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Camilo Charme: “HidroAysén es un proyecto que te desafía en lo profesional y personal”

Fotos: Carlos Caballero.
Producción: Sebastián Egaña para Calabrese

Amante del trekking y los libros, “azul de corazón” y seguidor de la cultura greco romana, el profesional a cargo de defender al proyecto HidroAysén en tribunales, nos cuenta sobre el hombre que está detrás el cargo de Gerente Legal, sobre sus desafíos personales y laborales, sus compromisos y su visión de país en distintos temas.

Soñaba desde niño con ser arqueólogo, pero finalmente el derecho ganó como vocación con una clara orientación al área de los Recursos Naturales. Se tituló en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica, donde tuvo su primer acercamiento a la regulación de Recursos Naturales y Mercados Regulados, como ayudante del programa de Derecho Administrativo Económico (PEDAE). El tema comenzó despertar un interés que profundizó luego a través de distintos postgrados, algunos en el exterior.

Sobre el proyecto, dice: “Este es un proyecto que está en marcha, no estamos inmóviles. Pero más allá de un proyecto en particular lo que debemos mirar es el conjunto del sistema. Preguntarnos, por ejemplo,  ¿qué demanda tenemos?, ¿qué tipo de energía queremos o disponemos?, ¿cuáles son los costos involucrados? ¿cómo mejoramos efectivamente la calidad de vida de las personas?”.

Y continúa: “Los números dicen que necesitamos incorporar 10 mil MW en los próximos 10 o 15 años en el SIC para sustentar la demanda, por lo cual los proyectos en construcción o entrando ahora en operación son para enfrentar la demanda de corto plazo. Hoy -según datos de la Comisión Nacional de Energía- el 63% de nuestra matriz es térmica. No es casual, entonces, que estemos importando más de US$10.000 millones anuales en combustibles fósiles, de los cuales cerca de la mitad se utilizan para generar electricidad, pagando la tarifa eléctrica más cara de la región y una de las más altas del mundo, aumentando nuestra huella de carbono y perdiendo competitividad frente a nuestros vecinos, porque producir y trabajar en Chile cada día se hace más caro y más contaminante”.

“A mí me gustaba arqueología”

– ¿Cómo fue la experiencia de vivir y estudiar en el extranjero con familia?

Fue una excelente experiencia, nos fuimos con mi señora y tuvimos a nuestra hija allá. Muy agradable en todo sentido, ya que te da otra perspectiva de la vida. No haces el mismo camino de estudiar, conseguir un trabajo, casarte, tener hijos y seguir trabajando; sino que te permite hacer una pausa, tener tiempo para conversar más con tu pareja, ver otra sociedad y entender que Chile también tiene cosas buenas. El tema del estudio en el extranjero se trata de ver criterios, ver cómo lo han hecho otros. No se trata de estudiar algo de forma rígida o decir que conozco el código de energía europeo. Los europeos tienen problemas también y hay algunos que han podido solucionar, otros que los están solucionando. La idea es traer esa experiencia y tratar de conversarla acá.

– ¿Cómo llegó al derecho de los Recursos Naturales, derecho de aguas y por qué le interesó esta área?

Partí en la universidad. Por ahí por segundo año me cuestioné bastante si derecho era la carrera para mí, ya que originalmente a mí me gustaba arqueología. Yo quería ser arqueólogo, ese era como mi sueño. En Derecho, empecé a ver que el derecho privado en sí no me llamaba mucho la atención, pero tuve la oportunidad de conocer a los profesores Alejandro Vergara y Eugenio Evans y conversando con ellos me di cuenta que había un derecho público práctico que era el de los Recursos Naturales y Mercados Regulados. Trabajando con ellos me fui entusiasmando y vi que esto era lo mío. Por un lado era entretenido porque tú ibas a terreno, salías de la oficina y te ibas a ver los proyectos, estabas con las juntas de vigilancia, hablabas con ingenieros, ecólogos y economistas; entonces, era mucho más diverso que estar solo rodeado del mundo de abogados.

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– ¿Qué le atrajo del proyecto HidroAysén?

Antes de llegar a este proyecto yo estaba trabajando en otra empresa de recursos naturales, Pacific Hydro y estando ahí me invitaron a concursar para participar del proyecto y quedé. Cuando me invitaron a participar sabía que era una gran oportunidad pero que había que pensarlo bien, porque es un proyecto líder que está presente en la discusión pública con mucho debate. Lo primero que hice fue conversarlo con mi familia y amigos. Al final del día, tomé la decisión de que era un proyecto en el que valía la pena trabajar y que valía la pena para lo que yo creo que Chile necesita. Se trata de un proyecto de energía renovable con muchos desafíos desde el punto de vista regulatorio, con mucha relación con la comunidad y poderes públicos. Entonces profesionalmente era una oportunidad que debía tomar.

-¿Qué desafíos se impuso al ingresar a la empresa?

Había varios desafíos. Había uno más concreto que era armar una gerencia legal con una perspectiva de apoyo transversal a la gestión de la empresa. Más allá de lo meramente jurídico aquí hay que participar también de conversaciones en el ámbito social y público, es decir, ser un aporte más allá del ámbito jurídico.  El otro desafío era que HidroAysén se aprobara desde el punto de vista de relaciones con la comunidad y con los poderes públicos, eso también significó un gran desafío profesional porque aquí tenemos una certificación ambiental, la obtención de derechos de agua, la inserción del proyecto en el mercado energético chileno, entre otros aspectos. En definitiva hemos ido avanzando con el equipo, ya tenemos una Resolución de Calificación Ambiental, estamos ad portas del comité de ministros, hemos tenido también mucho debate judicial, así como social. Me ha tocado representar a la empresa en debates universitarios, en la televisión, autoridades públicas, ante asesores y parlamentarios y la verdad es que como experiencia de vida y profesional es completa. Este es un proyecto que te desafía en todos los ámbitos, profesional y personal.

-¿Ha ido cumpliendo esas expectativas?

No me arrepiento para nada de haber ingresado al proyecto. Hasta el momento ha sido muy entretenido y también ha tenido dificultades. Este es un proyecto que tiene que ser líder y enfrentarse a lo que ningún otro proyecto se ha enfrentado desde el punto de vista del derecho, de la regulación, de los poderes públicos, de las relaciones con la comunidad y de muchas formas ha tenido que ser creativo y flexible también.

Lo más valioso es que me ha entregado experiencias que un fiscal de empresa por lo general no tiene la oportunidad de vivir. En primer lugar, estar en la Región de Aysén que es espectacular, compartir con las personas que viven en la región, compartir los desafíos que eso implica. Esto va mucho más allá de saber de derecho, que es el elemento base y después tienes que desarrollar otras habilidades de coordinación, gestión, de adaptabilidad, de trabajar en equipos compuestos de ingenieros, personas que tienen experiencia en comunicaciones estratégicas, política. Sin duda, ha sido una experiencia muy completa y más de lo que yo esperaba.

– ¿Y dentro de la empresa, cuáles han sido los mayores desafíos?

Sin duda enfrentar la oposición sumamente articulada de un grupo y dirigida a que este proyecto no se construya, más allá de cualquier posibilidad de conversar. Eso me ha llamado mucho la atención, que haya un núcleo tan duro que tiene por único fin que un proyecto en particular no se construya. Yo he estado en otros proyectos, me ha tocado iniciarlos hasta la puesta en marcha, hemos tenido oposiciones pero éstas siempre terminan en posibilidades de negociar, conversar,  evaluar y estar abierto a modificar la propuesta original, pero nunca la experiencia de que te digan: “yo no quiero conversar contigo, yo lo que quiero es que tú no existas”.

– ¿Cómo ha sobre llevado la exposición mediática del cargo?

Con convicción. Con la creencia de que este proyecto es parte de la solución para Chile en el ámbito del desarrollo energético, que es muy importante para el desarrollo de cualquier país, y nosotros como un actor relevante  debemos tener  la capacidad de ser flexibles, la capacidad de negociar, de entender a nuestros interlocutores y el equipo humano que conformamos en HidroAysén me permite estar tranquilo en esos aspectos. Evidentemente hay una sobre exposición, porque tus amigos te preguntan, gente que estás recién conociendo también te comenta; pero, uno tiene la posibilidad de conversar y te quedas tranquilo después de esas conversaciones, ya que te dicen: “mira, yo no lo había visto así”. 

– ¿Tuvo dudas alguna vez de tomar este desafío? Considerando el nivel de exposición o descalificación personal que puede llegar a recibir.

Sí, claro que existía una duda. Este es un proyecto que efectivamente tiene una exposición no habitual para este tipo de iniciativas. Haber tomado este desafío y compromiso siempre ha estado vigente. Las conversaciones con los compañeros y con Daniel Fernández (vicepresidente ejecutivo) han servido para reafirmar este compromiso. Lo que te pasa con este tipo de proyectos es que un año aquí, es un año relativo, equivale a tres años en otro tipo de empresas. Como hay presión y momentos duros, la confianza es muy importante, así como las relaciones humanas y aquí han sido muy positivas.

“Chile requiere una gran reforma energética”

– ¿Cuál es su visión respecto a la necesidad de ampliar la capacidad energética para el desarrollo del país?

Nosotros tenemos la convicción de que para Chile, el proyecto HidroAysén es parte de la solución. Es un proyecto que está muy bien diseñado desde el punto de vista de la ingeniería, con impactos ambientales muy acotados y aprovechando el agua, recurso  no es contaminante, es  chileno, un recurso que podemos utilizar en los momentos de mayor demanda. Ahora, respecto al sistema energético chileno, creo que ya es claro que Chile requiere una gran reforma energética, donde tenemos que pensar esto como una decisión de Estado. El sistema energético chileno es estratégico para el país. Los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo analizan la energía como un factor estratégico  para el Estado, donde participa la visión privada y la de las comunidades. Es una discusión que tenemos que tener, se tiene que debatir como sociedad, a nivel público y se tienen que aprobar leyes que mejoren las condiciones de la matriz energética, de la implementación del sistema de transmisión, de un sistema de beneficios para con las comunidades de forma previa a la evaluación de un proyecto determinado. También tenemos que estar conscientes que Chile tiene que tener condiciones de competitividad y justamente uno de los factores que influye en ella es la energía, así como la capacitación y educación.

– ¿Cuál cree que es el modelo de desarrollo energético por el que debiera optar Chile?

Yo creo que ningún sistema inteligente, por lo que me ha tocado estudiar y ver, se basa en una solo fuente de energía, tenemos que hacer un mix inteligente y eso significa tratar de desarrollar los recursos propios y también ver cómo desarrollar e integrar de forma eficiente las llamadas energías no convencionales. Chile tiene que jugársela por tener una base sustentable como lo son los recursos hídricos, que son nuestros y una de las cosas que tenemos que debatir es cómo usar mejor esos recursos y tener también un aporte del gas natural, que si bien no es un recurso propio chileno, puede resolver coyunturas particulares y dentro de los hidrocarburos presenta un menor impacto de emisiones.

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– ¿Chile necesita un proyecto cómo HidroAysén? ¿Cuáles considera que son los principales atributos del proyecto?

Desde el punto de vista energético, HidroAysén es un proyecto bien concebido que utiliza de forma muy eficiente un recurso chileno como el agua. Tiene impactos bastante acotados desde el punto de vista ambiental y social y, por lo tanto, tendríamos una base de energía continua que permitiría beneficiar a toda la sociedad chilena, es decir a nivel residencia e industrial. Desde el punto de vista geopolítico, además es un proyecto que acerca la región de Aysén al resto de Chile, es decir, la gente en la región tiene una oportunidad de desarrollar aspectos de su vida que antes de HidroAysén no tenía considerado desarrollar.

-¿Cómo ve usted a la Región de Aysén con o sin HidroAysén? ¿En qué cambia la vida de los ayseninos?

Creo que Aysén con el proyecto es más Aysén, significa interconexión y la posibilidad de participar más en el desarrollo del país. Así como va a aportar recursos hídricos al resto de Chile, va a tener la posibilidad de exigir también ciertas condiciones al resto del país. Sin duda es una alianza positiva.

-¿Qué opinión tiene respecto de Patagonia Sin Represas? ¿Cuál piensa ha sido su aporte al debate que hoy tenemos en Chile sobre energía?

Creo que Patagonia Sin Represas tiene un mérito que fue tomar un momento social, leerlo bien e identificar que las comunidades o las organizaciones intermedias tienen algo que decir, una capacidad de opinión y gestión, eso hay que reconocerlo. Sin embargo, a mi juicio habría sido  fantástico que esa capacidad la hubieran dirigido de una forma más positiva. Lo que no me gusta de la plataforma Patagonia Sin Represas es que se ha constituido como una organización que va a cazar a un proyecto en particular para que no se haga y no está dispuesto  a conversar nada, sino que solo está dispuesto a hacer todos los esfuerzos publicitarios, comunicacionales –en algunas oportunidades rayando en la ética- para que un proyecto no se realice, sin la posibilidad de evaluar alternativas o negociar condiciones y creo que una sociedad democrática no se construye de esa forma.

– ¿Por qué cree que el proyecto genera resistencia en una parte de la sociedad?

Creo que es un proyecto que por su envergadura hace muy fácil construir mitos y en este sentido Patagonia Sin Represas ha sido muy efectiva en construir mitos que no son ajustados a la realidad y también porque a nivel central es muy fácil hablar de la región de Aysén, de un proyecto que se va a construir en unos años más, cuando aún no se ve una necesidad concreta. Además no hay que desconocer el momento social en el que se inserta el proyecto, más allá de HidroAysén actualmente se está conversando sobre el modelo y es discutible si el proyecto es o no parte de él; además, se discute sobre la institucionalidad, sobre el cómo integrar a las comunidades indígenas, a las comunidades locales, cómo tener un mejor ordenamiento territorial en Chile y en definitiva cómo integrar las diferentes partes de nuestro desarrollo en un todo y eso también es parte del momento en el que se inserta el proyecto. Vemos que esto también está pasando en la industria minera, construcción de carreteras, infraestructura,  así como también a los proyectos de energías no convencionales. Incluso proyectos eólicos o geotérmicos generan resistencia en la comunidad.

Trekking y lectura para el estrés

-¿Tiene algún hobby o actividad que lo apasione?

Me gusta mucho hacer actividades al aire libre, hacer camping, trekking, subir montañas.

¿Cómo sería un fin de semana ideal?

Un fin de semana ideal sería una mezcla de poder salir al aire libre con mi familia, me gusta mucho mostrarle a mi hija todo lo que es la naturaleza, buscar caracoles, por ejemplo. En ese sentido, somos una familia a la que le importa tener una buena conexión con la naturaleza. Somos bastante ecológicos. Me gusta mucho también compartir con mi familia en reuniones familiares, somos buenos para cocinar entonces aprovechamos esas instancias para juntarnos, conversar, también somos muy buenos para debatir, hablamos de política y contingencia. También me gusta tener un espacio para mí para leer y pensar un poco lo que te pasa en la semana, que no es menor.  Me gusta mucho leer y particularmente leer historia sobre todo el periodo de Roma y Grecia y todo lo que tiene que ver con los procesos sociales.

-¿Qué actividad elige para combatir el estrés?

Es difícil porque HidroAysén ocupa un espacio bastante importante de tu vida, pero intento crearme estos espacios para mí, para liberarme, poder tener cables a tierra en cosas que sean distintas al trabajo.  Me gusta hacer deporte al aire libre como el trekking  y leer.

-¿Cuáles son sus vacaciones ideales?

Me gusta mucho la historia entonces si puedo viajar, me gusta hacerlo a lugares donde pueda caminar por ciudades antiguas, donde haya una cultura distinta y otros idiomas. A nivel local, si hablamos de viajar por Chile, me gusta ir a lugares que tengan montañas, campos.

¿Algún profesor para recordar de la Escuela de Derecho?

Tuve la oportunidad de tener buenos profesores y hubo varios que me marcaron, como el profesor Luis Ortiz, gran profesor de derecho penal y de su método. Fue muy interesante la visión del derecho que él tenía, bastante moderna. También está Eugenio Evans, con quien hasta el día de hoy tenemos relaciones profesionales. Sobre él puedo decir que le puso bastante humor al derecho, era un profesor que hacía que las clases fueran bastante más agradables y no la visión que muchos tienen de la carrera que es leer y leer artículos y memorizarlos.

-Qué libro(s) está leyendo hoy…

Estoy leyendo “Solar” de Ian McEwan y también “Emperadores y Bárbaros”  de Peter Heather. Es común que lea dos libros a la vez, porque hay veces que tu cabeza está para leer cosas más densas y otras para leer novelas u otro tipo de lecturas. Solar, por ejemplo es una novela de un escritor inglés que es bastante lúdica e irónica. Es precisamente una ironía de los científicos que se dedican al cambio climático. La segunda es un tema que siempre me gusta: la caída del imperio romano y cómo se asimilaron los bárbaros con los romanos.

-¿Algún libro de cabecera? De esos que pasan los años, y de tanto en tanto uno vuelve a leer…

Tengo un libro de cabecera que viene del mundo de la ciencia ficción que siempre me gusta leerlo: Duna. Es un libro bien interesante que trata de un futuro muy lejano y hay un planeta que tiene un recurso natural único llamado “Melange”, en el libro se narra la epopeya de diferentes pueblos, religiones, política y economía. Fue un Best Seller en los años 70, vendió más de 10 millones de copias y siempre es interesante leerlo porque habla de religión, economía y ecología. También hay autores de culto que siempre vuelves a leer como Nietzsche y Hermann Hesse, éste último me marcó mucho en una época de mi vida. En general leo mucho de historia, filosofía y novelas políticas.

-¿Música, teatro, cine o opera? ¿Cuál es su favorita?

Me gusta el teatro más que el cine. Me gusta ese contacto más sensual que tiene el teatro. Respecto a la música soy bien ecléctico, me gusta desde el rock, pop, hasta la ópera. De hecho, voy mucho a la ópera.

¿Twittero?  

Definitivamente. La verdad es que entre Facebook y Twitter, prefiero 100 veces Twitter. De hecho, yo abrí facebook y creo que no lo uso del año 2007, mientras que twitter lo reviso todos los días y varias veces.

-Diga en 140 caracteres  lo mejor y lo peor de ser abogado en Chile

En Chile es una carrera que está demasiado encasillada y prejuiciada. Eso sería lo peor. Y lo mejor: Es una carrera que te da herramientas para desenvolverte en cualquier ámbito.

¿Cuál ha sido su tweet más celebrado?

En general mis twitts son de la Universidad de Chile o de política porque me interesa como ciudadano, independiente de que no participe en ningún partido.

¿Chuncho o colocolino?

Azul de corazón

calabresse2

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