- Dejando de lado por un momento su rol como destacado jurista nacional, el abogado Rodrigo Ferrada Celis -fundador de FerradaNehme- revela una de sus facetas menos conocidas: la de poeta y escritor, un aspecto de su vida con el que se siente completamente a gusto y al que espera dedicarle cada vez más tiempo.
Poeta de corazón y jurista de profesión podría ser una mirada inicial y somera de Rodrigo Ferrada Celis, un abogado de la “nueva generación”, que por estos días es socio de uno de los estudios más importantes de Santiago –y prácticamente de Chile– y quien jamás pensó estar en esa situación en tan breve plazo.
La razón de su éxito profesional –personal y corporativo, de FerradaNehme-, ha sido desde siempre tratar de diferenciarse del resto de sus colegas, lo que sigue haciendo hasta ahora, asociado también a una fuerte especialización. Si a eso se suma mucho esfuerzo y entusiasmo, la consecuencia lógica ha sido un posicionamiento destacado en el ámbito legal. “Aunque sigue siendo curioso y sorprendente lo que ha pasado”, reflexiona Ferrada.
Sin embargo, una de sus facetas menos conocidas es su pasión por la escritura, un interés que tiene larga data y que vio sus primeras luces a comienzos de la década de 1980.
– ¿Cómo se fue forjando este entusiasmo por las letras?
– Mi papá nos compraba libros en cajas para que leyéramos en casa. La mayoría eran malos, pero ya me había acostumbrado a leer al menos un par a la semana. En ese tiempo llegó una caja nueva, donde encontré un libro con un título cautivante: ‘Una Temporada en el Infierno’, de Rimbaud. Lo leí varias veces, pues nunca había conocido algo parecido. Rimbaud me llevó a Verlaine, Baudelaire y así pronto a los surrealistas. Cada autor me iba abriendo a un mundo literario diferente.
– ¿Quiénes han sido sus principales referentes?
– Griegos y latinos clásicos, casi todos. Rilke, Trakl y Holderlin. César Vallejo, el mejor en lengua española. T.S. Eliot y Ezra Pound. Baudelaire y Rimbaud. Pessoa, Nietszche, Artaud, Kafka, Sábato, Yourcenar, Junger, KAVAFIS y un gran etcétera.
En Chile, Gonzalo Rojas y Enrique Lihn. No creo que haya una unidad conceptual entre todos ellos, salvo haberse influenciado a través del tiempo en un devenir de libertad, locura y erotismo.
– ¿Con qué estilo o formato literario se siente más cómodo?
– Poesía, sin duda. Permite todas las libertades imaginables y otras también. No tiene las limitaciones de la narrativa. De alguna manera no espiritual, la poesía es la liturgia dentro de la literatura. Ahora, el cuento o narración corta, inclusive el ensayo, son formatos que me atraen y que practico con relativa habitualidad. De hecho he estado escribiendo cuentos para mis hijos en los últimos meses, para que se inserten en la cultura clásica.
– ¿En qué ha concentrado sus esfuerzos literarios en este último tiempo?
– Estoy pegado hace un par de años con un libro que no he podido terminar. Se llama ‘La Sombra del Fuego’ y, si bien ya llevo más de 30 páginas, todo parece indicar que me falta más de la mitad. Si se pudiera hallar un tema central, sería la ilusión de la realidad y las vanas esperanzas que el ser humano pone en la misma.
– ¿Cómo ha logrado conciliar su trabajo como abogado y su pasión por la literatura?
– Con paciencia. Ciertamente han habido años de mucho trabajo y en los que he debido resignar la escritura. Pero hoy estoy más ordenado y tengo más tiempo para escribir, principalmente de noche y con vela.
– ¿Cómo se visualiza a sí mismo en este ámbito en los próximos años?
– La verdad es que espero seguir profundizando mi relación con la literatura, posiblemente llegar a publicar formalmente (hasta el momento hago autoediciones) y dedicarle cada vez más tiempo.
– ¿Qué opina de la actualidad literaria en Chile y cómo prevé que evolucionará esta industria en los próximos años?
– En general, la veo terriblemente pobre desde la oferta, pero principalmente desde la demanda. La poesía está especialmente dañada, pues es completamente imposible ejercer como poeta y ganarse la vida, aunque sea modestamente. Hay algunos atisbos refrescantes, pero no alcanzan a conformar un movimiento.
Legalmente hablando
– ¿Cómo recuerda sus años en la universidad? ¿Quedan amigos de esa época?
– Fue un tiempo muy intenso, donde se mezclaba la academia, la política y la literatura, además de los amigos. Fue una época excelente, de cambio permanente. Pero quedan muy pocos amigos.
– ¿Le comentó a algún profesor sobre su pasión por las letras? ¿Qué comentarios le hizo?
– Le dije a Pedro Gandolfo, con quien hicimos un grupo de lectura que alcanzó cierta notoriedad.
– En materia jurídica propiamente tal, cuáles son sus definiciones respecto a:
a) ¿Reforma constitucional o nueva Constitución?
– Nueva Constitución. Ha llegado el momento de partir de nuevo.
b) ¿Es necesaria una reforma tributaria?
– Por supuesto. Yo estaré feliz de pagar más impuestos como persona y con mis empresas. Sólo quiero ver la recaudación bien invertida.
c) ¿Examen de grado escrito u oral?
– Oral. Te prepara mejor para la vida de abogado.
d) Convivencias del mismo sexo. ¿Es necesario regularlas? En la afirmativa, ¿Matrimonio igualitario o AVP?
– No veo razones de relevancia que impidan el matrimonio igualitario. Soy partidario.
e) ¿Regulación del aborto en ciertos casos?
– Creo que el aborto debiera regularse, sin duda, pero solamente desde la perspectiva sanitaria para velar por la salud de la madre. El resto debería quedar en la esfera de la intimidad.
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Ficha técnica
Nombre: Rodrigo Ferrada Celis.
Universidad donde estudió: Universidad de Chile.
Trabajo actual: Socio de FerradaNehme, a cargo del área de Private Client.
Área de ejercicio profesional: Derecho comercial, Derecho de las Personas y Gestación de Negocios.
Ramo preferido en la universidad: Derecho procesal y Filosofía.
Profesor más recordado: Jorge Streeter.
Un abogado al que admire: Nicole Nehme y Jorge Streeter.
Una abogada destacada: Nicole Nehme y Laura Novoa.
Libro que está leyendo actualmente: N-W, de Zadie Smith.
Una película de abogados que recomiende: El Proceso, de Orson Wells.
Serie de TV favorita: Dr. House y Sherlock (versión inglesa).
Deporte: No gracias. [/box]
