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Seis abogados decidieron dejar atrás sus prejuicios y se atrevieron a modelar para la cámara de LWYR. Los hubo nacionales y extranjeros, en una muestra que refleja la actual diversidad del ejercicio de la profesión en Chile.

Texto: Miguel Ángel Cruz, Director Editorial de LWYR.
Imágenes: Carlos Caballero, fotógrafo de LWYR.
Producción: Sergio Arias para Arias Atelier.
 

 

Estaban todos citados para el mediodía de un sábado hacia fines de junio y unos tras otros llegaron al punto de reunión. Fueron seis los abogados escogidos para esta nueva sesión de moda de LWYR, quienes –aparte de sacarle partido a su buena facha– hicieron derroche de buen humor y audacia para posar en uno de los últimos días cálidos de la presente temporada otoño invierno.

La conversación fue distendida desde un principio y se movió entre los más diversos tópicos, desde el “karma” de ser abogado hasta los actuales desafíos que impone el ejercicio de la profesión en el país, sin dejar de lado aspectos menos ortodoxos como si gustan de series de televisión legales o qué profesión hubiesen elegido de no haber sido abogados.

Juventud y experiencia fueron enfrentados en un ejercicio lúdico donde las visiones resultaron similares, pese a que también hubo nacionales y extranjeros en el grupo, lo que demuestra que las exigencias y desafíos profesionales son similares para todos ellos.

– ¿Qué razones tuvo para estudiar Derecho y en qué área se ha especializado?

(Andrés Barberena, AB) Un poco de influencia familiar y uso de mis habilidades comunicacionales. Se me daba más fácil el razonamiento de la literatura que el matemático. Me he especializado en Seguros Corporativos.

(Pedro Hansen, PH) Estudié Derecho, porque siempre fui humanista y no sabía muy bien qué estudiar. Finalmente encontré que era la carrera más completa. Actualmente me dedico por más de diez años a la litigación en el área de responsabilidad civil médica, como abogado de la Fundación de Asistencia Legal del Colegio Médico.

Grupo_1(José Iturriaga, JI) Quería ser diplomático, pero motivos personales me hicieron tomar otra decisión y elegir Derecho. Me he dedicado al área corporativa comercial, con acento en desarrollo de negocios, full bilingüe en inglés.

(Rodrigo Orlandi, RO) Estudié Derecho por mi amor a las letras y al mundo humanista. De chico me gustaban las ciencias sociales, especialmente la historia. Además leía mucho. Tema aparte era mi pasión por defender “causas perdidas”, pues siempre tenía argumento para todo. Me especializo en temas corporativos y de Derecho Inmobiliario. Mi carrera siempre ha estado centrada en ellos.

(Daniel Bartlett, DB) Mi madrina era abogada y de adolescente me llamó la atención su profesión, por lo que por influencia familiar y, tal vez, a falta de otras opciones más rentables económicamente hablando, me decanté por estudiar Derecho. El miedo a las cifras, lamentablemente, también tuvo que ver. Pero en realidad uno no puede evitar tocar los números de vez en cuando, así que fue ingenuo de mi parte. Me he especializado en Derecho Administrativo, especialidad que continúo en Chile.

(Cristóbal Silva, CS) Estudié Derecho porque era una carrera que desde pequeño me llamó la atención y de acuerdo a mis capacidades, que siempre fueron humanistas, era perfecta para mí. Ahora que ya la estudio, me doy cuenta que no solamente puedo sentir una satisfacción de estudiar lo que me gusta, sino que me veo haciéndolo el resto de mi vida. Como aún me encuentro estudiando, todavía no me especializo en alguna área, pero tengo mayor afinidad con el Derecho Constitucional.

– Si no fueras abogado o si tuvieras ahora el tiempo, ¿qué carrera o trabajo te gustaría tener?

(AB) Habría sido ingeniero comercial, pero de todas formas habría trabajado en la industria aseguradora.

(PH) Claramente sería actor. De hecho, estudié teatro en la Academia de Fernando González mientras estudiaba Derecho y casi termino mandando para la casa a los Códigos por las tablas.

(JI) Diplomático.

(RO) Definitivamente un rock star. El “primera guitarra” de una banda de rock. Bueno, hasta antes de tener hijos pude trabajar y ensayar con mi banda e, incluso, grabar un disco. Pretendo alguna vez retomar los ensayos. ¡Claro que tendría que elegir entre la bici y la guitarra!

Grupo_2(DB) Hay dos cosas que siempre me han gustado especialmente muy por encima de la abogacía: una es la historia y la otra, en un nivel estratosférico, la música, aunque en los últimos tiempos también el cine. No podría vivir sin música, me cortarían las alas. Toco la guitarra eléctrica y mi intención es la de continuar con mis estudios musicales tan pronto como pueda o como las circunstancias me lo permitan, para desarrollar mayores habilidades musicales en todo estilo musical, si bien centrándome en blues, rock/metal y jazz. No sé si a la larga ello podría convertirse en una profesión, pero como mínimo quisiera profundizar en este hobby que tan dentro llevo de mi corazón.

(CS) Siempre me ha gustado de sobremanera el campo. Como nací y me crié en un sector rural, tengo un cariño especial por la tierra. Si no estudiaba Derecho, me hubiese gustado Agronomía.

– ¿El peor “karma” o prejuicio en contra de los abogados que has tenido que soportar?

(AB) Las permanentes consultas respecto de qué hacer con los empleados, las consultas sobre reformas tributarias, etc. Afortunadamente, hoy en día tengo la suerte de poder decir que sólo sé cosas de seguros y que para mis asuntos personales yo mismo he contratado abogados que me asesoren.

(PH) Que somos cuadrados, que hablamos “en difícil” y que somos aburridos. Por suerte esta revista muestra justamente lo contrario. ¡Bien por LWYR!

(JI) Que el cliente espere que uno se transforme en un pitbull y ataque a la contraparte “a la yugular”.

(RO) “Los abogados son todos sinvergüenzas”, que no tenemos dedos para los negocios ni olfato comercial.

(DB) He oído de todo y, de hecho, también he visto materializarse ciertas prácticas poco éticas en mi entorno, aunque no creo que haya que generalizar. “Buitres”, “Ladrones”, “Aprovechados” son piropos habituales entre la lista de éxitos. Ante todo pienso que un abogado debe siempre ser honesto, llevar una defensa jurídica o un asesoramiento adecuado y nunca aprovecharse del desconocimiento de los clientes. Una persona que deposita ante el letrado no sólo sus recursos económicos sino también su reputación, su honor, sus horas de desesperación e insomnio ante el problema que aquél pueda tener y, sobre todo su confianza, merece toda consideración desde cualquier punto de vista.

(CS) El peor karma que tienen los abogados es la «mala fama» que se han ganado, debido a las malas prácticas de algunos. En más de una ocasión me han dicho: «Tú serás un mentiroso con corbata».

– Si tuvieras que tomarte un año sabático, ¿qué harías y dónde te irías?

(AB) Aprovecharía y retomaría mi práctica de yoga. Le daría dos vueltas al mundo: Una de norte a sur, y la otra de este a oeste.

(PH) En primer lugar, descansaría un buen rato en mi casa y luego agarraría mi pasaporte, una maleta (para volver con más maletas) y me dedicaría a recorrer aquello que me falta conocer del mundo. Paradas obligadas: Sudeste asiático, Japón, el Báltico, etc.

Grupo_3(JI) Tras una vida muy programada “no programarme”. Irme a una cabaña con una rica chimenea, que quede a la orilla del mar, llevar hartos libros y poder salir a caminar con mis quiltros. Eso sí, ¡que la cabaña quede cerca de un aeropuerto!

(RO) Una mitad pasando todo el verano con mi señora e hijos en Maitencillo, lejos de Santiago, pero nunca tanto. La otra mitad me iría a Nueva Zelanda a descubrir senderos de mountainbike y a grabar todas las bajadas para hacer la mejor película de MTB, con una buena banda sonora de fondo.

(DB) Me gustaría perfeccionar mis estudios musicales en la Berkeley College of Music, California.

(CS) Me gustaría ir de viaje recorriendo toda Europa y finalmente llegar a Inglaterra, donde me quedaría definitivamente para conocer el país y su cultura, que siempre me ha llamado la atención.

– ¿Te gustan las series de abogados? ¿Algún personaje fetiche?

(AB) Mi serie favorita fue Boston Legal.

(PH) La serie que veía y que me encantaba (aquí se me cayó el carné) era L.A. Law (“Se hará Justicia”). De las de ahora no veo ninguna… me es suficiente con los “reality” que uno ve día a día en tribunales. Como personaje debo reconocer que mi placer culpable es Elle Woods en “Legalmente Rubia”. Que tire la primera piedra el que no ha tenido un lapsus en un alegato: Mens Rea.

(RO) ¡No me gustan! Demasiados clichés.

(DB) No puedo evitar mirar de vez en cuando alguna, aunque tampoco me quitan el sueño. Lo más entretenido es examinar la coherencia de lo que los “abogados” de la serie dicen, porque a veces puede se interceptar alguno que otro disparate jurídico.

(CS) Me gustan muchos las series, pero de todas las que sigo sólo una es de abogados: «Suits». El personaje que me gusta es Harvey Specter, por la confianza que tiene en sí mismo y lo arrogante que puede llegar a ser.

– ¿El mayor desafío de ser abogado hoy?

(AB) La competencia. La naturaleza de la carrera hace que haya mucha oferta y, cada vez más, los centros de estudio ofrecen programas de especialización a los estudiantes que están a punto de egresar. Finalmente egresan con dos títulos: el de pregrado y el del magíster. Lo positivo de eso es que, como no tienen nada de experiencia, no saben usar gran parte del conocimiento adquirido.

(PH) La competencia. ¡Por Dios que se titulan abogados al año! Y, lamentablemente, no necesariamente todos de buena calidad.

(JI) Hoy y siempre, ser empático con el cliente y ayudarlo a llegar a la mejor solución a su problema. Muchas veces implica aplicar criterios que van más allá de lo legal. Ser un asesor “integral”.

(RO) El mayor desafío es diferenciarse y mostrar valor agregado en lo que haces. Somos demasiados abogados. En segundo lugar, romper el molde del clásico abogado “cacho”, el que frena los negocios por nimiedades o formalismos, olvidando la sustancia y la rapidez con que se necesita operar hoy en día.

(DB) La incesante competencia y la tendencia del mercado a cerrar la oferta, que por lo visto va a la baja. Por otra parte, la entrada de los juniors al mercado, en la mayoría de casos resulta ser traumática: muchas horas de trabajo para una miseria de sueldo (al menos en España). Hay gente que ha llegado a justificar el bajo ingreso de los jóvenes abogados –y de hecho de cualquier recién licenciado– aduciendo que “deben aprender a ganarse el dinero”. Eso me parece bien en parte, porque Roma no se hizo en un día, siempre que la situación no se alargue demasiado en el tiempo y que vaya incrementándose progresivamente de manera justa, en función de los resultados. Tal vez una buena manera sería dar más autonomía al joven letrado, con una remuneración más equitativa, para que aprecie no sólo el valor del trabajo sino también el sentido de la responsabilidad en la llevanza de los asuntos y la necesidad de poner los cinco sentidos.

Grupo_4(CS) Considero que el mayor desafío de ser abogado hoy en día es salir al mercado laboral y encontrar un buen trabajo. Debido a la gran cantidad de abogados que egresan cada año, la competencia se vuelve cada día más compleja.

– ¿Te habías hecho antes fotos como éstas?

(AB) No, es primera vez.

(PH) De hecho, esta es mi segunda incursión en el “Fashion Law” y la segunda igualmente para LWYR. Después de la sesión pasada, me di cuenta que en el fondo muchos abogados se mueren por querer aparecer con ropa bonita, fotos increíbles y en un medio de “nicho” como éste. Pero, lamentablemente, el miedo al ridículo o los prejuicios los superan.

(JI) Nunca antes.

(RO) Nunca me había tomado fotos. Ya veo “las tallas” de mis amigos…

(DB) Recientemente mi mujer, que trabaja en el sector audiovisual, me hizo una pequeña sesión de fotos en exteriores, de la cual quedé especialmente contento. Lo único que cambia en esta ocasión es la vestimenta. En la sesión anterior llevaba un look más informal.

(CS) Nunca me he tomado fotos de este tipo. Creo que fue una experiencia entretenida.

– ¿Somos muy graves los abogados?

(AB) No depende de la profesión, sino de la personalidad.

(JI) Me parece que sí, caemos o nos empujan a cumplir un estereotipo. Creo que es bueno y sano reírse de uno mismo.

(RO) Sí, por lo general, los abogados somos muy graves, tenemos una imagen de seriedad absoluta.

(DB) ¿Graves? No creo. ¡Las apariencias engañan! Además, no es oro todo lo que reluce.

(CS) Los abogados, en general, son graves. Siempre correctos y estructurados.