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“La discriminación, en todas sus áreas, es horrible y repudiable”

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  • Durante décadas fue víctima de bullying, pero hoy la abogada Rocío Escudero vive una realidad distinta. Un profundo cambio personal le ha hecho valorar mucho más tanto sus propias capacidades como a las personas que siempre estuvieron a su lado.
Texto: Miguel Angel Cruz, director editorial de LWYR.
Imágenes: Carlos Caballero, para LWYR.

 

Es abogada y su nombre se hizo conocido por un reportaje aparecido en Revista Paula en agosto de 2014 titulado “Volver a empezar”, donde ella contó el complejo proceso que vivió para bajar de 146 a los 54 kilos que tiene en la actualidad.

Dice que lo difícil no fue reiniciar su vida, sino más bien ver cómo la gente iba cambiando a medida que ella se transformaba. “Yo, en mi caso específico, quería tener un peso y una imagen con la que soñaba antes de adelgazar los casi cien kilos que me diferencian hoy en día. Esa imagen la fui armando de a poco para que no fuera tan brusco el cambio, pero aun así para muchos fue tan radical que no me reconocen”.

Al lograr esa meta personal se dio cuenta de cómo la imagen externa cambia las cosas de manera radical. Hoy es la primera en la fila, aunque haya más personas esperando; llega a un lugar lleno y todos quieren atenderla; y ella sabe cuál es el motivo, ya que no hace mucho vivió la otra cara de la moneda.

– ¿Cómo enfrenta esta nueva realidad?

– Aprendes a lidiar con los arrepentimientos y perdones (la mayoría falsos) de los que se rieron de ti y ahora quieren ser parte otra vez de tu vida y recuperar lo que perdieron, cuando en el fondo jamás podrán volver el tiempo atrás. Uno aprende a ser su propia contención y a alejamos simplemente de lo que no nos hace bien para rodearnos sólo de gente que nos quiere desde siempre, pese a los cambios. Creo que eso es lo más difícil de sobrellevar al principio, pasar de ser “nadie” a ser alguien “socialmente” importante, sólo porque tu apariencia es diferente.

– Sufrió bullying tanto en el colegio como en la universidad. ¿Cómo se para hoy frente a esas personas que justamente la molestaban y hostigaban por su aspecto físico?

– La verdad es que para mí hoy no significan nada y no me pueden importar menos. Cuando sufres de burlas y bullying buscas pasar inadvertido, estar solo y, ojalá, evitar el contacto con tus agresores, aunque en mi caso estaban conmigo en la sala de clases y en casi todas mis actividades, pero aun así lograba abstraerme de ellos. En esos tiempos de soledad ves a las personas que se ríen de ti y que te discriminan como gente perfecta. Desearías ser como ellos o caerles bien. Hoy que superé esa etapa y sané mis penas, rencores y odios, miro a estos personajes y me dan pena. No querría ser recordada por alguien como yo los recuerdo a ellos.

Rocóo_Escudero_NTR1Además, ahora sé que todos ellos están muy lejos de esa perfección que demostraban y los principales participes de hacer que se rieran de mí están donde mismo los dejé hace siete años y otros han hecho cero aporte a la vida. Pero, en general, cuando los he visto, paso por su lado con seguridad, prestancia y mucha confianza, porque sé lo que valgo y creo en mis capacidades, y sé lo que piensan cuando me ven pasar.

– Los abogados viven en una dualidad algo esquizoide: La molestaban cuando era gorda, pero hoy igualmente hablan a sus espaldas producto de su nueva imagen. ¿Cree que se castiga mucho la apariencia en el mundo del Derecho?

– La apariencia en esta carrera yo la tomo como un respeto para mis clientes y por solemnidad al lugar donde voy que la mayoría de las veces, que es un Tribunal o la Corte de Apelaciones o Suprema. Por lo mismo, para mí es fundamental andar siempre impecable, bien vestida, maquillada y peinada. Trae sus consecuencias entre las colegas, porque siempre hay comentarios, miradas extrañas. Pero, insisto, para mí pasa por un tema de respeto y solemnidad, más que por moda.

– Hoy ejerce la profesión como muchas mujeres, en distintos ámbitos: Litigantes, juezas, corporativas, diplomáticas, entre otros. ¿Cree que el prejuicio en contra de aquellas que se arreglan viene incluso más de las propias mujeres, que de las trancas que puedan tener sus colegas hombres?

– Obviamente que las mujeres criticamos más duramente, pero son los hombres quienes nos catalogan. He escuchado mil veces antes de una audiencia o alegato: “Rubia, modelito, tontona, no debe cachar una”, y al final recibo siempre una felicitación y buenas recomendaciones, ya que demuestro en los hechos que sé tanto o más Derecho que ellos, aunque sea rubia, vista de rosado y tenga siempre muchos años de diferencia con mis contrapartes (que suelen ser mucho mayores que yo).

– Qué opina respecto a la violencia generada a través del bullying. ¿Se está haciendo algo al respecto? ¿Le interesaría aportar con su historia para legislar al respecto?

– Si mi historia aportara en algo, no dudaría en contarla. Creo que el peor de los males de estos tiempos es la falta de empatía con el prójimo, la falta de altruismo entre las personas. Para legislar una materia tan delicada debemos partir de la base de lo que se enseña en la casa a los niños. Una ley nos puede ayudar mucho, pero si no entendemos el daño –a veces irreparable– que causa el bullying, malamente una ley que lo sanciona cumpliría su rol social si no se entiende lo que busca sancionar, ya que confundimos el resultado con el hecho punible. Creemos que es delito el hecho que una niña se suicide porque la molestaron toda la vida en el colegio, cuando en el fondo fue permitir desde la casa de los agresores (padres que se hacen los desentendidos), el colegio (que es más fácil que haga la vista gorda) y hasta los compañeros (que no hacen nada, porque para ser aceptados por los agresores hay que reírse y celebrar la burla), que nunca hicieran nada para ayudar.

Por eso yo no me avergüenzo de contar lo que viví, lo que sufrí y todo lo que me hicieron y dijeron, porque fui capaz de superarlo y de convertirme en lo que soy ahora a punta de sacrificio y valentía. Yo sé mejor que nadie lo que viven las víctimas de bullying, sé lo que es llorar escondida en la pieza, sé lo que es quedar fuera de las actividades por ser gorda, sé lo que es pasar por el patio del colegio y recibir ofensas y escuchar las risas. Si mi historia pudiera evitar que niños y jóvenes pasaran por eso, ni siquiera lo pensaría.

Rocío_Escudero_NTR3– ¿Dónde cree que debiera estar el foco y cuál es el (o los) tipos de discriminación más graves que vivimos como sociedad?

– Es doloroso reconocer que en este país todo da para discriminar. La religión, la condición sexual, cuanto pesamos y medimos, el color de ojos y cabello, la comuna donde vivimos, la marca de nuestros vehículos, al colegio al que asisten los hijos, donde vacacionamos, la ropa que usamos. Todo es discriminado si no encaja en ese canon de vida pre establecido en nuestra sociedad para ser aceptados. Para mí la discriminación en todas sus áreas es horrible y repudiable.

– Analizando algunos casos puntuales que han visto nuestros tribunales, ¿Cuál es su opinión a causas como la de Karen Atala o Daniel Zamudio?

– El caso de Daniel Zamudio para mí fue muy fuerte. Creo que la Ley Zamudio, la cual hemos invocado en causas laborales que tramitamos en la oficina y nos ha servido de mucho. Pero tuvimos que esperar a que existiera esa ley cuando pasó la tragedia de este joven agredido brutalmente por personas que actuaron como bestias sin control. Sólo a raíz de eso, la discriminación está siendo tomada algo más en serio en los lugares de trabajo, aunque –a mi juicio personal–, debiéramos respetarnos en todas las relaciones que podamos tener en la vida.

Para mí, Karen Atala es una grande. Me saco el sombrero por esta Jueza que fue capaz de denunciar la discriminación que sufrieron sus hijas al querer titularse de abogadas por haber ella reconocido su condición sexual. Es un tema que, al tener tantos colegas de por medio, me da para hablarlo mucho más en extenso, pero en líneas generales, pelear por los tuyos aceptando tu condición sexual es de una valentía sin igual y un acto maravilloso de amor.

 

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FICHA TÉCNICA

Nombre: Rocío del Pilar Escudero Vergara.

Su ramo preferido en la Facultad: Derecho Romano y Derecho Civil.

Un/a profesor/a que recuerde: Haydee Rojo, mi profesora de Derecho Romano.

Actividad actual: Ejerzo como abogada en Violic y Recabarren abogados asociados.

Una abogada que la inspire: Me gusta mucho el criterio jurídico y la sana crítica que ha aplicado la actual Jueza del 8° Juzgado Civil de Santiago la señora Silvia Papa Beletti. En los años que la conozco desde que era secretaria, me inspira mucho su labia y sus conocimientos, además de su personalidad imponente. Por otro lado estoy marcada por mi profesora de Derecho Romano, la señora Haydee Rojo, ella me sugirió un sistema de estudio que aplico hasta el día de hoy y en mis años de estudiante, cuando “Romano” era el ramo corta cabeza, logré sacar muchos sietes gracias a su manera de enseñarnos a estudiar.

Aborto terapéutico: Absolutamente de acuerdo.

Matrimonio igualitario o AUC: Partidaria al cien por ciento, ya que el amor es uno solo y si se quiere validar con un compromiso legal entre las partes, no hay condición sexual para ello.

Legalización de drogas: Jamás.

Nueva Constitución o reforma: (Una nueva) sería el fin de casi todos los problemas para que dejara de existir la popular “puerta giratoria”. Se crearon reformas bajo normas legales que debieron ser modificadas para que las reformas pudieran ser efectivas.[/box]