“Siendo consecuente con mi personalidad, me gusta enfrentar nuevos desafíos”

Carmen Román es nuestra LWYR del año 2021. Abogada, gerenta legal, ex consejera de la SOFOFA, premiada por años dentro de “Mujeres Líderes” y presente en todos los rankings de abogados. Este 2021 Carmen Román no dio un “paso al costado”, sino que un “paso adelante”: Volvió a estudiar, es directora de empresas, sigue en ICARE, Derecho UC y Comunidad Mujer, y además realiza mentorías. ¿Qué la motivó a dar este paso? “Es una apuesta, se puede ganar o perder, pero nunca dejaré de tomar riesgos que puedan significar nuevas y mejores oportunidades de crecimiento”, señala.

Entrevista: Christian Vidal Beros, LWYR.

Fotografías: Andrés Cabezas, para LWYR.

Termina el 2021 y siempre la decisión de reconocer a un abogado o abogada como LWYR del año se complica al ver a tantas mujeres y hombres talentosos, que además han visibilizado a la profesión desde distintas áreas de su ejercicio. ¡Posibilidades de elección hay muchas!

Este año otorgamos este reconocimiento por tercera vez, y nuevamente es una mujer la entrevistada principal para nuestra edición de diciembre. Carmen Román ha sido premiada y reconocida en innumerables rankings, listas de mujeres destacadas e influyentes, pero este año lo comenzó dejando la Gerencia Legal de Walmart, empresa donde por once años lideró equipos, dirigió su estrategia jurídica y se impregnó de la operación del retail.

Su decisión llenó titulares, pero más allá de alejarse del trabajo, este año termina para Carmen lleno de proyectos y desafíos.

– Once años como gerenta legal de una empresa líder a nivel mundial y de las más grandes de Chile; consejera de SOFOFA y referente en un mundo donde -lamentablemente-, los hombres siguen siendo mayoría. ¿Qué te motivó a dejar esa “zona de confort”?

– No fue una decisión fácil, pero siendo consecuente con mi personalidad, me gusta enfrentar nuevos desafíos, salir de la zona de comodidad y me motiva la idea de contribuir o agregar valor en otras organizaciones y desde otros espacios. Tuve la gran oportunidad de desempeñarme como gerente legal de empresas durante más de 20 años, de crear equipos, de desarrollar personas y de crecer personal y profesionalmente. He sido inmensamente feliz y no puedo sino estar muy agradecida de todo lo que me tocó vivir, pero me gusta el cambio, volver a empezar, seguir aprendiendo y acumular nuevas experiencias. Es una apuesta, se puede ganar o perder, pero nunca dejaré de tomar riesgos que puedan significar nuevas y mejores oportunidades de crecimiento.

– En un momento donde justamente muchos abogados piensan en mantener un cargo y comenzar a pensar en la retirada, hiciste justamente lo contrario. ¿En qué estás ahora?

– Estoy muy contenta, eligiendo lo que quiero hacer y desde donde puedo aportar la experiencia acumulada de todos estos años.

Principalmente, estoy integrando algunos directorios, con mucho foco en temas de gobierno corporativo, negocio, sostenibilidad y cultura corporativa. Creo que hay un espacio en las organizaciones que es importante desarrollar, interviniendo los planes estratégicos con elementos que básicamente son generadores de confianza.

Por otra parte, sigo formando parte del círculo legal de Icare, del directorio de Sostenibilidad de la Escuela de Derecho de la UC, de Comunidad Mujer y haciendo mentorías para ayudar a desarrollar nuevos liderazgos dentro de las organizaciones. También, y porque creo en el aprendizaje y capacitación continua, hice durante este año un diplomado en Gobiernos Corporativos en la UC, lo que me permitió actualizar conocimientos e integrar nuevas tendencias. No puedo dejar de agregar que he tenido la posibilidad de estar más tiempo con mi familia y eso claramente tiene mucho valor para mí.

Decisiones estratégicas

– Vivir desde dentro la operación comercial del mayor retailer a nivel mundial genera una experiencia potente. ¿Cuáles son las principales falencias de los abogados al momento de asesorar -interna o externamente- a empresas? ¿Ves una desconexión muy grande entre los estudios de abogados y las fiscalías in house?

– En general no veo desconexión sino más bien complementariedad. Son roles y capacidades diferentes. La principal fortaleza del abogado “in-house” es el conocimiento profundo del negocio de sus riesgos y necesidades. Son capaces de hablar un mismo idioma con la organización y eso genera la confianza e integración con las distintas áreas y entorno operacional.

Muchas veces se visibilizan fortalezas y habilidades relacionadas con el negocio que complementan muy bien con lo técnico jurídico. Por su parte, el asesor externo trae a la mesa la especialidad y, en general, la profundidad del análisis requerido para el caso específico. El arte de construir una relación transparente y de confianza entre ambos generará la sinergia y resultado de éxito para la organización.

– Como abogada has estado dedicada fuertemente a la ética y a la integridad ¿Por qué los abogados debemos asumir la responsabilidad de liderar estos temas al interior de las empresas?

– Lo que veo hoy es un escenario muy desafiante y que pone una enorme presión a la capacidad de adaptación del mundo empresarial. Lo anterior tiene también incidencia en las áreas legales que deben, por una parte, responder con creatividad y rapidez al cambio en el entorno regulatorio y, por la otra, tomar el liderazgo que se requiere más allá de lo legal, agregando valor y siendo verdaderos promotores de la integridad en la cultura corporativa de la empresa, integrando en cada decisión estratégica, los factores medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (factores ESG).

Así como los departamentos legales se han vuelto mucho más sofisticados e influyentes al interior de una organización, la figura del gerente legal ha adquirido una importancia significativa dentro del equipo de alta dirección, asesorando no solo sobre riesgos legales sino también sobre oportunidades de negocios, haciendo muchas veces las preguntas difíciles e incómodas para asegurar el cumplimiento del propósito.

Creo en especial que los abogados tienen un rol protagónico en la generación de confianza y credibilidad de la compañía para con sus grupos de interés o stakeholders, uniendo alto desempeño con alto estándar de integridad.

Sin duda, nuestra carrera nos prepara para liderar en este rol.

Mujeres empoderadas

– Eres un referente de cómo romper el “techo de cristal”. ¿Qué falta para que el número de mujeres trabajando se refleje en la toma de decisiones?

– Hoy la mayoría de las organizaciones cuentan con mujeres altamente calificadas que, no obstante su talento, no logran llegar a posiciones jerárquicas en las cuales tengan posibilidad de influir en la toma de decisiones. Esto no sólo es un tema de justicia o de equidad, sino que un factor clave para lograr la productividad y desarrollo económico de nuestro país. Se requiere entonces compromiso con el cambio, convicción y gestión tanto de parte de las organizaciones como de las profesionales que aspiran a ese tipo de posiciones. Sin duda que la educación y las políticas públicas tienen un rol principal, pero las organizaciones privadas comprometidas con la inclusión también aportan a mover esos sesgos, destinando recursos para desarrollar habilidades directivas específicas, generando confianza en sus capacidades y siempre respetando y promoviendo el equilibrio vida trabajo, que es fundamental para que las mujeres puedan concentrar sus esfuerzos en su desarrollo laboral en equilibrio con el desarrollo de su vida personal.

Entre algunas buenas prácticas puedo destacar procesos de selección transparentes, políticas de equidad salarial, corresponsabilidad parental, coaching o mentoring para mujeres con alto potencial, seguimiento a los programas de desarrollo de talento, inclusión de mujeres en puestos tradicionalmente masculinos, programas sombra o de acompañamiento con líderes de la organización, entre otros, todas medidas que ayudan a generar la oportunidad.

Desde el punto de vista de las mujeres, se requiere también convicción, confianza, valentía, determinación, no hacer caso a los estereotipos, capacidad de organización para equilibrar correctamente el mundo personal y profesional, y no morir en el intento, y -como cualquier líder- capacitación y aprendizaje continuo.

– ¿Volverías a optar por Derecho?

– Siempre, absolutamente. Soy una enamorada de esta carrera, de la profundidad del conocimiento, la mirada integrada y estratégica de la resolución de todo tipo de conflictos, de discusiones enriquecedoras que amplían las visiones personales y de la infinidad de posibilidades de desarrollo que me ha entregado desde el punto de vista personal y profesional. Muy feliz de haber elegido este camino.