Por Susy Inés Bello Knoll.
Abogada y contadora por la Universidad de Buenos Aires. Máster en Derecho Empresario por la Universidad Austral. Doctora en Derecho por la Universidad de Salamanca, donde actualmente cursa sus estudios postdoctorales. Directora del Suplemento de Imagen y Derecho de la Moda de ElDial.com.
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Si entendemos que la globalización es un proceso donde fundamentalmente se destaca la comunicación del mundo entero, podemos afirmar que la aventura comenzada en el puerto de Sevilla en 1519, al frente del portugués de casi 50 años Hernando de Magallanes, es la primera huella de esta dinámica global[1].
El 7 de junio de 1494 los Reyes de Castilla y Aragón y el Rey de Portugal suscribieron un acuerdo en Tordesillas, donde delimitaban las zonas de navegación y conquista correspondiente a cada uno de ellos. Este Tratado ponía en una posición desventajosa a la monarquía española para llegar a las Islas de las Especies, por lo que Carlos V suscribió capitulaciones, contratos de orden público en general relativos a la navegación referidos a descubrimientos, con el navegante Magallanes, a fin de que encontrara un paso al sur de las Indias, yendo hacia el Occidente.
Con cinco naves, llamadas la Armada de las Especierías, 250 hombres y víveres para dos años comenzó la expedición con Juan Sebastián El Cano como maestre y Francisco Alba como contramaestre, quien además realizó su aporte como cronista sin ocultar las penurias sufridas en el viaje.
El 31 de marzo de 1520 llegaron a la Bahía patagónica, hoy Argentina y de nombre San Julián, un Domingo de Ramos. Este es otro interesante capítulo del viaje que contaremos en el año 2020.
Cuando las naves se hicieron nuevamente a la mar encontraron un racimo de canales de agua salada, lo que indicaba que estaban ante el buscado paso y al canal que navegaron le llamaron de Todos los Santos, hoy Estrecho de Magallanes. También, en la actualidad, lleva este nombre la XII Región chilena cuyas costas fueron divisadas por el capitán portugués.
Luego de la muerte de Magallanes, el 27 de abril de 1521 en lucha con tribus isleñas, fue Sebastián El Cano el artífice de concretar el proyecto global de unir puntos lejanos y desconocidos llegando a España con la nave Victoria, con sólo 18 tripulantes después de haber dado la vuelta completa al mundo.
Hace 500 años la Patagonia chilena y la Patagonia argentina fueron testigos del paso de Hernando de Magallanes, quien -movido por la pasión de lograr un objetivo- dejó para la posteridad la primera experiencia de globalización. Valga este recuerdo para que terminemos el 2019 convencidos de que se puede soñar con un mundo conectado con fines de concordia y unidad.
[1] National Geographic en su edición de septiembre de 2019 plantea que “podría considerarse la primera globalización de la historia de la humanidad”.
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