¿Alguien me puede decir cómo escribir un artículo de investigación o monografía con buenos puntos durante este período?

Por Francisca Barrientos.

Abogada. Directora del Departamento de Derecho Privado de la Universidad Alberto Hurtado.

En esta semana que se conmemora el Día del Trabajador y la Trabajadora, además de saludar a mis compañeras y colegas de trabajo, tengo una pregunta, un grito ahogado, algo que no me deja dormir en la noche y que con genuina torpeza lo pregunto: ¿Alguien me puede decir cómo escribir un artículo de investigación o monografía que dé un punto, según la tabla de FONDECYT durante este período?

Esta es mi vida.

Día uno. Lunes. Mi hijo se despierta muy temprano (tiene dos años y medio). Sé que será un día complicado, porque él ya se acostumbró a que la mamá no prende el “tador” (computador) los fines de semana. De nuevo le tengo que explicar que ese es mi instrumento de trabajo y que no puedo estar con él. Ya mira a mi MAC con odio. Lo entiendo.

Hace días que no duermo. Mi pequeño se despierta dos o tres veces en la noche, con ese “papitaaa” que, como me lo dijo una amiga muy querida (que está igual o peor que yo): sólo nos queda soltar y reírse. Empiezo a preguntar, la mayoría de las ñiñas/os tienen problemas para dormir. Me lo dicen educadoras de párvulos, primas, amigas. Si no se despierta mi hijo es mi perra (tengo dos) pidiendo comida pasada las seis de la mañana. Me levanto, tomamos desayuno, jugamos un rato incluyendo a mis salchichas. Uf, ¡ya me atrasé!

Hago clases, saludo, cámaras apagadas. Listo. Ahora le toca almorzar a mi hijo, quiero estar con él. Lo escuché llorar o preguntar por mí mientras hacía clases. Almorzamos juntos y luego viene la siesta. Con suerte también duermo un rato. Uf, ¡me atrasé de nuevo! Reuniones en la tarde, preparar la clase de mañana. Mi hijo me llama, me necesita. Lo baño, lo acuesto, me da sueño, pero trato de no dormir tan temprano. Hay un mensaje que espero con ilusión. Uf ¡se me fue el día!

Día dos. Martes. Igual. Trato de reírme con amigas y amigos. Planifico actividades de difusión, seminarios, jornadas, programas de cursos, en fin…

Día tres. Miércoles. Igual, aunque tengo un rato para mí, porque mi hijo se va con su padre. Me inscribí en un taller de lectura. Uf ¡se me fue el día. Me atrasé!

Día cuatro. Jueves. Igual. Clases, reuniones. Tengo sueño.

Recién aquí empiezo a preguntar por los proyectos de investigación. Una amiga me manda la tabla de puntos de los proyectos FONDECYT, explicándome que los cambian seguido.

No entiendo nada ¿será la falta de sueño?

De verdad, no lo entiendo. Ya sabía que no me alcanzaba para postular este año, porque no tengo los puntos. Pero ahora me pregunto si algún día podré hacerlo. Mi cabeza da vueltas, ¿acaso no soy “competitiva”? ¿Conviene escribir un libro o un Wos o Scopus? ¿Queeé. Valen lo mismo? ¿Y dónde están los Scielo?

Postularé a los fondos internos de la Universidad… Desesperación ¿Quién quiere escribir algo conmigo? ¿Llamo a mis amigas extranjeras? ¿Eso vale más que escribir un libro en Chile?

Estuve tres años “fuera de las pistas” y no entiendo nada. Tuve postnatal y parece que me cuentan un poco más de tiempo. Mi cabeza no para de dar vueltas. ¿Podré hacerlo? ¿Seré competitiva?

Creo que tengo un buen proyecto. Me he esforzado mucho por pensar en algo interesante, de impacto en las personas. He conocido la praxis. Mi cabeza sigue dando vueltas ¿Para qué postular?

Estoy redactando el marco teórico. Soy buena (creo) en eso de los objetivos, las hipótesis, pero desde el estallido social tengo insomnio y me desconcentro con facilidad. Necesito largas horas de concentración y no las tengo.

Ya sé. Me iluminé. ¡Les pediré a mis padres que cuiden a mi hijo el fin de semana!

Prendo la televisión y aparece la siguiente noticia “tasa de desempleo se eleva a más de 10%, subió 2,5 puntos respecto de la medición anterior” ¿Queeeé, cuántas personas están sin trabajo? 938 mil… Siento otro grito ahogado, una pena que no sale… La tasa de desocupación de las mujeres subió en un 11%. Es sábado, mi hijo no está…. respiro hondo intentando volver a concentrarme.