos, pero ante todo existe la inmensa alegría de servir”.

Gabriela Mistral.

Un Abogado presta sus servicios jurídicos, es un servidor, está al servicio del Buen Derecho, la sociedad cuenta con él,  muchas son las buenas obras que se hacen y que nos genera la satisfacción del deber cumplido, un inocente que es ratificada su inocencia, un absuelto porque no se pudo quebrantar esa presunción de inocencia que le amparaba, una víctima que le es reparado el daño ocasionado, una familia que se reencuentra, un emprendedor que logra convertirse en empresario, y todo esto y mucho más gracias al Servicio que presta el Abogado, y que en algunos casos el dinero o el cobro de sus honorarios no equivale a la emoción de haber resuelto ese conflicto que logró resolver.

Con esto también recordamos al Maestro Eduardo Couture y su quinto mandamiento en el Decálogo del Abogado:

“Se leal: Leal con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.”

“Un bello paisaje, una hermosa jornada, un libro selecto… ¿Qué más necesitáis para ser felices? El sol resplandece por dentro”.

Gabriela Mistral.

Hoy más que nunca se hace necesario trabajar en nuestra salud mental, el Abogado genera fatiga mental y física luego de su jornada laboral, lo que amerita que se ocupe de distraerse, liberar estrés, celebrar sus triunfos y aprender de sus derrotas. Se ha escuchado que es necesario desconectarse, y que mejor manera que conectándose con la naturaleza, leyendo un buen libro, una novela, un poemario; realizar alguna actividad física al aire libre, que respires bajo el cielo azul y recibiendo los rayos solares, contemplando el azul del mar o subiendo una montaña y aprecies la ciudad desde la cima, o que te rodees de flores, árboles frutales, en fin, de la energía potenciadora de la naturaleza y te permita renovar fuerzas desde el interior mental y físicamente.

Esto coincide con el noveno pensamiento del Decálogo del Abogado, que nos dice: “Olvida: La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.”

“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino”.

Gabriela Mistral.