«Las empresas, los gremios, las universidades y Chile necesitan no sólo más mujeres, sino que más diversidad en general»

  • Así lo expresa Ximena Santibáñez Soto, titulada por la Pontificia Universidad Católica de Chile y con experiencia corporativa en grandes empresas multinacionales, quien fue elegida por LWYR como la abogada del 2018 debido a su destacado ejercicio profesional en áreas poco tradicionales.

Texto: Christian Vidal Beros, director general de LWYR.

Imágenes: Gentileza de Walmart.

 

LWYR termina el 2018 con su sexto año en línea, entregando información, noticias y -por supuesto- contenido nuevo de abogados, abogadas y estudiantes de Derecho opinantes y proactivos. Seis años es un gran logro, sobre todo en un mundo donde las comunicaciones y redes sociales han hecho caer a grandes conglomerados.

Este año queremos terminarlo premiando al abogado que se haya destacado durante el presente ejercicio, ya sea innovando, reinventándose o llegando más allá de sus sueños. El 2018 -en tremenda sintonía con un año histórico para las mujeres-, premiamos a una abogada.

Ximena Santibáñez Soto, abogada de la Pontificia Universidad Católica de Chile y con experiencia corporativa en grandes empresas multinacionales, ha tomado el desafío de transitar desde la Gerencia de Compliance de Walmart Chile a la Gerencia de formato Central Mayorista de la misma cadena.

Un terreno desconocido para la mayoría de los abogados, pero que esta ejecutiva ha decidido explorar con determinación, actitud y mucho trabajo.

– ¿Cómo ha sido transitar desde posiciones profesionales enfocadas en lo legal a otras enfocadas en los negocios y/o la operación? ¿Estamos los abogados preparados para dicho tránsito?

– Ha sido un desafío, sin dudas. Pero el desafío que yo asumí tiene más que ver con estrategia y liderazgo, que con mi formación legal. Pienso que el ser abogado me da una perspectiva y una forma de abordar los desafíos diferentes a los de mi equipo y pares, y ése es parte del aporte que hago yo a la mesa. Ahora bien, hay que tener presente que yo tengo casi 20 años de experiencia profesional y la mayor parte de ellos los he vivido como abogado en empresas, de manera que llevo mucho tiempo expuesta a conversaciones y dinámicas de negocio. Eso, sumado a mi interés natural, me ha ayudado a tener un aterrizaje más suave.

– El año pasado la Business Harvard Review publicó un artículo que se llama “Do Lawyers make better CEOs than MBA’s? en el que se plantea que ser abogado en cargos gerenciales le evita a una empresa comportamientos que eventualmente puedan dar origen a litigios. ¿Cree que su formación como abogada especializada en Compliance corporativo es una ventaja como gerenta?

– Absolutamente. El haber estado de los dos lados de la mesa, me permite enfocarme no sólo en el qué de los resultados, sino también en el cómo y en los caminos correctos para llegar a esos resultados, con la posibilidad de advertir las contingencias de cada decisión.
Mi formación legal es una herramienta sumamente poderosa para facilitar y, sobretodo, para acelerar la ejecución de decisiones.

– ¿Ha visto resistencias a una abogada puesta en la primera línea comercial de una gran empresa?

– Para nada. Quizás más que resistencia, hay más escrutinio, percibo que hay más ojos puestos en mí, lo que por un lado puede ser visto como un peso, pero, por otro lado, puede ser una tremenda ventaja y trato de tomarlo así.

Ahora, creo que “lo novedoso” viene más dado por el hecho de ser mujer, en un mundo muy masculino, que por ser abogada.

– En el año del movimiento feminista, ¿cree que existan aspectos o características femeninas que ayuden especialmente para tener éxito profesional? ¿Cuáles son las características que la han ayudado y qué situaciones o aspectos cree que le han jugado en contra?

– Yo tengo carácter fuerte y proyecto mucha seguridad, aun cuando por dentro me sienta insegura. Para superar la inseguridad, que sentimos muchas mujeres, intento prepararme mucho, soy matea, y trato de autocastigarme poco cuando cometo un error. Cuando me equivoco, lo reviso, busco qué puedo hacer diferente yo y trato se seguir rápidamente.

Mi carácter, mi seguridad y mi velocidad son ventajas que me ayudan a enfrentar los desafíos con valentía, pero -al mismo tiempo- a veces me juega en contra, porque el entorno no está acostumbrado a las mujeres con carácter fuerte. Entonces, me pasa que en ocasiones se quedan más pegados en la forma y se pierde foco en el contenido de mis palabras. Sigo aprendiendo sobre mis fortalezas y oportunidades para modularlas y ser más efectiva a la hora de movilizar equipos.

– ¿Cómo ha sido su vinculación con compañeros hombres y con mujeres en cargos similares? ¿Cree que existe diferencia entre el liderazgo de hombres y mujeres?

– Uno tiende a pensar que el liderazgo femenino es más contenedor, probablemente más holístico, versus el de los hombres que puede ser más competitivo y enfocado mayoritariamente en resultados. Hay de eso, pero no me gusta generalizar, porque sin querer uno contribuye al fomento de estereotipos. Sin ir más lejos, los últimos dos jefes que he tenido son hombres y sumamente enfocados en las personas, y con mayor capacidad de contención que yo probablemente.

– ¿Qué es más complicado: Erradicar el machismo en los hombres o la poca solidaridad de género entre las mujeres?

– ¡Qué difícil! Creo que será más complicado erradicar el machismo, porque hace falta un recambio generacional aún. En cambio, en el caso de la solidaridad de género, mi experiencia es que la mayoría de las veces, en cuanto se da el tiempo de conocer otras mujeres en cargos de liderazgo e intenta empatizar con otras mujeres, rápidamente se produce un espacio de colaboración genuino.

– Desde su posición y experiencia, ¿cree que el mundo corporativo está preparado o necesita más mujeres en posiciones de liderazgo?

– Creo que las empresas, los gremios, las universidades y Chile necesitan no sólo más mujeres, sino que más diversidad en general. He tenido la suerte de trabajar en distintos países, con personas de distintas formaciones y experiencias, de diferentes nacionalidades, etc. y es impresionante la creatividad y velocidad que alcanzan los equipos de trabajo.

Personalmente, en los equipos que lidero busco crear espacios donde lo importante sean tus habilidades, tus competencias y tu actitud, mucho más que tu título y la universidad en la que estudiaste. Evidentemente, para algunos cargos técnicos uno requiere ciertas especialidades, pero en el mundo que me muevo, esos casos son los menos. De hecho, en las descripciones de cargo que hago evito pedir un título profesional específico. En lugar de eso, pido ciertas competencias y experiencias.

Me gustan los equipos diversos, lo homogéneo me aburre mucho y a mí me gusta pasarlo bien en la oficina, así que no dejo mucho espacio a la uniformidad.