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ariel_neuman_PQNPor Ariel Alberto Neuman.

Director de AUNO Abogados
www.aunoabogados.com.ar

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  • La IA avanza sobre la práctica profesional. El futuro llegó.

Ya no son pilas de papel. Son toneladas de datos que no pesan y se acumulan bajo la esponjosidad de la nube.

Se generan -según IBM- 2,5 quintillones de bytes por día de información. El 90% de todos los existentes se crearon en los últimos dos años. Quintillones, por cierto, es 2.500.000.000.000.000.000.

Frente a tantos ceros, el conocimiento acumulado en el cerebro humano empieza a perder relevancia práctica en el terreno laboral, donde la función «buscar» es la verdadera protagonista.

Buscar en Mi PC, buscar en el celular, buscar en Google.

Hasta hace muy poco, la búsqueda seguía una lógica que, a esta altura, nos resulta más o menos familiar: es igual a, contiene, no contiene, de tal fecha a tal otra, por tipo de archivo, derecho de uso, origen de la fuente, en fin, una serie de atributos que se le daba a la información para poder recuperarla de manera relativamente sencilla.

Estamos parados ahora en medio del mismísimo cambio de paradigma, donde el thelos de lo que se busca importa más que la forma que adopta.

Para graficarlo con un color: si se busca naranja o anaranjado, un rastreo como lo conocemos hoy trae por resultado todo aquello que contenga esas palabras. En breve, ya no. “Fruta redonda, rica en vitamina C, que se aprovecha para hacer jugos y mermeladas, como base de licuados y confituras de distinto tipo” caerá dentro de los resultados. “Qué fantástico, pero ¿y a mí qué me importa?”, es justo que plantee un abogado inserto en una estructura que cuenta con las principales herramientas de búsqueda de información que ofrece hoy el mercado.

Pues, por ejemplo, en la posibilidad de poner un concepto determinado a buscar y que, como resultado, aparezca la jurisprudencia local e internacional de temas asociados; o la de procurar un contrato determinado y que, como resultado, aparezcan las cláusulas que sí o sí se tienen que contemplar; o buscar por el nombre un auto a importar y que aparezca información sobre los pasos a seguir para lograr la operación, la experiencia de otros importadores y las tendencias en la materia. Se buscan conceptos, ideas, tendencias. No palabras o datos concretos.

Ejemplos

El año pasado, Dentons fue reconocida por The Financial Times como la firma de abogados que mejor piensa en el futuro. ¿El motivo? Crearon NextLaw Labs, una subsidiaria independiente diseñada para generar disrupciones en la práctica jurídica a través de la innovación. A cargo está un emprendedor formado en publicidad y medios de comunicación.

Otro nombre que ya muchos han escuchado es el de Watson, de IBM, uno de los desarrollos más interesantes en términos de inteligencia artificial, que se viene aplicando con éxito en el campo de la medicina. El gigante de la información legal Thomson Reuters, anunció que su iniciativa Watson estará disponible en versión beta con productos vinculados a compliance para fines de este año.

También de Watson se vale un desarrollo de uno de los socios de Dentons en Canadá. Bajo el nombre Ross Intelligence, un usuario pregunta en lenguaje llano y Ross busca legislación, casos y fuentes jurídicas secundarias que aporten a la inquietud.

NextLaw Labs presentó Ross Intelligence en agosto pasado como su primer desarrollo, fondeó la iniciativa y le abrió una oficina en Palo Alto, California, algo así como la tierra prometida de la innovación.

“Estamos trabajando en sumar abogados para que le enseñen a Ross a pensar como abogados. Eso será un gran salto para la humanidad. Con la tecnología aplicada al sector legal habrá nuevos trabajos. Ross no reemplazará a los abogados, pero les permitirá hacer mucho más de lo que hacen hoy”, tranquiliza (¿o advierte?) el ejecutivo a cargo de la iniciativa.

NexLP es una empresa que usa inteligencia artificial para analizar grandes volúmenes de datos y predecir tendencias. Se sabe, por ejemplo, que tal o cual juez suele fallar en tal o cual sentido.

Con herramientas de este tipo se puede predecir con cierta exactitud cuál será el resultado de un pleito planteado ante él.

Otro ejemplo es el de eBrevia, otro desarrollo de IA que tiene la capacidad de aprender progresivamente cómo realizar búsquedas de información de manera más eficiente. El software no tiene que ser reentrenado en cada operación, y se autoalimenta de conceptos jurídicos en función del vocabulario utilizado para designarlos.

Reino Unido

En Inglaterra, reconocen los propios norteamericanos, el tema está mucho más avanzado aun, con alianzas entre firmas y universidades que tienen casi una década trabajando en el tema.

Ravn Systems, Kim y Clixlex son algunos de los principales desarrollos al otro lado del Atlántico.

“La inteligencia artificial está cambiando la forma en que los abogados piensan, la forma en que hacen negocios y la forma en que interactúan con los clientes. Es mucho más que tecnología aplicada al derecho. Es la próxima gran esperanza que revolucionará la profesión legal”, se lee en un extenso informe publicado por el ABA Jorunal bajo el título How artificial intelligence is transforming the legal profession, reproducido en www.aunoabogados.com.ar y sobre el que se basan muchas de estas líneas.

Por lo pronto, y como surgió en el panel de tecnología del 3er Encuentro de Abogados (www.encuentrodeabogados.com.ar), si el perfil profesional que se valoraba hasta hace no mucho (ahora mismo) incluía el dominio de idioma inglés, pronto, muy pronto, el abogado que no sepa programar tendrá serias dificultades para insertarse en el nuevo y cambiante mundo profesional.

Para saber más:

nextlp.com

nextlawlabs.com

rossintelligence.com

ebrevia.com

ravn.co.uk

riverviewlaw.com/kim

clixlex.com

iaail.org