“En un mercado mundial especialmente complejo y cada vez más conflictivo, Latinoamérica y Chile ofrecen a Alemania y Europa un destino seguro”

Edder Cifuentes quizás nunca imaginó que más pronto que tarde sería socio de un estudio de abogados en Colonia, Alemania. No sólo eso, se encuentra cursando un Doctorado en Derecho en Hamburgo y es un puente para potenciar las relaciones comerciales entre Alemania, Austria y Suiza con nuestro país. “Ser chileno también ha sido un valor agregado, pues -entre otras cosas- co-dirijo el Latin America Desk del estudio. En términos de idioma, de contactos y de experiencia, por supuesto mi nacionalidad de origen ha ayudado mucho”, señala.

Texto: Equipo LWYR.

Imágenes: Cedidas por Edder Cifuentes.

Todos debiéramos de sentirnos orgullosos de lo que ha logrado Edder Cifuentes, no sólo como abogado, sino que como chileno. Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, hoy es socio del estudio Oppenhoff en Colonia, Alemania, y cursa un doctorado en la Universidad de Hamburgo. Luego de años en Europa, valora la formalidad y cortesía alemanas, como también que los abogados desde jóvenes estén familiarizados con el negocio al cual asesoran.

A través de las redes lo contactamos, quisimos conocerlo y entrevistarlo para LWYR, ya que su vínculo con Chile se mantiene, no sólo en lo afectivo sino que también en lo profesional, con su participación en una serie de rondas comerciales en Europa de InvestChile para lograr el interés de empresas alemanas en desarrollar proyectos en nuestro país.

Pese a desenvolverse “a sus anchas” en Alemania, a la hora de señalar lo que más extraña de Chile, es claro: “La calidez, la cercanía, nuestra manera de hablar”.

Un abogado chileno -con infancia en Magallanes-, que luego de egresar de la Universidad de Chile comienza su carrera en el área legal corporativa de Coca Cola en Santiago de Chile y luego en un estudio grande (hoy Bofill Mir). ¿Cómo fue su transición desde que egresó, su paso por Coca-Cola y luego el salto a un estudio grande de Santiago?

– Fue un poco a contracorriente, pues partí en una empresa y luego llegué a un gran estudio, ambas grandes escuelas. Ese tránsito algo inusual, sin embargo, fue para mi muy marcador, pues como abogado de empresa tuve muy temprano “acceso” directo a clientes. Mis compañeros de pega de marketing, finanzas u operaciones venían directo a tocarme la puerta y a hacer preguntas o brainstorming en conjunto de temas. Esa oportunidad es un lujo que un abogado joven de estudio, por regla general, demora años en lograr. Y ello fue muy útil luego cuando ingresé a un gran estudio de Santiago, Bofill Mir, en donde tuve la suerte de trabajar en un equipo de abogados y abogadas muy talentoso, que también son grandes formadores, liderado por Octavio Bofill y Ana María Yuri.

Sus credenciales señalan estudios en la Universidad de Copenhague, luego un LLM en Hamburgo y Vallendar, y actualmente un doctorado en derecho en Hamburgo. ¿Qué le llevó a tomar la decisión de estudiar en Europa, particularmente en Dinamarca y Alemania?

– El interés por Europa siempre lo tuve, aunque Copenhague fue más bien una casualidad –era el único programa de intercambio en Europa en inglés que en esa época tenía la U. de Chile-, donde estudié. Alemania, y especialmente Hamburgo, en cambio, fueron luego una decisión mucho más pensada; ahora creo que ello tuvo que ver más con el proyecto de carrera que en esa época ya había comenzado a diseñar.

Estudiar derecho corporativo y privado en Alemania, en una gran universidad, aprender alemán (¡a los 30!) investigar y luego trabajar, formaban parte de ese proyecto, y terminaron siendo un desafío cuyas dimensiones fui descubriendo de a poco, y que cada vez me resultó más atractivo.

Hoy es socio de Oppenhoff, particularmente en sus oficinas en Colonia, Alemania. Cuéntenos cómo fue el proceso de postulación, reclutamiento, selección y -lo más importante-, si haber sido extranjero (y chileno, específicamente) fue un obstáculo o agregó valor.

– En Oppenhoff comencé haciendo una práctica en el contexto de mi máster, lo que es bastante usual en Alemania. El proceso de reclutamiento fue igualmente formal, con postulación, carta y entrevista, aunque relativamente rápido. Más complejo ha sido, por supuesto, hacer carrera en condición par con mis colegas jóvenes alemanes del estudio, pero en ello ayuda mucho la transparencia con que el estudio –y, en general, los estudios de abogados alemanes– manejan las expectativas de los asociados y socios, y los requisitos para seguir avanzando en la carrera.

Ser chileno también ha sido un valor agregado, pues -entre otras cosas- co-dirijo el Latin America Desk del estudio. En términos de idioma, de contactos y de experiencia, por supuesto mi nacionalidad de origen ha ayudado mucho.

– Por lo visto ya está asentado en Alemania, socio de un estudio grande y con presencia internacional. ¿Cuáles son sus próximos desafíos, tanto en lo profesional como en lo académico?

– Seguir haciendo crecer el área de energía e infraestructura y el Latin America Desk de Oppenhoff. Y, en esto último también, seguir, desde mi rol en el mundo privado, contribuyendo, junto a muchos otros actores públicos y privados, a avanzar en la agenda de largo plazo entre la región DACH (Alemania, Austria y Suiza) y Latinoamérica, y especialmente Chile, en materia de intercambio comercial y de inversiones. Y en ello hay mucho espacio para avanzar en instrumentos que incentiven la inversión. Por ejemplo, en el actual boom de proyectos renovables y de hidrógeno verde recibimos cada vez más inquietudes de empresas e inversionistas alemanes interesados en Chile acerca de la necesidad de avanzar en un tratado para evitar la doble tributación entre Chile y Alemania, moderno y atractivo, como el que existe con Holanda o España.

Siendo el Derecho corporativo su área de ejercicio, cómo se ve -financiera y jurídicamente- a Latinoamérica desde Europa, en particular desde Alemania.

– Latinoamérica experimenta en el debate público en Alemania un buen momento, entre otras cosas derivado de las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y, sobre todo, de la crisis por la guerra de agresión de Rusia en Ucrania. En un mercado mundial especialmente complejo y cada vez más conflictivo, Latinoamérica y Chile ofrecen a Alemania y a Europa un destino seguro, estable y sobre todo, cultural y políticamente familiar, para la provisión de materias primas, energía y alimentación, en un primer momento; así como también de insumos industriales y de otro orden, en un segundo momento.

El debate público en Alemania está muy enfocado en ello actualmente y Chile, por ejemplo, llama mucho la atención en el contexto de la crisis energética, como un socio estratégico de mediano y largo plazo para el mercado alemán.

A propósito de la pregunta anterior, cuéntenos cuál fue su rol en la serie de reuniones que InvestChile realizó en Europa a fines del año pasado y si tendrá participación en el desarrollo de determinadas áreas de productividad de interés tanto para Chile como para Alemania.

– Nos pusimos a disposición del gran equipo profesional de InvestChile y del gran trabajo que ellos, así como ProChile, realizan en Alemania. Entiendo que la gira del año pasado fue bastante exitosa y espero que instancias como ésas se repitan cada vez con más frecuencia.

Sin entrar a cuestionamientos políticos, muchos chilenos hoy están pensando en iniciar estudios y quizás una carrera profesional fuera de nuestro país. ¿Qué consejos les daría si eligieran Alemania, ya sea para estudiar temporalmente, trabajar o radicarse definitivamente?

– Muy probablemente quienes tienen esta inquietud y la concretan, ya tienen en gran medida lo que se requiere: una meta, una (siquiera gruesa) estrategia y las ganas. Agrégale a eso una abogada o abogado talentoso y empática(o), y con toda probabilidad encontrarán un lugar en el mercado legal (u otro) alemán.

Preguntas breves

– Lo que más le costó al asentarte en Alemania.

– La (en un principio para mí) excesiva formalidad y cortesía, la que en el intertanto aprendí a entender y valorar mucho como una forma de socialización indispensable entre pares, en ausencia de otros factores aglutinantes, en una sociedad moderna y compleja como la alemana.

– La mayor diferencia entre los abogados chilenos y alemanes.

– De abogados de estudio: lo muy cerca que están los jovenes abogados alemanes del negocio del que participan. Aunque esto en Chile está empezando a cambiar.

¿Qué cosa no cambiaría de Alemania y a la que ya está acostumbrado?

– El respeto y el valor del tiempo, propio y ajeno.

Lo que más extraña de Chile.

– La calidez, la cercanía, nuestra manera de hablar.

¿Algún otro destino en mente para el futuro?

– Sólo de vacaciones: Japón.