El trabajo que ha realizado este abogado y representante por la visibilidad y la no discriminación, lo ha destacado como uno de los abogados y políticos con más futuro en Estados Unidos. En exclusiva para LWYR –y por primera vez para un medio chileno–, Brian relata su historia: De capitán de un equipo de fútbol americano a defensor de los derechos de las mujeres y de la población LGTBI+.
Texto: Christian Vidal Beros, director general de LWYR.
Fotografías: Brian Sims.
La historia de Brian Sims podría ser la historia de muchos jóvenes estadounidenses que logran ir –paso a paso– cumpliendo metas que el entorno y la sociedad les va exigiendo a lo largo de su vida. Hijo de un matrimonio de militares, luego de una vida nómade por muchos estados, se asentó en Pensilvania a comienzos de los noventa. Estudió Derecho en la Universidad de Bloomsburg, donde ingresó al equipo universitario de fútbol americano, del cual fue su capitán.
Hasta esa parte de la historia, la “historia” de Brian era bastante tradicional. Todo, hasta que a comienzos del año 2001 salió públicamente del clóset, convirtiéndose en el único Capitán de un equipo de la NCAA (National Collegiate Athletic Association). De ahí en adelante, su historia es de lucha y visibilidad: En el año 2004 se Doctoró en Derecho Internacional Comparado en la Universidad de Michigan y comenzó su trabajo como asesor y consejero en el Colegio de Abogados de Filadelfia.
Luego de trabajar y dirigir la GALLOP (Gay and Lesbian Lawyers of Philadelphia), en el año 2011 manifestó su intención de presentarse como candidato demócrata a la Asamblea del Estado de Pensilvania, escaño que ganó y que detenta desde esa fecha.
– ¿Por qué decide estudiar Derecho? ¿Cómo llega un jugador de fútbol a la Facultad de Derecho?
– Desde muy joven supe que quería ser abogado por los derechos de la mujer. Crecí en un hogar con padres igualmente fuertes, pero vi mucho sexismo fuera de mi casa por parte de los demás. Sentí que podía entrar en el sistema jurídico y combatir ese tipo de sexismo como abogado en San Francisco.
Estudié para mis exámenes de ingreso a la Facultad de Derecho siendo muy joven para ello, así que cuando tuve que estudiar para ellos nuevamente años después, me sentí mucho más preparado. Solicité ingresar a la facultad de Derecho en mi último año de universidad, mientras era el Capitán del equipo de fútbol de mi Universidad y fui aceptado aproximadamente un mes después del juego del Campeonato Nacional.
– Era el capitán del equipo de fútbol americano de su universidad siendo gay. ¿Doble mérito para salir del armario en un deporte considerado algo sexista?
– Estoy muy orgulloso de haber jugado al fútbol y aún más orgulloso de haber representado a mi equipo como Capitán. Mis compañeros de equipo fueron, y siguen siendo, mis mejores amigos y siempre estaré agradecido de que respondieran con amor y apoyo. Como muchos atletas LGBTQ, descubrí que mis compañeros de equipo eran a menudo las personas que más me apoyaban y que más me juzgaban por mis méritos.
– Tiene un doctorado en Derecho Internacional Comparado. ¿Qué le motivó a seguir especializándose?
– Cuando ingresé a la Facultad de Derecho supe que quería centrarme en las leyes de derechos humanos como una extensión de los derechos de las mujeres y los derechos LGTBQ. En los Estados Unidos los llamamos derechos civiles, pero el mundo los conoce como derechos humanos. Para mí, aprender cómo respondió el mundo a la desigualdad ha sido muy útil para ayudarme a combatirla aquí en casa.
– Fue consejero en el Colegio de Abogados de Filadelfia. ¿Qué aspectos positivos considera la pertenencia a un gremio que agrupa los intereses de los abogados?
– Trabajar para el Colegio de Abogados de Filadelfia fue un trabajo duro y emocionante. Todos los días tuve la oportunidad de trabajar con, aprender de y, a veces, incluso enseñar a algunos de los abogados más destacados de mi Estado.
Pertenecer al Colegio de Abogados me dio acceso a información y oportunidades de aprendizaje, que ayudaron a dar forma al tipo de abogado que soy hoy.
– ¿Qué significó ser el primer representante abiertamente gay en la Asamblea de Pensilvania?
– Quería decir principalmente dos cosas: 1) tengo que trabajar todos los días para combatir la homofobia, la transfobia y la discriminación contra otras personas LGBTQ +, y 2) tengo que asegurarme de que, si bien puedo haber sido el primero, absolutamente no seré el último.
– Mujeres, gays y minorías raciales. ¿Cuáles son los elementos de discriminación que se diferencian en cada caso y por los que debe seguir luchando?
– Es importante para nosotros reconocer la marginación y la discriminación en todos los ámbitos para poder combatirla. Es, incluso, la naturaleza humana que intentemos relacionarnos con el dolor de otras personas. Pero las experiencias de marginación que enfrentan las mujeres y las personas de color no son idénticas a las que enfrentan las personas LGBTQ +, en general.
Todos podemos aprender a combatir la discriminación unos de otros, y todos merecemos aprender sobre la vida y las experiencias aprendidas de los demás, pero aprender sobre ellas y luchar por ellas no significa que las compartamos.
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