Juan Molpeceres Pastor es un penalista español experto en infancia y delincuencia que aboga por eliminar la estigmatización. Desde hace más de 20 años este abogado y criminólogo -dedicado al ámbito penal, penitenciario y de menores- es Coordinador del Servicio Jurídico de la Asociación de Utilidad Pública Casal de la Pau, enfocada en la reinserción de personas sin recursos y con problemática jurídico-penal.
Entrevista: Christian Vidal Beros, director general de LWYR.
Fotografías: Cedidas por Juan Molpeceres Pastor.
Siendo muy honestos, contactamos a Juan Molpeceres Pastor pensando en que jamás contestaría nuestro mensaje de invitación para conocerlo en LWYR. Y es que, además de abogado dedicado al ejercicio de la profesión en el estudio Molpeceres-Colomer (del cual es socio), es responsable de la Asesoría Jurídica del Servicio de Medidas Judiciales de Medio Abierto de Menores del Ayuntamiento de Valencia, Profesor de Derecho Procesal Penal, Penitenciario y Menores en el “Máster de la Abogacía” de la Universidad de Valencia en convenio con el Ilustre Colegio de Abogados de Valencia, miembro del “Centro de Defensa de la Defensa” del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia, miembro del Turno de Oficio del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia y socio de Amnistía Internacional. Su tiempo libre lo dedica al deporte y a la fotografía. ¡Ah! Y además se dio un tiempazo en conversar con LWYR desde Valencia, España.
– En su cuenta de LinkedIn publicó sus propósitos profesionales para el 2021. Uno de los principales enfoques es el trabajo con la infancia. ¿Cuáles cree que son los grandes desafíos para el sistema jurídicos de protección de menores en España en la actualidad?
– La infancia es un ámbito que siempre ha estado muy presente en mi trayectoria profesional. Soy abogado del ayuntamiento de Valencia en esa materia y desde hace 20 años asesoro al equipo de profesionales que ejecutan las medidas judiciales de menores. Uno de los mayores retos que considero que existen es fomentar la existencia de familias acogedoras que eviten que los niños y niñas que se encuentran en situación de desprotección vayan directamente a un centro. También creo que un importante espacio de trabajo es la violencia filioparental, es decir, las agresiones que se producen por parte de adolescentes a sus progenitores.
– Ha sido expositor en charlas TED, que se pueden ver en YouTube. En una de ellas, parte su exposición señalando que los “culpables son inocentes”. Cuéntenos un poco más sobre cómo nació la colaboración con TED y esa frase inicial.
– La realización de la charla TED fue una experiencia muy enriquecedora para mí. Desde hace años conocía TED y hay algunas charlas que han sido inspiradoras en mi vida. Contactaron desde la organización conmigo y me propusieron participar. Están muy interesados en los temas jurídicos y, sobre todo, si se hace desde un enfoque humano. La frase «los culpables son inocentes» pretende transmitir la importancia del principio de presunción de inocencia, que -a pesar de ser una de las bases de nuestro sistema penal- hay una resistencia social a aceptarlo, y una tendencia a considerar que la persona implicada en un hecho delictivo es culpable, y que las garantías procesales no son más que estrategias para eludir una condena.
– Señala que no existen los “delincuentes”, sino que personas que han cometido delitos. ¿Cuál es la diferencia práctica para un tribunal?
– Creo que la palabra delincuente debe caer en desuso. Entiendo que es injusto categorizar a alguien por un hecho concreto, por muy grave que éste sea. Eso no significa que no se aplique la justicia de forma eficaz para que a aquéllos que se demuestre que cometen delitos reciban la respuesta adecuada por parte de la justicia, con el fin principal de evitar que puedan volver a producirse.
– ¿Corresponde que el abogado haga un juicio de valor respecto a la conducta de su cliente? ¿Ha rechazado alguna vez asumir la defensa de un acusado y por qué?
– Yo respeto que cada profesional actúe como considere, siempre que respete la ley y nuestro código deontológico. Yo procuro no juzgar nunca a mis clientes. Y eso no significa que les justifique ni que minimice la gravedad de sus acciones. Pero estoy convencido de que mi labor no es enjuiciar sino defender. En alguna ocasión, muy pocas, he rechazado la defensa de un acusado porque me faltaba convicción y he considerado que no iba a defenderle con todo el ímpetu que todo acusado se merece.
– Respecto a la responsabilidad de los menores, hace un tiempo participó en un seminario titulado “Menores infractores: ¿Respuesta punitiva o educativa?” ¿Qué postura tiene al respecto?
– Considero que la respuesta adecuada es la educativa. Tanto para menores como para adultos. Pienso que la alternativa educativa es siempre más acorde con los valores que pretendemos que imperen en nuestra sociedad e, incluso, en la mayoría de los casos, más eficaz y más económica. Que se produzca una respuesta educativa frente al infractor no quiere decir que éste no asuma su responsabilidad y que no implique esfuerzo y cambio de actitud. Al contrario. La diferencia está en el método.
– Participa como profesor de Derecho Penal y de la Infancia en cursos de formación continua impartidos por el Ilustre Colegio de Abogados de Valencia (ICAV). ¿Cuál considera que es el aporte de estar colegiado para un abogado? Eso, considerando que en Chile la colegiatura es voluntaria.
– Entiendo que el colegio acompaña, apoya y protege. Ayuda a formarse y puede ser un referente. A mí me sirve sentirme parte de un colectivo, con el que comparto mis inquietudes. Pero eso no significa que la colegiación tenga que ser necesariamente obligatoria. El que lo sea es una garantía de que quien ejerce tiene la cualificación adecuada para hacerlo, pero quizá podría haber otras vías para conseguirlo.
– ¿Cree que la víctima ocupa el lugar que le corresponde en el procedimiento?
– Sinceramente, creo que todavía no. A pesar de que ha habido un avance con la creación del Estatuto de la víctima y de recursos de apoyo, aún hay que seguir avanzando en ese camino. De hecho, uno de mis objetivos este año es crear un proyecto de acompañamiento a la víctima para convertirla en parte esencial del proceso y garantizar de forma real sus derechos.
– Cuéntenos acerca de “La Casa de la Pau”. ¿De qué se trata y cuál es su trabajo ahí?
– El Casal de la Pau es una entidad de utilidad pública, sin ánimo de lucro, dedicada al acompañamiento de personas que están o han estado en prisión y carecen de apoyo familiar y recursos económicos. Se dedica, por tanto, casi a los últimos de nuestra sociedad. Yo soy el coordinador del servicio jurídico de la entidad.
– Es un abogado elegante y que, obviamente, se preocupa de su presentación ¿Considera que existe un creciente prejuicio de algunas voces que alegan que se pueda «frivolizar» la profesión?
– No considero que la profesión se esté frivolizando. Estoy convencido de que la abogacía es un servicio a la sociedad y no ayuda la imagen que tradicionalmente se ha tenido de los abogados, como profesionales aburridos e, incluso, oportunistas. De hecho, creo que convendría continuar el camino para hacer la profesión más cercana a los ciudadanos, más accesible.
– Nos ha comentado que su lema es #trabajarparavivir (y no al revés). ¿Cuáles son sus hobbies y cómo se “desconecta” de la litigación?
– Me encanta correr, sobre todo acompañado de mi perro, un braco de Weimar. También disfruto mucho con la fotografía y dibujando.
Preguntas cortas
1.- Nombre completo: Juan Molpeceres Pastor.
2.- Universidad de egreso: Universitat de Valencia.
3.- Una ciudad en España: Valladolid.
4.- Un deporte: Correr.
5.- Un abogado/a español que admire: Javier Boix.
6.- Monarquía o República: Respeto la monarquía, pero creo que tiene más sentido la república.
7.- Sus vacaciones ideales: Viajar. Tengo muchas ganas de conocer Japón.